El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, está contra las cuerdas. Aunque sostiene que lo ocurrido con los congresistas de la Comisión de Crédito Público, a quienes les habrían comprado la conciencia con contratos por 92.000 millones de pesos son simples “errores”, las pruebas son tozudas.

Bonilla habría sido quien dio la orden de cumplirles a los parlamentarios y así lo confirman los nuevos audios en poder de SEMANA, en donde su exasesora María Alejandra Benavides, afanosamente, les pide que avancen las gestiones.

Según le contó ella misma a la Fiscalía, el ministro Bonilla le decía a Benavides: “(Decía) que se le acababa el tiempo y que algo había que hacer. Yo le digo: ‘ministro, ¿qué hacemos ministro? Allá no se está moviendo nada’, y ¿por qué lo sabía yo? Yo era la que recibía la presión del Congreso y me decían: ‘no están saliendo, no los han contactado, no los han llamado, no los han buscado, no se ha hecho nada, eso no va a ser en este año’. María Alejandra, hazlo, y yo le decía al ministro que yo lo hacía, yo le decía al ministro permanentemente: ‘ministro, esto me dice el Congreso de la República’”.

Así como lo describe Benavides, el ministro Bonilla buscaba desesperadamente que la Comisión de Crédito Público votara y aprobara los empréstitos de la nación.

El ministro de Hacienda estaba jugando claramente a favorecer a los congresistas Karen Manrique, Wadith Manzur, Liliana Bitar, Julián Peinado, Juan Diego Muñoz y Juan Pablo Gallo, entre otros, para la entrega de contratos de obra pública en El Salado, municipio de Carmen de Bolívar; Cotorra, departamento de Córdoba, y Río Bojabá, en el municipio de Arauca, a cambio de los votos. Incluso, hay más nombres y regiones. Las grabaciones en poder de SEMANA salpican a Juan Diego Echavarría, Jairo Castellanos, Efraín Cepeda, Juan Carlos Garcés, Juan Pablo Gallo, José Gnecco, Liliana Bittar, Karina Espinosa y Rafael Oyola. Esos nombres son leídos por un fiscal en medio de la diligencia con la exasesora de Bonilla.

El asunto es mucho más complejo, pues –al parecer– la corrupción desbordó a la UNGRD, y desde el Gobierno habrían usado otra entidad como caja menor, para pagar los caprichos de los congresistas; esto a través del Invías, donde con nombre propio señaló al enlace para sacar adelante los contratos corruptos: se trata de Juan José Oyuela, director de Ejecución y Operación del Instituto.

Fiscal (F.): ¿Usted sabe por medio de qué entidad salieron los recursos para estos proyectos?

María Alejandra Benavides (M. A. B.): Yo sé que estos son proyectos en Invías.

F.: ¿Usted sabe o ella le dijo cuántos créditos se aprobaron a partir de la adjudicación de estos grupos indicativos?

M. A. B.: Esos cupos indicativos se daban a cambio de créditos (inaudible), esos cupos eran en pro de garantizar la gobernabilidad. Por eso, al principio de esta diligencia, yo le expliqué que Andrea (Ramírez, asistente del ministro en licencia) me dijo: ‘existen seguimientos de proyectos, estos seguimientos se materializan en cupos indicativos que son la articulación entre el ministro, una entidad y el Congreso de la República’.

Incluso Benavides, quien se convirtió en asistente y enlace del ministerio con el Congreso por la licencia de maternidad de Ramírez, explicó en detalle cuál fue la labor de los “enlaces” con el Legislativo: “Es entenderse con los congresistas para garantizar la gobernabilidad, que influye en la actuación de congresistas frente a iniciativas del Ministerio de Hacienda y Crédito Público con cuórum, votos, el ministerio tiene muchas iniciativas como el Presupuesto General de la Nación, tiene las reformas tributarias, tuvo el Plan Nacional de Desarrollo”.

Ante la pregunta de la fiscal, Benavides cuenta quién era su contacto en Invías para gestionar los contratos y garantizar la gobernabilidad. “Se llama Juan José Oyuela”, y sobre su cargo explicó: “Yo tengo entendido que fue como el director técnico o algo similar. Y luego quedó en cabeza de una de las direcciones, pero el cargo no lo tengo claro. Él era el enlace. Él era el enlace”.

Incluso, cuando el escándalo de corrupción en la UNGRD ya había estallado, y Benavides se va del Ministerio de Hacienda, nuevamente Ramírez, la asistente de Bonilla, le pide una rendición de cuentas, que no era más que la explicación de cómo estaban repartiendo el presupuesto entre senadores y representantes a la Cámara para ganar gobernabilidad. En síntesis, votos por contratos.

“Cuando yo me voy del Ministerio de Hacienda, el 7 de marzo de este año, Andrea me pide que le entregue esta tabla actualizada. ¿Qué pasa? Los congresistas cambian todo el tiempo, porque son individuales. Con prioridad en otras regiones, porque en esta coyuntura, el 1.º de octubre, por las elecciones regionales –eso decía– cambian alcaldes, cambian partidos políticos en las regiones. Así que la tabla ha cambiado”, dijo Benavides.

El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla; su exasesora Alejandra Benavides, y el enlace entre Congreso y Presidencia, Jaime Ramírez Cobo. | Foto: El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla; su exasesora Alejandra Bendavides; y el enlace entre Congreso y Presidencia, Jaime Ramírez Cobo.

La lista con nuevos nombres y contratos de Invías

Lo que demuestran los audios no es solo cómo el ministro Bonilla aceptaba las oscuras transacciones con los congresistas. También es clara la voracidad de los congresistas, al punto de que Benavides contó en detalle a la Fiscalía sobre otros contratos que tenían nombre propio.

Un fiscal leyó la información con los nombres de los congresistas salpicados.

“La primera: departamento de Antioquia, municipio de San Pedro, Radicado 2865913, proyectos vías terciarias de San Pedro de los Milagros, valor 13.000 millones de pesos. Congresista: Juan D. Echavarría, ya salió”.

“Segundo: departamento de Antioquia, municipio de Angelópolis, Radicado 127326, proyecto vías terciarias Angelópolis, valor 7.000 millones de pesos, congresista Juan D. Echavarría, ya salió”.

“Tercero: departamento de Norte de Santander, municipio de Catatumbo, Radicado en Invías con Administrativa 1570, proyecto aunar esfuerzos para la pavimentación Catatumbo-Astilleros-Tibú-La Gabarra, dentro del programa de obra pública, concluir para la reactivación de las regiones y el departamento de Norte de Santander, valor 10.000 millones de pesos. Congresista: Jairo Castellanos, ya salió”.

La lista es larga e incluso compromete al actual presidente del Senado, el curtido político del Partido Conservador, Efraín Cepeda, quien es opositor al Gobierno, pero –al parecer– también conocía las bondades de los “cupos indicativos”.

“Cuarto, departamento de Arauca, municipio de Fortul, Radicado 0021, proyecto de mejoramiento y pavimentación mediante el uso de nuevas tecnologías de tramo, conduce de Caño Flores a Sitio Nuevo, en el municipio de Fortul, departamento de Arauca, valor 12.292 millones de pesos. Congresista: Efraín Cepeda, ya salió”, explicó Benavides a la fiscal.

Para Efraín Cepeda habría otro contrato en la misma región, pero con un número de radicado diferente: “Quinto, departamento de Arauca, municipio de Fortul, Radicado 0074, proyecto de construcción de pavimento flexible en la vía que conduce hacia la vereda Palmarito, entre Fortul y Gaitán, Alto Jordán y Paradiso, en el municipio de Fortún, valor 3.783 millones de pesos. Congresista Efraín Cepeda, ya salió”.

El senador vallecaucano, del partido de La U, Juan Carlos Garcés, según Benavides, también estaba entre los favorecidos, y fue señalado con lista en mano y no es casualidad que forme parte de la Comisión Tercera: “Sexto. Valle del Cauca, La Cumbre-Viges-Tuluá, adición, mejoramiento, rehabilitación de obras complementarias, vías secundarias para la competitividad y equidad, valor 13.000 millones de pesos. Congresista: Juan Carlos Garcés, ya salió”.

Repite, como señalado, Juan Pablo Gallo, quien ya está en indagación en la Corte Suprema por el mismo escándalo: “Séptimo. Bolívar-Magangué-Achí, Convenio Interadministrativo 10912021, proyecto de mejoramiento de concretos fáctico de la vía que conduce al municipio de Magangué hasta el municipio de Achí, valor 14.860 millones de pesos, congresista Juan Pablo Gallo, ya salió”.

Los Gnecco, de los que tanto habla el presidente Gustavo Petro, pero que no reconoce que ha gobernado con ellos, también, según la tabla de Benavides, habrían recibido contratos. “Octavo, departamento del César, municipio de Becerril, Radicado 2432, proyecto Pitalito, valor 12.000 millones de pesos, congresista José Gnecco, ya salió”, explicó la exasesora del ministro Bonilla quien contó que no solo fue ese contrato, sino también una adición: “Decimotercero, departamento de Cesar, municipio Becerril, Radicado 2432, valor 6.000 millones de pesos. Congresista José Gnecco, adición”.

La lista sigue: “Noveno, departamento de Córdoba, municipio de San Pelayo, radicado Invías, Convenio Interadministrativo 1896-2021, proyecto vías rurales en San Pelayo, valor 21.570 millones de pesos, congresista Liliana Bitar, ya salió”. “Décimo, departamento de Sucre, municipio de Sincelejo, proyecto mejoramiento y pavimento asfáltico, vía Varsovia-El Delirio, valor 12.600 millones de pesos. Congresista Karina Espinosa, adición”.

Y también repite el senador vallecaucano Garcés: “Decimoprimero, departamento del Valle del Cauca, proyecto de mejoramiento vías terciarias, valor 14.000 millones de pesos, congresista Juan Carlos Garcés, adición” y la lista concluye con “Decimocuarto, departamento de Antioquia, municipio de Arboletes, Radicado 2016, valor 5.000 millones de pesos. Congresista Rafael Oyola, ya salió”.

Sobres sellados

El asunto se manejaba con prudencia, y no era para menos. Ya hay congresistas y funcionarios desfilando en la Corte Suprema de Justicia por este canje de votos por multimillonarios contratos sacados del erario público. Por eso, según informó María Alejandra Benavides, en los audios conocidos en exclusiva por SEMANA, no se usaba WhatsApp para comunicarse, todo se hacía a la vieja usanza con sobres sellados.

“(Me decían) ‘Nunca toques estos temas por WhatsApp. Solo recibes sobres cerrados en el momento en el que el ministro te los autorice. No mires los sobres. Busca un radicado en la parte de arriba y ya. Nunca mires los sobres, pon la información en el cuadro y no sepas nada más. Cuando el ministro te dice (...) A veces cambia, sí, a veces cambia. Sobre todo en el contexto en el que se estaba con las elecciones regionales a un mes de distancia’. Yo tenía que notificarle al ministro también”, explicó Benavides.

Por si quedaban dudas, a pie juntillas, le informó a la fiscal: “Ella me dice que esa tabla es el resultado de la negociación que se dio el año anterior para los cupos indicativos”.

Incluso, Benavides contó cómo se hacía la triangulación con el ministro Bonilla y Oyuela. “Andrea me dice que la directora de Invías no quiere. Y Andrea me dice: ‘Tienes que gestionar con Juan José (Oyuela). ¿Qué salió y qué no salió? Juan José es de confianza del ministro Bonilla, Juan José es de toda su confianza. Él y el ministro Bonilla tienen una relación. Tú hablas con Juan José cuando el ministro te lo ordena y siempre se acuerda con el ministro’. Y así lo hice”.

Velasco, de nuevo

Otro de los altos funcionarios de la Casa de Nariño que ha estado involucrado desde el principio en este escándalo y aunque ha vociferado diciendo que todo es mentira e incluso demandó a una persona que lo señaló en redes, es el exministro de Interior, Luis Fernando Velasco.

De él, no solo señaló que estaba pendiente de que los congresistas de la Comisión de Crédito Público estuvieran contentos, se refirió a uno en particular: Julio Elías Chagüi, del partido de La U.

“El lunes 18 de septiembre, cuando Velasco está en el Ministerio, cuando hay una reunión con Velasco (...), hay tres temas. El primero (...) Velasco sabe que hay que tener las comisiones económicas contentas, y así se lo dice (...) Luego Velasco habla de las elecciones y el panorama para el gobierno que se viene en las elecciones regionales de octubre”, afirmó Benavides, en una declaración que contradice a Velasco en su defensa.

Y ahí viene el nombre de Julio Elías Chagüi, quien además es primo de la exsenadora del Centro Democrático, Ruby Chagüi. “Velasco le dice al ministro: ‘Ricardo, deja que María Alejandra ascienda a Chagui’ (...) Yo estaba callada. Salimos de esa reunión y eso me dice: ‘Tienes que atender a Chagüi’. Por lo tanto, Fernando Henao, el enlace de Interior, lleva a Chagui al Ministerio de Hacienda”.

Demoledora, así ha sido la declaración de María Alejandra Benavides ante la Fiscalía donde estaría golpeando las puertas para un principio de oportunidad.

Cuando estalló el escándalo y su nombre saltó a la palestra pública, los discos duros de su computador en el Ministerio de Hacienda fueron robados. Además, ella y su familia han sido víctimas de amenazas.

Su declaración, revelada por SEMANA el viernes, lo deja más que claro: “Él me usó, él me usó, por el hecho de ser el ministro de Hacienda y a él no le importaba el costo que tenía que pagar; él solo necesitaba sacar esto”, decía entre lágrimas y sollozos a la fiscal.