Tras ocho días de extensas audiencias, en la noche de este jueves John Poulos fue enviado a la cárcel en el marco del proceso penal que se le adelanta por su presunta participación y responsabilidad en los hechos que rodearon el crimen de la DJ Valentina Trespalacios. El juez 59 de control de garantías sostuvo que con esta decisión se protegen a las víctimas y la sociedad en general, además de garantizar su presencia en las audiencias que serán convocadas en un futuro no muy lejano.
El juez fue más allá y aseguró que la medida se hace necesaria para proteger a otras mujeres que podrían padecer lo mismo que sufrió la joven de 21 años de edad a manos de Poulos. “De acuerdo con los elementos materiales probatorios existe una inferencia razonable de un riesgo de reiteración, es decir, que otra mujer pueda sufrir hechos como los que padeció Valentina”.
En la audiencia de este viernes que se extendió por más de siete horas, el juez avaló la medida solicitada por la Fiscalía, advirtiendo que con esta se impide que Poulos se fugue, como ya ocurrió en una ocasión, en una clara muestra de su desinterés por darle la cara a la justicia y esclarecer los hechos. En su extenso análisis sostuvo que el hombre de 35 años planeó todo de manera minuciosa, intentando de todas las formas ocultar la evidencia de sus actos.
“Las circunstancias de tiempo, modo y lugar permiten inferir razonablemente que se trata de una conducta preparada (....) John Poulos tenía un solo interés: pasar un solo fin de semana, tiempo suficiente para preparar el lamentable hecho”. Esto se destaca por el hecho de alquilar un apartamento por cuatro días, traer poca ropa en una maleta pese a que le había manifestado a Valentina, con quien sostenía una relación sentimental, que se quería venir a vivir a Colombia y mudarse con ella.
Esta planeación también llevó a Poulos a comprar los tiquetes aéreos y planear una ruta de escape cuando cometiera el asesinato. Las evidencias apuntan a que este es un caso de feminicidio puesto que atacó a la joven de 21 años por el hecho de ser mujer, aprovechándose de su vulnerabilidad y del hecho que estaban en un lugar aparentemente seguro. “Con respecto al delito de feminicidio se trata de una conducta pluriofensiva. No solo afecta la integridad personal, sino también la dignidad humana, la igualdad, la no discriminación y el libre desarrollo de la personalidad de las mujeres”.
El juez fue enfático en que la medida la deberá cumplir en un lugar en el que esté alejado de las mujeres puesto que con su actuar pone en riesgo al género femenino. Este caso representa un agravante puesto que Poulos atacó a la mujer que decía amar y con la que quería construir una nueva vida tras separarse de la madre de sus tres hijos.
“La muerte de Valentina se produjo con las manos de su agresor. Un acto como este solo puede ser movido por sentimientos profundos de odio hacía ella”, advirtió el juez. La actitud del ciudadano estadounidense fue extrema al intentar destruir, manipular y ocultar todos los elementos que lo pudieran vincular con el crimen. Por eso arrojó el celular personal de Valentina en un parque.
La defensa de Poulos decidió no presentar ningún recurso de apelación en contra de la medida de aseguramiento que le impuso el juez. Solamente puso de referente la necesidad de protegerlo debido a que su vida e integridad personal corren riesgo por este mediático caso.
El ciudadano estadounidense se expone a una condena de 60 años de prisión por su responsabilidad en este crimen. Por no aceptar cargos durante la imputación perdió la oportunidad de una rebaja de pena.