El crimen de cuatro militares en el Cauca por parte de las disidencias de las Farc dejó abierta la puerta a un posible error de planeación por parte del Ejército. A la zona se dirigió el pasado fin de semana el comandante de las Fuerzas Militares, el general Helder Giraldo, para ponerse al frente de los hechos, pero la situación contraria ocurrió con el comandante del Ejército, el general Luis Ospina, quien viajó tres días después.
SEMANA conoció con fuentes militares que se está revisando el RDA, que es la revista después de cada operación militar. En el documento se verifica que la operación militar cuente con todos los procedimientos y protocolos, además de los testimonios de los militares que participaron en la acción militar, entre otros.
Es de recordar que el pasado viernes, cuando se presentó el ataque de las disidencias de las Farc, de Iván Mordisco, contra el Ejército, varios militares que se encontraban en la zona se comunicaron con SEMANA para denunciar que habían sido abandonados y que, pese a pedir apoyo aéreo, este no llegó en el momento que lo requirieron.
El resultado de la operación militar fue de cuatro uniformados asesinados por las disidencias, que además se apoderaron de los cadáveres y que, según el Comando de las Fuerzas Militares, fueron profanados. Fuentes militares indicaron que dependerá del resultado del RDA definir si hubo fallas de planeamiento militar por parte del alto mando que se encuentra en el Cauca.
Los momentos vividos por los militares fueron angustiosos, como quedó en evidencia con un audio, en el que se escucha que un uniformado le pide a un coronel instrucción para salir de la zona donde estaban siendo atacados.
“Tírese al hueco, tírese al hueco, ya, tírese al hueco, rompa el contacto y tírese al hueco, ya, ya, rompa el contacto, rompa el contacto y tírese al hueco, tírese al hueco, ya mismo, tírese”, le ordena el coronel al militar, quien le responde: “No podemos tirarnos al hueco porque nos tienen rodeados por todos los puntos. Si nos tiramos al hueco, nos matan a todos”.
- Coronel: Entonces, ¿por dónde se puede usted defender? Por eso le digo, péguese donde Rodríguez o si no, tírese al hueco. Evasión y escape, tírese al hueco, tírese al hueco, evasión y escape.
- Soldado: Si me tiro al hueco, me matan, me matan, me matan.
- Coronel: Entonces, salga hacia donde Rodríguez, hermano, salga hacia donde Rodríguez.
- Soldado: No se puede, mi coronel, no se puede, mi coronel. Rodríguez está topado, todos estamos topados por todos los puntos.
Luego de varias horas de especulaciones, el Ejército confirmó que cuatro militares habían sido asesinados. Además, se ha establecido por fuentes extraoficiales que los cuerpos de los uniformados habían quedado en poder de las disidencias de las Farc.
La situación presentada en el Cauca generó todo tipo de comentarios, desde los rechazos a las disidencias por quedarse con los cuerpos de los militares, hasta las dudas por el planeamiento de la operación militar. Las disidencias que atacaron con ferocidad a los integrantes del Ejército son las de Iván Mordisco, que han recibido beneficios del gobierno nacional como la suspensión de órdenes de captura y el freno total durante varios meses de las operaciones militares ofensivas.
Según las Fuerzas Militares, detrás de este ataque estuvo alias Dumar o Chito, quien inició en 2015 como guerrillero raso. Dos años después recibió cursos de explosivista y fue designado para preparar e instalar minas antipersonal y artefactos explosivos en el sur del Cauca, con el fin de realizar atentados terroristas contra la infraestructura del Estado, la fuerza pública y la población civil.
En el 2019 fue designado como cabecilla de escuadra de la estructura Carlos Patiño del autodenominado Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc. Allí comenzó una macabra estrategia de aumentar las amenazas y presiones para obtener mayores recursos ilegales por concepto del cobro de cuotas extorsivas a agricultores, comerciantes, ganaderos y transportadores, de veredas y municipios como Argelia, El Tambo y López de Micay. Se estima que en esa época podría recolectar entre 400 y 600 millones de pesos mensuales producto de la extorsión, narcotráfico, entre otros.