SEMANA obtuvo un paquete fotográfico impactante, en el cual se ven las imágenes del presidente Jovenel Moïse sin vida, solo unos minutos después de haber sido atacado con ráfagas de armamento pesado, al lado de su esposa Martine. Este medio se abstiene de publicarlas plenamente por respeto al mandatario, a su familia y a su pueblo.

Jovenel Moïse | Foto: SEMANA

En las fotografías aparece el cuerpo del primer mandatario con su ropa de dormir rasgada y cubierta de sangre. Parte de su cuerpo se ve desnudo y se alcanzan a percibir algunos de los impactos de bala en el torso. Las sábanas son blancas y su cadáver yace boca arriba.

SEMANA también obtuvo todas las radiografías que le tomaron al cadáver del mandatario. El crimen, sin duda, fue cometido con mucho odio, a juzgar por las imágenes. En una primera placa se ve el cráneo con dos impactos de bala que lo atraviesan, uno de ellos en la parte superior y otro en la base. El informe forense confirmó que los disparos impactaron el hueso frontal y el hueso parietal. Los médicos también concluyeron que el presidente, sin duda, recibió un golpe final, cuando ya estaba acostado de espaldas.

Fractura 9 | Foto: SEMANA

Otras placas muestran sus extremidades fracturadas, al igual que su cadera. Desde los primeros días, las autoridades de Haití han sostenido que el presidente Moïse fue torturado por los mercenarios que lo asesinaron, presuntamente con el objetivo de hacerlo firmar su renuncia.

Fractura 5 | Foto: SEMANA
Fractura 2 | Foto: SEMANA
Fractura 1 | Foto: SEMANA

La imagen de la radiografía del pecho también muestra varios impactos en diferentes lugares. Todo este material forense está en poder de las autoridades haitianas. Los resultados del estudio del cuerpo evidencian lo que se denunció desde el principio: el uso de una violencia extrema contra el primer mandatario, quien no pudo hacer nada para defenderse. Moïse fue golpeado salvajemente, aun cuando ya estaba moribundo.

Fractura 3 | Foto: SEMANA
Fractura 8 | Foto: SEMANA

El informe forense había relatado de una manera muy cruda la escena del crimen que vio esa madrugada del 7 de julio: “Lo encontramos acostado boca arriba: pantalón azul, camisa blanca manchada de sangre, boca abierta, ojo izquierdo perforado. Vimos un agujero de bala en la frente, uno en cada pezón, tres en la cadera, uno en el abdomen”.

Imagen de archivo del fallecido presidente de Haití, Jovenel Moïse, y su esposa, Martine Moïse. | Foto: AFP

Esa noche, la primera dama sobrevivió milagrosamente. Hace apenas unas horas, la periodista Salud Hernández-Mora, enviada especial de SEMANA a Puerto Príncipe, reveló detalles hasta ahora inéditos de lo que Martine vivió esa noche y que le contó al FBI. Según su relato, el presidente, al darse cuenta de que habían irrumpido en su casa, le dijo: “Nos van a asesinar”. Ella tuvo un corto tiempo para levantarse de la cama. Silenciosamente, les avisó a sus dos hijos, quienes se alcanzaron a esconder juntos en un baño. Ella regresó a la habitación para acompañar a su marido.

Los mercenarios irrumpieron violentamente en la habitación, disparando y hablando en español, según su relato. Después de atacar al primer mandatario, le propinaron varios tiros. En su impactante versión ante los investigadores, aseguró que le dieron bofetadas para comprobar que estaba muerta. Ella soportó hasta eso y fingió para salvar su vida.

Vea a Salud Hernández-Mora desde Puerto Príncipe

En la noche del miércoles, la misma primera dama publicó una fotografía en la cual se ve en una cama del hospital de la Florida, en Estados Unidos, donde se encuentra recuperándose. Tiene el brazo derecho vendado y aparece muy triste mirando hacia el piso. “Gracias a todos los que me están ayudando a orar por mi regreso a la vida. Porque todo el tiempo hospitalizada tuve vida de parte de Dios y los médicos. Todavía no creo que mi marido se haya ido así ante mis ojos sin decirme una última palabra, este dolor nunca pasará”, escribió.

Todo este aterrador entramado del magnicidio del presidente Jovenel Moïise tendrá que ser descifrado por las autoridades de Haití y las agencias internacionales. ¿Quién podría odiar tanto al presidente para ordenar hacerle lo que le hicieron?, ¿cuáles son esos intereses superiores que movieron a los autores intelectuales a cometer este crimen?, ¿pagarán todos los culpables?, ¿en qué momento se les ocurrió que militares retirados colombianos podían garantizar un asesinato de esta magnitud? Las investigaciones van rápido y los resultados cada vez sorprenden más.