Walberto Antonio Salgado Bustamante era uno de los cirujanos más reconocidos en Colombia y gozó de un gran prestigio durante años en el mundo de la estética, codeándose con famosos y todo tipo de celebridades. Sin embargo, el “imperio” que había construido se empezó a derribar como un castillo de naipes por cuenta de una historia de maltrato de todo tipo en contra de Giovanna Maroso, su exesposa, una reconocida diseñadora. Él insiste en que es inocente. El expediente es verdaderamente revelador y su panorama judicial es incierto.
A finales de 2021, con ponencia de la magistrada Susana Quiroz Hernández, el Tribunal Superior de Bogotá confirmó la condena en su contra a más de 72 meses de prisión. En la sentencia que condenó a Salgado y que lo tiene hoy prófugo de la justicia señala que “los hechos que originan la investigación datan de la denuncia de fecha 11 de agosto de 2011, interpuesta por la señora Giovanna Paola Maroso Salgado, en contra de su esposo, para la época de los hechos, señor Walberto Antonio Salgado Bustamante, con quien convivió desde el día 16 de junio de 2006 hasta el mes de julio de 2011”. Se refería entonces a cinco años de maltrato, que hoy el cirujano, en diálogo con SEMANA, asegura que no es cierto.
Sin embargo, La decisión advierte que a los cuatro meses de matrimonio, “el doctor Salgado Bustamante empezó a demostrar su verdadera personalidad, que hasta ese momento Giovanna Paola desconocía. Empezó a ejercer, sin solución de manera continua, violencia física, verbal y psicológica hacia ella. A partir de tal época permanentemente la desvaloriza como ser humano, la insulta, la humilla la agrede con palabras soeces, hirientes, irónicas y sarcásticas, le repite constantemente frases como: apártate Satanás, bruja, fracasada, mala madre, yo sé que usted me hace brujería, vieja insuficiente”.
Ahora Salgado responde a los señalamientos e intenta explicar, por primera vez, qué fue lo que pasó. “Igualmente, la señora Maroso fue agredida física y verbalmente el día, 28 de agosto de 2008, por el señor Salgado, donde le fue otorgada una incapacidad médico legal de siete días; por parte del médico forense”, advierte otro aparte de la sentencia.
Su defensa, en cabeza de los abogados German Navarrete Riveros y Brenda Acosta, presentó un recurso de casación, ante la Corte Suprema de Justicia. Es la última carta que se juegan tratando de salvar a su cliente, actualmente prófugo, ya condenado en primera instancia.
SEMANA contactó a la diseñadora Maroso y a su defensa sobre lo dicho por Salgado y confirmaron que pronto responderán a los señalamientos.
El relato de Salgado, quien por primera vez habla sobre lo ocurrido, empezó negando que tenga que ver con supuestos hechos de maltrato: “Yo vivía en Buenos Aires y ella en Medellín. En ese entonces empezamos a hablar por teléfono y se fueron dando las cosas. Viajé allá y se concretó nuestro noviazgo. Me establecí en Bogotá. Pasó el tiempo, nos casamos en 2006. Ahí Inició ella con cambios de ánimo y variación en su carácter, pasaba del maltrato verbal a las muestras de cariño. Yo la respeté, le brindé lo mejor de mí a ella y a su hijo menor, traté de mejorar la relación porque venía o era fruto de una relación disfuncional”.
Relata que él fue quien apoyó a Giovanna con su primera tienda: “Abrimos el local de El Retiro, en el que incluso recuerdo yo era el fiador del arrendamiento. Lo injusto es mi condena cuando ella siempre tuvo mi apoyo. Ella tiene mucho dinero, ella y su familia, su padre es un ganadero. Ella llegó a momentos en los que me decía insuficiente, que yo no podía proveerle su ritmo de vida y lujos”.
Relata el cirujano que, “Yo trataba de estirar el presupuesto. Hice un préstamo con un banco, busqué otro apartamento. Se quejaba de un carro porque no le había gustado. Entonces cuando nació Antonia, la recogí en una camioneta y eso fue un problema porque no le gustó el color azul”.
Salgado le confesó a SEMANA que ya no es socio de la clínica en la que hizo su carrera y se dio a conocer. Cuenta que queda el porcentaje solamente de Maroso y admite no tener posibilidad de ejercer la profesión por el lugar en el que se encuentra.
Su tesis es que existieron correos manipulados, testigos comprados: “Mi abogado nunca entregó pruebas que le di para desmentir los señalamientos. Es que yo tenía claro que no era cierto lo que decía la señora Maroso. Yo no la maltraté. Las acusaciones en mi contra son tan falsas que ni la Fiscalía ni la judicatura tuvieron consistencia en mi contra. La Fiscalía concluyó que la investigación se llevaría por violencia psicológica, después hablan de violencia psicológica y sexual. No existió un peritaje que así lo acreditara. Y sobre la violencia sexual, quedó claro que el testimonio de Giovanna era contradictorio”.
“Estoy en el exilio obligado. He perdido todo como ser humano, hoy no tengo contacto con mi hijo, la última vez que lo vi fue a mediados del 2021. Puedo decirle que aunque la juez dio el fallo condenatorio, mi abogado de ese entonces me decía que no me preocupara. Mi conciencia está tranquila”, agrega.
“La última razón que tuve de la señora Maroso era que si yo le daba un millón de dólares, desistía del proceso de violencia”; admitió en diálogo con SEMANA el cirujano Salgado.