Agusto Ibáñez fue considerado como la columna de hierro de una corte que a su vez le tocó ser la columna de hierro de la democracia. Así describe Jaime Arrubla a quien consideraba uno de sus más allegados amigos, ese mismo respetado abogado que se fue este miércoles de manera sorpresiva dejando un gran legado para la justicia. Ibáñez acudió al medico por una afección respiratoria hace no más de quince días y fue diagnosticado con un cáncer que se lo llevó de manera repentina. El abogado penalista de la Universidad Externado no había cumplido sus 60 años; actualmente era director de Derecho Penal de la Universidad Javeriana. Fue asesor del gobierno de Andrés Pastrana para el proceso de paz y para la discusión internacional que en ese momento libraban los países en la creación de la Corte Penal Internacional. Fue ministro plenipotenciario de esa Comisión Preparatoria de la CPI. Se desempeñó como profesor de la Univesidad Externado de Colombia y fue autor de varios libros de derecho penal.
Su sorpresivo deceso hizo que varios abogados, periodistas y amigos de la familia, mostraran públicamente las condolencias. A Ibañez se le recuerda como uno de los magistrados que desde la corte más empujó los procesos por parapolítica.
Las férreas posiciones de Ibáñez hechas públicas desde la presidencia de la Corte Suprema de Justicia marcaron una distancia con el gobierno Álvaro Uribe Vélez. Estando él en ese cargo, enfrentó uno de los choques más críticos con el gobierno por cuenta, entre otras, del largo tiempo de interinidad para la eleccion de un fiscal en prioridad. En una polémica entrevista, el penalista aseguró que la corte podría estudiar la posibilidad de elegir fiscal en propiedad, con facultades de la Ley Estatutaria de la Fiscalía, si el Presidente de la República se seguía negando a cambiar la terna. El alto tribunal había declarado la terna como inviable y le pedía al primer mandatario una nueva selección de candidatos. "El señor presidente nos llamó a ver qué pasaba con la elección, como jefe de Estado eso lo vimos como algo normal. Fuimos ambos como dignatarios (él como presidente, yo como vicepresidente) y a Augusto no le tembló la voz para decirle: ‘usted tiene que replantear la terna. Era un hombre de gran entereza, convicción de sus ideas, no le temblaba la mano para defenderlas", aseguró Jaime Arrubla, exmagistrado de la Sala Civil y también expresidente de la alta corporación. El exprocurador Jaime Bernal Cuéllar calificó esta como una gran pérdida para el país. "Primero un catedrático extraordinario, persona que dedicó gran parte de su vida a la enseñanza del derecho, llegaba fácilmente a la juventud. Conferencista profundo, interpretaba la jurisprudencia de las cortes, las criticaba de manera seria. En la Sala Penal dejó un sin número de providencias para la protección de los derechos humanos, providencias de consulta obligatoria para cualquier jurista". Durante sus años como magistrado -entre el 2007 y el 2012- Ibáñez se abanderó de la parapolítica. "Fue una persona que acertó en lograr sancionar a muchos parapolíticos, presentó criterios de interpretación sobre la competencia de la Corte Suprema para juzgar a estas personas e investigarlas. Tiene varias providencias orientadoras sobre aplicación la justicia y cómo se deben aplicar sobre la responsabilidad de altos funcionarios del Estado", aseguró Bernal Cuéllar."Su muerte genera ausencia profunda; ocurre a una edad temprana en la que quedaba mucho por enseñar. Desde la academia y desde la justicia fue una persona que acertó en lograr sancionar a muchos parapolíticos y políticos; presentó criterios de interpretación sobre la competencia de la Corte Suprema para juzgar a estas personas e investigarlas. Es un gran luto para el país, un jurista y magistrado de las calidades de Ibáñez nos va a hacer mucha falta", aseguró Arrubla. Con firmeza y convicción impulsó los procesos contra los políticos aliados con los paramilitares. En el 2012, renunció a la Sala Penal de la Corte que lo despidió con estas palabras: "Con cierta frecuencia le escuchamos insistir en los juicios que emitirá la historia frente a la misión cumplida por la Corte Suprema en los últimos años, en la cual ha sido protagonista de primera línea. Pues bien, doctor Ibáñez, en el trayecto recorrido junto a usted, la justicia aprendió, como lo sentenció Eliot, que “la historia es aquí y ahora”.