Mientras el presidente Gustavo Petro se preguntaba por las investigaciones de un caso que enreda al director del CTI en Buenaventura, un proceso con condenas y ampliamente adelantado, los Estados Unidos le entregaba a la Fiscalía un listado de requeridos en extradición por narcotráfico, un tema común. El problema eran los nombres del mismo.
Se trata de siete hombres, cinco integrantes de la Armada Nacional y dos particulares, que, de acuerdo con las investigaciones del Departamento Antidrogas DEA, se sumaron a una red dedicada al tráfico de drogas desde Colombia a México y los Estados Unidos.
Una rama corrupta de la institución que, se supone, tenía por misión evitar que embarcaciones salieran cargadas de cocaína.
En las últimas horas, el CTI, con el apoyo de funcionarios adscritos al Grupo de Apoyo Estupefacientes del Reino Unido, capturó a los integrantes de la Armada que harían parte de esta red criminal, fuertemente vinculada al narcotráfico a gran escala. Los operativos se adelantaron en la ciudad de Cartagena y San José de Guaviare.
“La Armada de Colombia, en el marco de la política de transparencia y cero tolerancia contra la corrupción, y durante el desarrollo de una operación interagencial con el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General de la Nación y la Administración de Control de Drogas de los EE. UU. (DEA), capturó a cinco suboficiales activos de la Institución Naval y dos particulares, quienes al parecer facilitarían el tráfico de estupefacientes hacia los Estados Unidos”, señaló la Armada.
Se trata de Héctor Junior Núñez Ramos, Luis Carlos Díaz Martínez, Zamir Muñoz Barrios, Erick de Jesús Restrepo Sánchez, Raúl Leonardo Bayona Rincón y Javier Eduardo Monje Iquinas. Los funcionarios capturados fueron trasladados a Bogotá, al pabellón de extraditables, para adelantar los trámites correspondientes.
El expediente
Los documentos en poder de la Fiscalía, y que fueron remitidos por autoridades norteamericanas, advierten que los funcionarios estaban al servicio de los carteles del narcotráfico en México y su misión era evitar, por lo que justamente estaban en la Armada, identificar las redes de tráfico de drogas y capturar los responsables.
Básicamente, los suboficiales se hicieron los ciegos ante la descarada pasarela de lanchas cargadas de narcóticos, en otros puntos ignoraban los controles y hasta advertían la presencia de otras autoridades. Se convirtieron en un eslabón clave en la cadena criminal que ahora los tiene tras las rejas.
“De la información aportada por los Estados Unidos de América, se tiene conocimiento que los ciudadanos señalados en precedencia son miembros de una organización de tráfico de drogas que operaba desde al menos el año 2021. Estaba encargada del transporte de cocaína en embarcaciones marítimas que partían desde Colombia hacia Centroamérica y México, para su importación final a los Estados Unidos de América”, advierten los documentos que se sumaron en los procedimientos de captura.
Ahora, y como advierte el trámite, la Fiscalía tendrá que informar, a través, del Ministerio de Relaciones Exteriores, a la embajada de los Estados Unidos para adelantar los protocolos requeridos en solicitudes de extradición, como en este caso.