La extradición de Álex Saab a los Estados Unidos pone a temblar a más de uno. El polémico empresario guarda como pocos los secretos no solo del régimen venezolano, sino también de sus nexos de poder y negocios con la clase política colombiana y de América Latina. Por ahora, el viaje del barranquillero a cantar frente a los estrados judiciales de EE. UU. no está 100 por ciento seguro. Aunque el gobierno de Cabo Verde autorizó su extradición, falta que un juez de apelaciones de ese país avale esa decisión. Si la justicia le da luz verde, muchas cosas estarán en juego. Roberto Deniz, periodista de Armando.Info, el medio venezolano que más ha investigado a Saab, cuenta por qué le importa tanto a Maduro su captura.
El misterio alrededor de Álex Naín Saab Morán es grande. Entre otras cosas porque se trata de un hombre que siempre procuró un bajo perfil. Apenas hay fotos de él. La prensa colombiana repite una en la que luce un esmoquin negro, tomada hace años en un evento social en su Barranquilla natal. Pero la exposición de sus innumerables negocios cuando Venezuela se sumergía en el abismo económico lo fue desnudando. Ahora, con su captura y su extradición, quizá termine también por arrastrar al propio Nicolás Maduro. Estos son algunos de los temas en los que Saab tendría secretos que podría contar, según la investigación que SEMANA y Armando.Info presentaron para una reciente portada de la revista:
Desde que asumió la presidencia de Venezuela, Nicolás Maduro transformó a Álex Saab en su principal contratista. Es el hombre que orquestó operaciones por cientos de millones de dólarespara el suministro de alimentos de mala calidad, destinados al programa estatal conocido como Clap. 1. El hombre de confianza y el contratista de Nicolás Maduro
Álex Saab obtuvo el millonario contrato de suministro para el programa de los Clap, con el que Maduro vende alimentos subsidiados a la población a cambio de un mayor control político y social. Al convertirse en presidente de la República, Nicolás Maduro transformó al barranquillero en su principal contratista. Y, más recientemente, lo convirtió en el hombre que orquestó operaciones por cientos de millones de dólares para suministrar alimentos de mala calidad, destinados al programa estatal conocido como Clap. Además, por cuenta de Maduro, Saab transó por el mundo el oro venezolano, comercializó el petróleo y hasta importó gasolina iraní. En definitiva, se convirtió en su ministro de Finanzas en la sombra y en el vehículo para esquivar las sanciones financieras que Donald Trump impuso al régimen chavista desde 2018. Pese a todo, labraron millonarios negocios con relativa calma y bajo el cobijo de la pareja presidencial venezolana hasta 2017. En los primeros años de la presidencia de Maduro, la trama de empresas de Saab acumuló unos 120 millones de dólares provenientes de las asignaciones de dólares preferenciales en las denominadas ‘subastas Sicad’; otros 125 millones de dólares con contratos para la venta de materia prima a granel, como maíz, trigo o soya, en lo que hoy luce como la ‘precuela’ de los Clap. También, un acuerdo por 4.000 millones de dólares para la explotación petrolera con la fantasmal Trenaco, domiciliada en Colombia y Suiza, al frente de la cual estuvo el empresario colombiano Carlos Gutiérrez Robayo. Esta es la teleraña de sus negocios con el régimen
2. Clap, los negocios detrás del hambre en Venezuela El portal venezolano Armando.Info, especializado en periodismo de investigación, durante años ha documentado los negocios de Saab en Venezuela. Este medio había revelado en 2017 que a través de Group Grand Limited, registrado en Hong Kong, controlaba, casi desde su nacimiento, el millonario suministro para el programa de los Clap con el que Maduro vende alimentos subsidiados a la población a cambio de un mayor control político y social. Solo el primer contrato suscrito con las autoridades venezolanas sumó 340 millones de dólares. Además de su hijo Shadi Naín Saab Certain, en los papeles de esa firma apareció también como director el abogado barranquillero Javier Ernesto Betancourt Valle, excónsul de Colombia en Nueva York y exdirector de la Agencia Nacional de Hidrocarburos. Ese descubrimiento puso a Álex Saab, sus empresas y sus socios nuevamente ante el ojo de la opinión pública venezolana, primero, y, finalmente, en el radar de las justicias de Colombia, Estados Unidos, México y algunos países europeos. A pesar de eso, el empresario no se detuvo en su ascenso con el régimen de Maduro y sus oscuros negocios. “Si hubieran utilizado la fuerza que ellos tenían para cosas buenas, habría sido un imperio, pero lamentablemente la mayoría salió engañada (…) Al final, nunca cumplían, todo era para ellos”, resume una fuente que prefirió el anonimato. Solo entre 2016 y 2018, cuando el país vecino ya estaba sumergido en un colapso económico, la red de Álex Saab obtuvo contratos por unos 1.500 millones de dólares a nombre de Group Grand Limited, registrada en Hong Kong, y Asasi Food Fze, inscrita en Emiratos Árabes Unidos. Además de los alimentos para los Clap, esas compañías firmaron acuerdos con el régimen de Maduro para suministrar medicinas, repuestos y hasta juguetes. 3. Los gimnasios verticales y la familia de Maduro
La asignación en esos años de una obra denominada ‘gimnasios verticales’, unas edificaciones para prácticas deportivas en zonas populares, sirvió para sellar el vínculo entre la familia presidencial y Álex Saab. El proyecto, que finalmente representó otros 100 millones de dólares, fue contratado por la Fundación Propatria 2000, institución adscrita al despacho de la Presidencia, justamente cuando la dirigía uno de los hijos y el sobrino de Cilia Flores, la esposa de Nicolás Maduro. Esta conexión entre el mundo de Saab y la familia presidencial venezolana quedó retratada en el comunicado del Departamento del Tesoro de julio de 2019, cuando notificó la inclusión de Álex Saab y Álvaro Pulido Vargas, así como varios familiares y algunas de sus compañías de papel, en la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac, por su sigla en inglés). En el escrito se refieren a los hijos de Cilia Flores y el sobrino como “los chamos”.
“La relación de Saab con Flores, los chamos y Malpica fue clave para que Saab y Pulido accedieran a funcionarios del Gobierno de Venezuela. Esto les permitió pagar los sobornos y comisiones ilícitas, un requisito para obtener contratos públicos. Los chamos también recibían comisiones ilícitas de sociedades de Saab a cambio de contratos gubernamentales”, detalló el Tesoro estadounidense. En esa oportunidad, su abogado en Colombia, Abelardo De La Espriella, justificó la defensa de su cliente, pese a sus conocidas posiciones políticas contra Nicolás Maduro, a quien siempre califica de “tirano”. 4. El alfil contra Guaidó
De Álex Saab también se dice que fue la ficha usada por Maduro para comprar diputados, entonces de oposición, que finalmente le dieron la espalda a Juan Guaidó el 5 de enero, en un intento por tomar a la fuerza la directiva de la Asamblea Nacional. Durante meses, un operador suyo, Carlos Rolando Lizcano Manrique, fue capturando las voluntades de varios parlamentarios. "Hay un proceso judicial en curso en Cabo Verde y dos investigaciones en Estados Unidos y Colombia. Nuestra esperanza como venezolanos es que se haga justicia y no vamos a interferir. Está señalado de corrupción y lavado de dinero. Esperamos que se haga justicia", le dijo Juan Guaidó a SEMANA en la última edición. En su charla con Luis Carlos Vélez, el líder opositor aseguró que tiene información sobre Álex Saab, "pero yo quisiera que sea la justicia la que lo determine. La investigación es muy amplia por todos los países en donde tuvo operaciones, pero que hable la justicia". 5. Los hombres de Saab en el gobierno Maduro
Saab acumuló tal poder que en 2018 logró, con la firma de Maduro, ubicar a exempleados o colaboradores suyos al frente de empresas estatales como Minerven, la encargada de comercializar el oro. También, en Carbones del Zulia, al occidente del país, y estuvo a punto de colar una ficha suya al frente de Monómeros Colombo-Venezolanos, en Barranquilla. Solo que el funcionario designado fue “inadmitido” en enero de 2019 por Migración Colombia y nunca pudo tomar posesión del cargo. 6. Los negocios con Irán que terminaron en su detención
La imagen de la captura de Álex Saab generó un estruendo en Venezuela. La Cancillería de Caracas cerró rápidamente filas con el empresario. Lo calificó de “ciudadano venezolano”, lo ascendió a “agente del Gobierno bolivariano” y reclamó para él “inmunidad diplomática”. Lo hizo solo horas después de la captura y ante el temor de una rápida extradición a Estados Unidos, donde enfrenta cargos por lavado de dinero desde 2019.
Con un clima tan caliente como el de Barranquilla y una brisa que viene del Caribe, Saab no andaba de vacaciones en Cabo Verde. Era una parada técnica de un vuelo en un jet privado que lo trasladaba de Caracas hasta Teherán, capital de Irán. Hasta allá iba para seguir adelante con el más reciente negocio que le confió Nicolás Maduro: la compra de combustible a cambio de oro venezolano, justo cuando la gasolina escasea en el país vecino, a pesar de tener las reservas más grandes del mundo bajo tierra. 7. Las sospechas de lavado de activos Álex Saab representaba a Fondo Global de Construcción, una compañía privada con presencia en Colombia, Venezuela, Ecuador, pero cuya propietaria final era otra sociedad registrada en la isla mediterránea de Malta. Ese negocio, a la postre, resume lo que estaba por llegar para el empresario. En él coincidiría con su socio Álvaro Pulido Vargas, cuya identidad real es Germán Enrique Rubio Salas, relacionado en 2000 a un caso de narcotráfico en Colombia. Eso le abrió, hasta hoy, la puerta de millonarias contrataciones en Venezuela a alguien que jamás hubiese podido acumular esas cantidades de dinero en su país. Para ello dibujó una compleja telaraña societaria global que caracterizaría el resto de sus negocios con el chavismo, y, de paso, dejó una estela de sospechas de lavado de dinero que lo ha perseguido hasta su captura. El manejo de esos ingentes recursos requirió sofisticadas estructuras financieras. Sus primeras sociedades registradas en Panamá y Hong Kong con movimientos bancarios por Suiza o Antigua y Barbuda, país que en 2014 le dio una especie de pasaporte diplomático, fueron solo el comienzo. Saab y sus colaboradores movieron decenas de compañías de papel a Emiratos Árabes y Turquía, jurisdicciones aun más difíciles de fiscalizar, con movimientos bancarios a través de Rusia, Bulgaria, países de África y más recientemente Irán, en el caso de la compra de gasolina. 9. Sus deudas judiciales en Colombia La vida de Álex Saab en Venezuela ha sido una trama interminable que nada tiene que ver con los modestos negocios levantados en Barranquilla, más bien familiares, antes de su millonario desembarco en Caracas. Pero por ella también enfrenta cargos de lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y exportaciones e importaciones ficticias con al menos dos compañías domiciliadas en Barranquilla, como Shatex S. A. S. y Promotora Dubera S. A. S. Eso provocó la reciente medida de extinción de dominio contra sus bienes y activos en la Arenosa, y el pronunciamiento esta semana de la vicefiscal general, Martha Janeth Mancera. La funcionaria ratificó que el juicio contra el empresario “continuará, a pesar de que él no se encuentra en territorio colombiano”.
Pocos días antes del arresto de Álex Saab, la Fiscalía General inició un proceso de extinción de dominio contra bienes valorados en 35.000 millones de pesos. Entre ellos está una casa en su natal Barranquilla. 10. Los negocios en el Ecuador de Rafael Correa
Entre 2013 y 2015, la Fiscalía de Ecuador ventiló diversas irregularidades, acusó a directivos y congeló dinero de Fondo Global de Construcción. Desde Ecuador debían despachar los materiales de construcción, aprovechando el sistema de pagos de compensación que entonces mantenían Hugo Chávez y Rafael Correa. Este mismo negocio, a mediados de 2019, le permitió a un fiscal del estado de Florida lanzar una acusación contra Álex Saab y Álvaro Pulido Vargas por una operación de lavado de dinero de unos 350 millones de dólares, señalamiento que resultó decisivo para justificar su detención el 12 de junio. 11. Su amistad con Piedad Córdoba
“Yo no sabía que Álex era tan importante para el Gobierno venezolano”, dice ahora la exsenadora Piedad Córdoba. Esas palabras contrastan con su afirmación de hace un par de años: “Saab está bien posicionado en Venezuela y no necesita de mí, pues habla más fácil con Maduro que cualquiera”. A Córdoba siempre la han señalado como la responsable de abrirle la puerta del poder político venezolano a su compatriota Saab. Aun cuando las sospechas del poder que iba acumulando y de la naturaleza de sus negocios iban creciendo en varios partes, ambos reconocían su amistad. “Soy amigo hace muchos años de la doctora Piedad Córdoba”, manifestó Saab en 2017, cuando ya la fiscal venezolana en el exilio Luisa Ortega Díaz lanzó aquello de que el barranquillero era el “testaferro” de Maduro.