La comunidad policial no sale del asombro por la macabra escena que se presentó hace pocos días en la estación de Ciénaga de Oro, Córdoba, en donde un patrullero asesinó con su arma de dotación a su superior.
“Bruno llega tarde a la formación y como mi intendente jefe Portillo es el segundo al mando ahí, y además que el tiene su carácter y le comenzó a reclamar y todo eso y Bruno le disparó y lo mató”, este es uno de los audios a los que tuvo acceso SEMANA y que es de uno de los policías que le comenta a sus compañeros cómo se dio el crimen dentro de la estación de Policía.
En otro audio, otro uniformado dice: “cursito eso pasó así, el subintendente Portillo es el subcomandante de la estación y un compañerito ahí que le pegó un tiro y después se mató, dos 901 ahí”.
En las conversaciones se escucha a otro policía consternado por lo ocurrido y casi entre lágrimas relatando lo sucedido, “se acaban de matar dos compañeros acá en la estación, estoy mal marica, tengo la presión alta”.
Los hechos ocurrieron de la siguiente manera, según los testigos del hecho. El patrullero Bruno Zapa Leodan no habría resistido el reclamo que le hizo su superior por haber llegado tarde a la formación y con su arma de dotación lo atacó quitándole la vida al intendente jefe César Portillo Tamayo.
SEMANA conoció el video en donde los compañeros de los uniformados sacan a uno de ellos de la estación cargado en grave estado de salud y lo montan en una patrulla para tratar de salvarle la vida, pero finalmente muere.
La angustiante escena muestra a ocho policías cargando al herido para subirlo en el platón de la camioneta de matrícula 0462, que con sirenas encendidas inicia el recorrido hacia el centro asistencial más cercano.
Luego del trágico incidente, fuentes de la Policía indicaron que se iniciaron las respectivas investigaciones internas para poder determinar que fue lo que ocurrió en este caso.
Algunos patrulleros de la institución a nivel nacional se han comunicado con SEMANA para indicar que dentro de la institución se vienen presentando serios problemas de salud mental. Algunos estarían asociados a las decisiones que se han venido tomando al interior de la entidad de seguridad.
Recordaron algunos uniformados el caso reciente de la patrullera que se suicidó dentro de una sede de la Fiscalía en Bogotá. Se trató del caso de Ludy Marcela Granados Arias, de 22 años. La joven uniformada salió de una reunión con sus superiores, llegó a su puesto de trabajo y con el arma de dotación atentó en su contra.
En su momento, de acuerdo con la información recolectada por la Sijín de la Policía, la patrullera falleció dentro de la sede de la Unidad de Delitos contra la Fe Pública de la Fiscalía, en el edificio Manuel Gaona ubicado en la carrera 33 con calle 18, tras haberse disparado dentro de su oficina.
La joven se encontraba haciendo revisión de casos y consignas durante los últimos minutos antes de su fallecimiento, antes de atender la reunión con su superior. La Policía aseguró que se pronunciará sobre el caso en las próximas horas, mientras que algunas versiones aseguran que una discusión con su superior habría sido la causante de que la joven decidiera quitarse la vida.
Otro suicidio
Hace solo dos semanas se conoció el caso de otro patrullero en Cartagena que apareció ahorcado en su casa.
La Policía Metropolitana de Cartagena informó sobre el hallazgo del cuerpo sin vida del patrullero Iván Darío Robles Corrales. Según la institución, el cadáver fue encontrado a eso de las 6:50 p. m. en la vivienda del uniformado.
“Se destinó un equipo interdisciplinario integrado por un psicólogo y una trabajadora social, para brindar acompañamiento a los familiares”, informó la Policía.