"Ni la cabeza le dolía". Con la voz entrecortada por momentos, Valerio Cabañas confirmó a la radio ABC el deceso de su hermano Roberto Cabañas, estrella de la selección paraguaya de fútbol, campeón de América en 1979 y mundialista en México 1986.Con incredulidad y apenas tratando de explicar esta sorpresiva noticia, Valerio explicó que tal era su estado físico que "La Pantera", como lo conocían los adeptos del popular club Cerro Porteño, donde se inició en Paraguay, se estaba poniendo a punto para participar de una liga de ‘showbol‘.Se trata de una disciplina que combina el fútbol de campo con el de salón y en la que habitualmente participan estrellas retiradas de selecciones nacionales de Paraguay, Argentina y Brasil, entre otros.Le recomendamos: "El ‘pasecito‘ de CabañasSus familiares se dieron cuenta de que había sufrido un ataque en los primeros minutos de este lunes, relató su hermano, también exjugador de Cerro, con el que también hacía dupla en partidos de tenis, su segundo deporte preferido.Exjugador del Brest y del Lyon de Francia, con el Cosmos de Nueva York Roberto Cabañas integró su primer equipo de estrellas junto a su compatriota Julio César Romero ("Romerito"), al lado de Pelé, Carlos Alberto, Franz Beckenbuer, Johan Neeskens y Giorgio Chinaglia.Todo un ídolo de la Albirroja paraguaya, Cabañas debutó como profesional en el asunceno Cerro Porteño, en 1979, y poco después, con 19 años, fichó por el Cosmos neoyorquino, donde jugó cuatro temporadas y destacó por sus goles de chilena. Con el Cosmos ganó el premio al jugador más valioso de la North American Soccer League en 1983.Con el América de Cali llegó tres veces a las finales de la Copa Libertadores, las de 1985, 1986 y 1987. Militó además en el Deportivo Independiente Medellín y en el Real Cartagena de Colombia, además de un pasaje por el Barcelona de Ecuador.A través de su cuenta de Twitter, el América de Cali lamentó:

Trotamundos del fútbol, ese año Cabañas emigra a Francia, jugando tres temporadas en el Stade Bretois 29 y dos en el Olympique Lyon.En 1992, regresó al fútbol americano para militar en el argentino Boca Juniors, donde estuvo dos temporadas que le fueron suficientes para convertirse en uno de los ídolos locales.En Boca Juniors conquistó el Torneo Apertura de Argentina y la Copa Master, ambos en 1992. En Argentina, Cabañas fue idolatrado por la afición ‘Xeneixe‘ por sus habilidades con el balón, sus goles, varios de ellos "de antología" y especialmente debido a su fuerte temperamento que lo llevó a fuertes cruces con jugadores de River Plate, clásico rival de Boca.El equipo argentino confirmó la noticia desde temprano en la mañana y expresaron que el futbolista no tenía problemas de salud: "Inclusive se preparaba para jugar al Showball", indican.

En una entrevista concedida al programa radial Buena Gente, Blas Giunta, quien jugó con Cabañas en el Boca y es actual director técnico argentino, descrbibó a Cabañas como un gladiador. “Roberto era una bomba, siempre sumando, dejando el corazón en la cancha, era un gladiador. Tengo recuerdos barbaros lamentablemente se fue hoy”. Lamentó además el deceso al considerarlo un “luchador de la vida”. “Era un tipo extraordinario. Como jugador y como persona, quería jugar partidos, las finales, los campeonatos, siempre con los mejores, era profesional ciento por ciento”, dijo.Puede leer: "El affaire de Cabañas"Tres años después, fichó por el Libertad paraguayo, del que pasó al Independiente Medellín, en 1996, para cerrar su carrera en 2000 en el también colombiano Real Cartagena.En los últimos años, Cabañas se desempeñó como comentarista deportivo y transmitió para una cadena televisiva paraguaya el Mundial de 2014 de Brasil.Inmortalizado por sus jugadas vistosasRoberto Cabañas se inmortalizó por sus jugadas vistosas, sus goles de chilena y voleas, rebautizadas por los especialistas como "cabañuelas", como una que lo consagró en el Cosmos. Una de sus más recordadas cábalas era el uso de una muñequera blanca y acostumbraba a celebrar sus goles con una acrobática voltereta.Fue protagonista de la época dorada del América de Cali y anotó goles claves en finales de la Copa Libertadores con Boca.Su traspaso al fútbol francés en 1988 fue toda una novela entre los directivos del América y los del Brest. Entre 1989 y 1990 vistió los colores del Olympique Lyonnais, uno de los más grandes del fútbol francés. De allí pasó al Boca Juniors argentino, donde se convertiría en ídolo. "Tengo la gran satisfacción de haber jugado con los dos futbolistas más grandes del mundo, porque muy joven llegué a los Estados Unidos (19 años) y compartí con Pelé, y tal vez viejo llegué a la Argentina y tuve la ocasión de estar en el grupo con Diego Armando en Boca", expresó Cabañas en una entrevista con un diario paraguayo."No hay similitud entre Pelé y Maradona", decía Cabañas. "Pelé era mucho más completo, más atlético, Maradona fue un genio con el balón y mucho más individualista. Pelé era más colectivo, jugaba para el equipo y Maradona mucho más líder en todo aspecto", describió.Valerio Cabañas recordó que "en Francia fue goleador y fue considerado el mejor futbolista extranjero". "Tuvo una pasantía muy buena por Europa. Fue ídolo total en los clubes en donde estuvo", recordó con melancolía su hermano Valerio este lunes a la radio ABC.Confirmó que los restos de su hermano serán trasladados a la ciudad de Pilar, su lugar de nacimiento, 300 km al sur de Asunción, donde será velado y enterrado, como era su voluntad.*Con agencias EFE y AFP