SEMANA conoció, en exclusiva, el documento interno con sello del Inpec y el Ministerio de Justicia con el que se pide formalmente la apertura de una investigación por el altercado que protagonizó la excongresista Aida Merlano en la cárcel El Buen Pastor, sitio en el que permanece recluida.
Fue en la tarde de este viernes 24 de marzo que se conoció que la excongresista Aida Merlano Rebolledo agredió a una guardia de la cárcel El Buen Pastor en medio de un procedimiento de rutina de inspección de celdas.
Merlano, quien paga una condena por los delitos de corrupción electoral y violación de topes, habría agredido a una guardia que le decomisó un celular que la excongresista tenía en su celda. Sin embargo, en el documento en poder de SEMANA se relata que el altercado habría sido por una cosmetiquera, además del teléfono celular.
El documento de 3 páginas, en poder de SEMANA, tiene fecha del 25 de marzo y está firmado por Claudia Bibiana Mariño Barbosa, directora encargada de la cárcel, y está dirigido a Nancy Pérez González, directora regional central del Inpec.
“Me dirijo a su despacho con el fin de poner en conocimiento la novedad presentada con ocasión del comiso del celular y agresiones ocurridas en servidor público penitenciario teniente Yeimy Casallas Bernal, comandante operativo de seguridad y la privada de la libertad Aida Merlano”, señala la primera parte.
Y agrega: “Informe de fecha 25 de marzo, recibido a las 15:30 horas, refiriendo que el día 24 de marzo a las 14:30 horas recibió la capitán Elizabeth Vergara una llamada vía radial de la teniente Yeimy por incautación de una cosmetiquera de la privada de la libertad en referencia”. Los hechos, según el informe interno de Inpec, ocurrieron en el pabellón 9, Compañía Santander de la cárcel El Buen Pastor
De hecho, en el informe queda claro que la teniente Yeimy denunció a la excongresista tan pronto ocurrió el hecho, específicamente por violencia contra servidor público.
El documento revela algo más impactante. La teniente tuvo que ser internada en la Clínica de Marly, relatando que a la funcionaria “se le brindó el acompañamiento por parte de la subdirectora teniente Cecilia Gamboa en la Clínica de Marly a donde fue remitida y posterior a ello se trasladaron a Medicina Legal”, advierte el oficio.
SEMANA consultó al abogado Miguel del Río sobre lo ocurrido y señaló que, en realidad, fue al contrario: “La golpearon para quitarle un celular”, dijo.
Fuentes le contaron a SEMANA que la agresión de Merlano habría sido en el brazo de la teniente, tras una supuesta mordida. Sin embargo, la investigación apenas comienza y las autoridades judiciales tendrán que revisar los videos del bochornoso episodio.
Merlano podría ser trasladada desde la cárcel El Buen Pastor
SEMANA reveló también, en primicia, que la defensa de la excongresista Aida Merlano pedirá su traslado hacia el municipio de Malambo, en Atlántico, en una reclusión militar. Las razones de la solicitud, entre otras, se da por motivos de seguridad y para que Merlano pueda tener las garantías de recibir visitas de su familia.
Merlano le ha expresado a su abogado la falta de garantías que tiene en El Buen Pastor porque se trata, nada más y nada menos, que del lugar en el que planeó su fuga.
Dicha solicitud la presentaría en horas de la tarde el abogado Miguel del Río ante el Inpec, que es la autoridad competente.
Actualmente, Merlano se encuentra en la cárcel El Buen Pastor, donde cumplirá dos condenas que tiene pendientes por delitos electorales. Casualmente, fue en este mismo centro carcelario donde la dirigente política conservadora planeó su cinematográfico escape en octubre de 2019, después de asistir a una cita de diseño de sonrisa.
Merlano, quien fue deportada el pasado viernes tras estar tres años en Venezuela, había pedido por medio de su defensa un lugar de reclusión que le brinde todas las medidas de protección y seguridad, esto al advertir que teme por su vida debido a las denuncias que ha hecho en contra de clanes políticos de la costa, entre ellos las familias Char, Name y Gerlein.
Fuentes del Inpec le confirmaron a SEMANA que, desde que llegó la excongresista, no se pensó en ningún momento en un sitio especial de reclusión, sino en la cárcel, sin tratos preferenciales, pero garantizándole todas las condiciones de seguridad necesarias.