SEMANA revela otro plan criminal para asesinar al presidente. La orden había sido impartida por las disidencias de las Farc de alias Iván Mordisco desde Venezuela. Varios de los capturados por el ataque al helicóptero presidencial en Cúcuta iban a participar.
Todo estaba listo. Los delincuentes hasta habían comparado una casa y dos carros tipo camioneta para cometer el atentado. Además, 10 hombres del grupo terrorista se encontraban en Bogotá hace 15 días. Se habían trasladado desde el Catatumbo a Bogotá.
El ataque se ejecutaría justo cuando el avión presidencial estuviera realizando una aproximación a la base militar de Catam. En ese momento, cuando la aeronave hubiese reducido la velocidad y volara a baja altura, los francotiradores dispararían. Ellos serían ubicados en las veredas El Hato y Las Palmas, en el área de Funza, en Cundinamarca, muy cerca al sitio de aterrizaje.
El objetivo era impactar las turbinas del Fokker F-28, al servicio del presidente. Para ellos los delincuentes iban a utilizar, según un informe reservado y conocido por esta revista, fusiles tipo Barrett, calibre 50 mm, y explosivos tipo “rampa o llovizna”. Para terminar de articular el plan, las disidencias tendrían un informante dentro de la seguridad presidencial.
El ataque terrorista al avión presidencial, por fortuna, no alcanzó a llevarse a cabo, aunque ya se había puesto en marcha. Las autoridades actuaron rápido y lograron develar el plan.