La partida a Israel del embajador Gali Dagan era un hecho desde el violento discurso de Gustavo Petro el pasado primero de mayo. Sin embargo, el mensaje en redes sociales del diplomático con el que le decía adiós al país conmovió. En decenas de fotos, el embajador narró lo vivido durante su paso de dos años, en el que el trabajo y amor por Colombia fueron evidentes. Era apenas un trino, pero resumía bien una de las decisiones más dolorosas en más de 70 años de una política de relaciones exteriores impecables, pues nunca hubo un hecho como este: el rompimiento entre dos países por fuera de los canales diplomáticos, avivado desde una tarima para alimentar a las masas.

SEMANA conoció el discurso del embajador en su despedida. Fue una conversación frente a las comunidades judías antes de tomar el avión el viernes pasado con destino a su país. Dagan abrió su corazón ante el público que lo escuchaba. Aceptó que su salida “tiene un sabor amargo. Porque creo que para un diplomático, un embajador, romper las relaciones con un país es una pesadilla, es algo muy doloroso, que en nuestra vida nunca imaginamos que tenemos que enfrentar”.

El diplomático contó aspectos desconocidos de su vida y de su conexión con Colombia. “Para mí es algo muy doloroso, porque yo, en lo personal, me enamoré de este país cuando tenía 17 años. Mi historia de amor con Colombia comenzó con un libro, cuando en esta edad leí mi primer libro de Gabo, Cien años de soledad, y me apasionó mucho el realismo mágico, las historias, las descripciones, las mariposas amarillas, que nunca imaginé que existían. Y así comenzó mi historia de amor con Colombia”, narró.

Durante los últimos meses en la vida del embajador había muchos dolores. El pasado 7 de octubre, varias personas cercanas al diplomático fueron víctimas del ataque de Hamás. Uno de ellos era el DJ Matan ‘Matani’ Almalem Z, el mejor amigo de su hermano, asesinado en una de las tarimas del festival de música electrónica Nova. “Era un hombre cálido, increíblemente divertido y lleno de carisma. Amaba la música con todo su corazón”, contó Dagan en su momento.

Discurso de Gustavo Petro del primero de mayo. | Foto: Juan Carlos Sierra

Su hermano Yoni se salvó de milagro. Iba a tocar su música a las ocho de la mañana el día de la matanza, apenas una hora después de que los terroristas de Hamás asesinaron y torturaron a sangre fría en esta fiesta al aire libre que reunía a miles de jóvenes. Este día 260 murieron. Allí también se produjeron las imágenes de las mujeres arrastradas de los pelos para ser secuestradas en la Franja de Gaza.

Dagan, un hombre prudente y milimétrico, como suelen ser los embajadores, salió a los medios a contar la tragedia de su pueblo. “De un lado, la peor tragedia en 76 años de existencia del Estado de Israel, con atrocidades que nunca hemos pensado que nuestra generación iba a ver en vivo en la cámara GoPro de los terroristas. Todos nosotros, el equipo de la embajada, perdimos amigos o conocidos”, recordó en su discurso de despedida.

En medio de esa agonía de ver morir a los suyos, víctimas de los más viles vejámenes, el embajador tuvo que enfrentar la crisis diplomática producida por las declaraciones de Gustavo Petro. El presidente colombiano fue uno de los pocos en el mundo que nunca condenó el ataque de Hamás. Por el contrario, se despachó contra el Gobierno israelí y lo comparó con su mayor verdugo: los nazis. Desde ese 7 de octubre, Petro ha salido a llamar genocidas a los israelitas y ha dicho que la Franja de Gaza es una especie de campo de concentración, el Auschwitz de nuestros tiempos.

La comparación que hace el presidente no tiene proporción y es terriblemente insultante para cualquier judío. El embajador, cuyos abuelos huyeron de Alemania tras la llegada de Hitler al poder, no dudó en expresar lo que sentía: “Escuchar esta comparación me duele mucho porque no tiene nada que ver. ¿Cómo se puede comparar esto? Nunca. La Franja de Gaza habría podido vivir en paz al lado de nosotros, pero hoy es gobernada por Hamás. Su dinero lo usan para comprar armas para atacarnos. Los judíos jamás tuvimos esa posibilidad. No tuvimos armas. No hay precedente en la historia humana del Holocausto. No ha habido en la historia un plan organizado para eliminar un pueblo entero. Nosotros tuvimos un proceso de paz con el pueblo palestino, pero Hamás lanzó ataques contra nosotros. Me duele mucho como judío, como israelí, como diplomático”, dijo.

Gali Dagan, exembajador de Israel en Colombia. | Foto: Juan Carlos Sierra

El discurso antisemita de Petro no tiene precedentes en el país. Jamás un gobernante colombiano había atacado a los judíos por ser judíos. Para esa comunidad, que ha construido país desde hace tantos años, lo que ha pasado es devastador. “Los últimos ocho meses han sido como una montaña rusa emocional para cada uno de nosotros… La falta de condena, el discurso antisemita violento, la negación del Holocausto, la incitación a un discurso que no se hace entre países, en general, pero (menos) entre países amigos y particularmente queridos”, agregó Dagan en su discurso.

El embajador contó una anécdota sobre el rompimiento de las relaciones. “A mí no me sorprendió la decisión del primero de mayo”, dijo. Narró que, un día antes, estuvo en una reunión con un grupo de israelíes en Bogotá. Y uno de ellos se acercó y le dijo: “Bueno, parece que el señor se tranquilizó. Parece que no va a romper las relaciones”. Dagan le contestó de inmediato: “La verdad que él (el presidente) estuvo muy tranquilo las últimas tres semanas, por lo que estoy muy preocupado”.

El primero de mayo nadie esperaba que Petro anunciara una decisión de esa naturaleza. El presidente estaba midiendo fuerzas ante las masivas manifestaciones que semanas antes se habían levantado en su contra. Las principales ciudades del país habían llenado las plazas para rechazar su Gobierno. El presidente quería neutralizar a toda costa este debate. En su discurso, llamó a quienes estaban en su contra “nostálgicos de la Constitución de 1986, su estado de sitio y el estatuto de seguridad con el que condenaba a los jóvenes”. Y calificó la movilización en su contra como “la marcha de la muerte”.

En medio de esa despachada, lanzó la decisión de romper relaciones. “Hoy quizás el mundo podría resumirse en una palabra, quizá todas las consignas, todos esos colores pudieran resumirse en una sola palabra que reivindica la necesidad de la rebeldía, de la bandera alzada y la resistencia, y esa palabra es Gaza, se llama Palestina. Aquí, delante de ustedes, el gobierno del cambio, el presidente de la república, informa que mañana se romperán las relaciones diplomáticas con el Estado de Israel por tener un gobierno, por tener un presidente ¡genocida!”, dijo eufórico.

Gustavo Petro, presidente. | Foto: Presidencia de la República

Las consecuencias de este rompimiento son enormes y ya se sienten. Israel es uno de los mejores amigos que ha tenido Colombia en su historia. Además, es un aliado invaluable en múltiples frentes, entre ellos la seguridad, el comercio, la agricultura, la tecnología y la salud.

Diego Molano, exministro de Defensa, explicó el enorme impacto de esa ruptura en este sector. Por ejemplo, Indumil produce el fusil Galil, utilizado y portado por más del 60 por ciento de los soldados, pero una franquicia israelí fabrica dos piezas: la mira nocturna y el cañón. Sin eso, el arma queda prácticamente inservible.

Los aviones Kfir, usados por las Fuerzas Militares, también son israelíes y hoy están muy limitados en mantenimiento. A pesar de que esa flota se ha ido reduciendo, es la única que permite garantizar la soberanía nacional y luchar contra el narcotráfico.

Gali Dagan, exmbajador de Israel. | Foto: Juan Carlos Sierra

“Estamos entrando en un periodo de obsolescencia. Este año se retiraron tres aviones del servicio. A partir de diciembre no tendremos posibilidades para repuestos o mantenimiento. Se va a acelerar la salida de los aviones Kfir del servicio. La afectación se va a sentir en todas las Fuerzas”, explicó el presidente de Acore, Guillermo León. Por otro lado, el país tiene el Batallón Colombia en la zona de disputa que existe allí y también utilizaba apoyo de inteligencia por la colaboración del Mosad.

En términos comerciales, las cifras que están en juego son enormes. El exministro José Manuel Restrepo aseguró que las exportaciones a este país son del orden de 1.000 millones de dólares y también hay riesgo de que Israel frene los cerca de 60 millones de dólares en materia de inversión que tiene acá.

Como dijo el embajador, “esto no es una historia de realismo mágico, las relaciones de Israel y Colombia son más profundas, más estrechas y más grandes que una sola persona. Y estoy seguro de que vamos a recuperar estas relaciones. Esta prueba nos muestra un camino por el futuro, estrechado para profundizar aún más las relaciones entre esos pueblos y países hermanos”.