SEMANA conoció en exclusiva un oficio que fue enviado al director del Dapre, Mauricio Lizcano. El documento está firmado por Gabriel del Toro Benavides, procurador primero delegado para la Vigilancia Preventiva de la Función Pública, y advierte que en consideración a las noticias de prensa que son de público conocimiento –advirtiendo sobre la baja inclusión de las mujeres en los cargos directivos nominados por el presidente de la República–, la Procuraduría adelantará vigilancia preventiva con el propósito de anticiparse y/o evitar la ocurrencia de actuaciones que afecten los derechos de las mujeres.
“Al respecto se menciona que “fuera del gabinete ministerial, no se ha cumplido la Ley de Cuotas que exige que el 30 % de los cargos del poder público estén ocupados por mujeres (de hecho, en su programa de gobierno, Petro prometió elevar ese umbral a 50 %)”, advierte el Ministerio Público citando cifras de distintos medios.
De acuerdo con lo señalado, agrega la entidad: “Este despacho lo exhorta en ejercicio de sus facultades, a atender los asuntos administrativos que corresponda para dar aplicación a la cuota de género contemplada en la Ley 581 de 2000 y cumplir con la normativa (...) así como a implementar las medidas correctivas administrativas necesarias, para la adecuada y efectiva participación de la mujer”.
La Procuraduría, en el oficio en poder de SEMANA, le recuerda a Lizcano que, precisamente, le corresponde a él, como director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, asistir al presidente de la República en su calidad de jefe de Estado, jefe de Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa en el ejercicio de sus funciones constitucionales y legales y prestarle el apoyo administrativo necesario para dicho fin, así como en su labor de coordinación de los diferentes órganos del Estado, para que colaboren armónicamente en la realización de sus objetivos.
“Por lo anterior, se solicita que el presente oficio sea publicado en la página web y diferentes medios de publicación que maneja el Dapre, en aras de garantizarle a la sociedad, el principio de publicidad y el derecho a obtener información sobre aspectos de carácter general y en el cumplimiento de los fines esenciales y objetivos de la política de género o del gobierno paritario”.
Así respondió el presidente Gustavo Petro a la pregunta de si su esposa Verónica Alcocer le pedía o no nombramientos
En medio de las duras críticas que ha enfrentado en los últimos días, la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Concha Baracaldo, contó cómo fueron las circunstancias de su nombramiento y confirmó que el cargo se lo ofreció la primera dama, Verónica Alcocer.
La funcionaria habló en 6 AM 9 AM, el espacio de Caracol Radio, en el que respondió a varias de las críticas que le han hecho en las últimas semanas y habló sobre cómo conoció a la pareja presidencial. Según dijo, “yo estaba tranquila en mi casa, estoy pensionada, y me dijeron: ‘Quieres venir a colaborarme en el Instituto y trabajar’. Y yo dije, ‘Sí, bueno, tengo que pensarlo un día’. Y me dijeron: ‘Tienes un día para pensarlo’”.
Cuando le preguntaron quién le había hecho ese ofrecimiento y quién la había contactado, Baracaldo respondió que “esa llamada me la hizo Verónica Alcocer, la esposa del presidente Gustavo Petro. Nos conocemos. Somos vecinas. Hace mucho tiempo que yo la conozco a ella, y a Gustavo lo conozco porque los dos estudiamos en Zipaquirá y lo conozco desde que estábamos en el bachillerato”, afirmó la directora del ICBF.
Previo a esta declaración, el presidente Gustavo Petro calificó, en entrevista con Vicky Dávila, directora de SEMANA, tales versiones eran “paja”.
V. D.: presidente, dejamos el tema de su familia en punta. Dicen que, supuestamente, Verónica Alcocer tiene puestos en el Gobierno. ¿Es paja o verdad?
G. P.: Eso es paja. No digo que no tenga personas que la conocen, porque venimos desde hace 23 años.
V. D.: Sí, claro, pero que ella venga y le diga a usted: ‘Gustavo, me nombra a este personaje en tal parte’...
G. P.: Eso no existe.
V. D.: ¿Y usted lo aceptaría?
G. P.: No. Me puedo equivocar obviamente en las personas que nombro. Son cerca de 140 instituciones. Muchas ni las conocía, no había escuchado nunca hablar de ellas, y van apareciendo. Cuando tienes esa cantidad de cargos por ocupar, de mandos, directores, presidentes, mujeres, porque tienes que ver la Ley de Cuotas, la posibilidad de equivocación existe. Lo que pasa es que hay que medirlos, hay pruebas. La misma prensa ayuda, en eso me parece que es un apoyo para el gobernante, no porque no critique, porque lo que hace es criticar, pero ahí a veces uno capta que sí hay una realidad.
V. D.: ¿Como en el ICBF?
G. P.: En el ICBF, la señora Baracaldo no tiene mucho tiempo de estar dirigiéndolo. Allí hay ollas de corrupción. Eso lo sabemos de antemano. Esas ollas han matado niños. Hay unos esquemas de atención que vienen desde hace mucho tiempo y que, en mi opinión, son ineficientes, siguen pegados a la bienestarina, a formas miserables para atender a los niños, miserabilismo. Se les ocurrió a los gobernantes que atender a los niños pobres tenía que ser con pobreza. Entonces tienen cuchitriles a donde los meten. No hay profesionalismo en muchos casos.