En momentos en que 6 millones de personas se alistan para viajar por vía aérea para pasar la temporada de fin de año, salieron a la luz pública graves denuncias sobre la operación del aeropuerto El Dorado, principal terminal aéreo del país, y sobre actuaciones irregulares de algunos trabajadores de la Aeronáutica Civil.Las revelaciones encendieron las alertas del gobierno y los organismos de control y fiscalización. La semana pasada más de 20 funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) se tomaron las instalaciones de la Aeronáutica Civil para obtener información sobre las fallas de los últimos días.Además, el ministro de Transporte, Jorge Eduardo Rojas, le pidió a la Aerocivil contratar una empresa externa con expertos en comunicaciones, radares y temas meteorológicos, entre otros, para saber qué está pasando en El Dorado. “Le hemos pedido a la Fiscalía una investigación interna contundente. No tenemos pruebas, pero si muchas dudas sobre lo que está pasando”, dijo el funcionario, quien señaló que la seguridad aérea del país no está en riesgo y que la van a proteger con toda contundencia.El objetivo de la Fiscalía y la auditoría externa es establecer qué hay detrás de las fallas de energía y de comunicaciones registradas en los últimos días, y qué hay de cierto en las denuncias sobre posibles sabotajes y mafias en la contratación. Pero estas no son las únicas denuncias que deberán investigar, porque también se habla de manejos políticos en la Aerocivil, de actuaciones irregulares de altos funcionarios de la entidad, de escasez de controladores aéreos y de largas jornadas de trabajo en varios cargos.Si bien varios de estos temas son recurrentes y han sido denunciados en los últimos años, no deja de causar preocupación porque en esta oportunidad se habla de presuntos sabotajes en las operaciones en una entidad encargada de garantizar la seguridad aérea de colombianos y extranjeros. Además, sorprende que se hable de fallas y problemas técnicos cuando se han realizado en el aeropuerto El Dorado inversiones superiores a 1.200 millones de dólares para su ampliación y modernización. A ello se suman más de 250.000 millones de pesos en una nueva torre de control y un moderno Centro de Gestión Aeronáutico, con equipos de última tecnología.Los problemas¿Cuáles son esas denuncias que arrojan más sombras que luces sobre el funcionamiento de la Aerocivil y la operación de El Dorado? Daniel Rangel, presidente del Sindicato de Controladores Aéreos, encendió las alertas cuando advirtió sobre dos fallas presentadas en los últimos días en el sistema de comunicaciones y en el fluido eléctrico, que impidieron ver en los monitores a los aviones en vuelo. Aunque las aeronaves no corrieron riesgos por los sistemas de respaldo, esto obligó a disminuir a una tercera parte el número de operaciones (salida y llegada de aviones) durante cerca de una hora.Según Rangel, las fallas que se han venido presentando en los últimos meses obedecen a problemas con el área de soporte técnico y a un posible sabotaje de algunos trabajadores por temas relacionados con la contratación de equipos. El director de la Aerocivil, Alfredo Bocanegra, avaló la denuncia y advirtió sobre posibles actos de corrupción en la compra de aparatos tecnológicos. El funcionario dijo que existe una especie de cartel en la adquisición de equipos, y que como varios funcionarios fueron removidos de los cargos en los últimos meses habrían saboteado las operaciones. La Aeronáutica Civil maneja alrededor de 1,2 billones de pesos en contratos.Sobre este tema, el ministro de Transporte señaló que las investigaciones llegarán hasta las últimas consecuencias porque han pasado cosas extrañas justo cuando están las mismas personas, en el mismo lugar, a cargo de ciertos equipos. Por eso, para una mayor transparencia en la contratación se implementó un nuevo modelo con urna de cristal, que al parecer incomodó a personas de la entidad que estaban contratando a dedo. “Hay gente que ya no está viviendo de la fiesta de la contratación porque le pusimos coto a esto”, dice Rojas.Sin embargo, otros expertos del sector aseguran que los problemas tienen que ver con equipos viejos del antiguo centro de control, que no aguantan una sobrecarga. Por eso se muestran extrañados de que se haya retrasado el traslado de las operaciones al nuevo Centro de Gestión Aeronáutico. “No creo que haya manos criminales ni sabotajes. Por el contrario, pienso que hay desorganización e improvisación. Todos los años hay temporada de lluvias y no se presenta el caos que se vivió recientemente”, dijo.Carlos Ferney Llanos, presidente de la Asociación Colombiana de Controladores de Tránsito Aéreo, coincide con este diagnóstico y señala que las fallas vienen de tiempo atrás y obedecen a los equipos obsoletos y a que la nueva tecnología adquirida en los últimos años no es compatible con la antigua. “Lamentablemente al comprar los equipos no se hizo una adecuada transición ni se determinó si eran compatibles con los viejos”, dice Llanos.Pero además de estos problemas, controladores y pilotos insisten en la escasez de personal y la sobrecarga laboral. Dicen que se necesitan por lo menos 24 controladores adicionales a los más de 600 que operan en el país, y que es necesario contratarlos urgentemente porque su capacitación dura varios años. A ello se suma que muchos están cerca de pensionarse y no tienen reemplazo.El capitán Jaime Hernández, presidente de la Asociación de Aviadores Civiles (Acdac), sostiene por su parte que la investigación tiene que ir más allá de los temas denunciados y abordar la relación de la Aerocivil con las aerolíneas, porque a veces es permisiva con los temas de seguridad. También se debe revisar si los cargos directivos de la entidad son escogidos por favores políticos en vez de criterios técnicos, si se están cumpliendo las normas internacionales en materia de seguridad, y si hay sobrecarga laboral.“No podemos esperar a que haya un accidente para actuar. Lo que ocurrió con el vuelo de LaMia debe servir de ejemplo de lo que no puede pasar”, dijo Hernández, quien respaldó la actuación del director de la Aerocivil en las denuncias de los últimos días.Otros conocedores del sector afirman que, aprovechando esta coyuntura, el gobierno y los organismos de control también deben mirar hacia otros frentes. Por ejemplo, señalan que la Fuerza Aérea tiene cada vez mayor injerencia en la Aerocivil, pues asume las investigaciones y otras funciones que corresponden a la entidad. Además advierten sobre irregularidades en la Secretaría de Seguridad Aérea por posible favorecimiento a un grupo de empresas del sector, en detrimento de otras. Se habla de abuso de poder de funcionarios de esta Secretaría con las empresas que prestan el servicio de vuelos chárter.Sin embargo, el secretario de Seguridad Aérea, Fredy Bonilla, dice que no favorece a ninguna empresa porque los permisos de vuelo son emitidos por la Oficina de Transporte Aéreo, y precisa que su despacho sí emite conceptos técnicos y operativos para saber si las compañías cumplen con las condiciones de aeronavegabilidad.Ante estas denuncias, las compañías aéreas son partidarias de que una entidad externa se encargue de los temas de la navegación aérea para tener mayor independencia. Según Gilberto Salcedo, presidente de la Asociación de Transporte Aéreo (Atac), hoy la Aerocivil tiene una doble función porque presta servicios de navegación aérea, pero al mismo tiempo investiga y controla.Las revelaciones de los últimos días deben arrojar resultados rápidos y contundentes porque no puede quedar en tela de juicio la Aeronáutica Civil, una entidad de la mayor importancia del país, en momentos en que más de 35 millones de pasajeros se movilizan y cuando el país ha hecho grandes esfuerzos para modernizar su sector aéreo.