Los empresarios del país están del luto. El fallecimiento de Carlos Ardila este viernes en Cali ha generado gran cantidad de reacciones en el mundo político y económico de Colombia que confirman el nivel de liderazgo de uno de los visionaros más grandes en Latinoamérica en los últimos años.

El expresidente Álvaro Uribe, amigo personal del fundador de la Organización Ardila Lulle, fue el primero en reaccionar. “Fue un ejemplo de compromiso con Colombia, de generación de empleo, aún en los momentos más difíciles. Un punto de referencia muy alto de amor a la patria. Su partida no interrumpe su vocación de creación de riqueza social”, expresó el exmandatario.

El presidente Iván Duque también lamentó el fallecimiento del dirigente empresarial. “Su vida fue un gran ejemplo de tenacidad, amor por Colombia, fraternidad con los trabajadores y petriotismo. Pierde Colombia a uno de sus grandes transformadores. Solidaridad con su familia”, dijo.

Por su parte, la vicepresidente Marta Lucía Ramírez, también cercana al magnate, se solidarizó con el fallecimiento: “La obra empresarial de Carlos Ardila Lulle es un legado tangible de construcción, devoción y entrega a Colombia. La gran solidaridad que tuvo con sus trabajadores, es la que tienen hoy sus hijos frente a muchos temas sociales en el país. Paz en su tumba, junto a su amada esposa”.

El expresidente Juan Manuel Santos, también se refirió a la muerte del líder nacional. “Lamentamos la muerte de Carlos Ardila, un gran empresario y amigo que hizo lucho por este país. Nuestras condolencias a toda su familia”, dio.

La alcaldesa, Claudia López, también se pronunció: “A su familia, a sus amigos y a los miembros de tantas empresas que generó en nuestra ciudad y en el país, nuestro abrazo y solidaridad”.

El exministro de Hacienda, y hoy precandidato presidencial, Mauricio Cárdenas, lamentó la muerte, y destacó “que las industrias que creó han sido fuente de progreso para Colombia. Admirable su creatividad y espíritu empresarial. Solidaridad con su familia”, destacó.

El exalcalde de Bogotá y hoy precandidato presidencial, Enrique Peñalosa confesó “que me entristece la muerte de Carlos Ardila, creador de empresas, generador de empleo y progreso. ¡Dedicó su vida a trabajar en Colombia y por Colombia!”, expresó.

Bruce Mac Master, presidente de la Andi, afirmó que desde la Asociación Nacional de Empresarios “hacemos un homenaje a la vida de don Carlos Ardila, y enviamos un mensaje de condolencias a toda su familia y los colaboradores de la organización creada y liderada por él”.

La exgobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, también reaccionó. “Hoy Colombia despide a un gran líder, visionario, empresario y comprometido con su país, pero por sobre todo, un gran ser humano, afectuoso y solidario. Mi mensaje de pésame a su familia, amigos y empleados. Paz en su tumba”.

Por su parte, Óscar Iván Zuluaga, precandidato presidencial por el Centro Democrático, recordó al empresario como un líder que amaba a Colombia, “creyente en su potencial y quien trabajó duro para generar empleos y desarrollar nuestra patria. Su legado se mantendrá firme y seguirá inspirando a emprendedores que buscan construir un país más próspero”.

Ardila Lülle, nacido el 4 de julio de 1930 en Bucaramanga, fue el fundador de la Organización Ardila Lülle, la cual está integrada por más de 80 compañías y cuenta con más de 40.000 trabajadores en todo el país.

De acuerdo con Forbes, la fortuna de Carlos Ardila Lülle, fallecido en la madrugada de este viernes en Cali, a sus 91 años, está avaluada en más de US$2.200 millones.

El gran emprendedor

Carlos Ardila Lülle fue un hombre con gran olfato para los negocios. Comenzó a construir su fortuna desde muy joven al combinar tres elementos: visión, habilidad empresarial e innovación. Esos tres elementos se conjugaron en la que sería la fórmula del éxito de Postobón: una esencia de olor y sabor a manzana que le dio. Así transformó una pequeña planta productora de gaseosas en el más poderoso conglomerado de bebidas no alcohólicas del país.

A sus 23 años, este santandereano fue nombrado administrador de la fábrica de Gaseosas Lux en Cali, con la misión de montar una nueva planta. Se había graduado como ingeniero de la Escuela de Minas un par de años atrás y se acababa de casar con Beatriz Gaviria, hija de uno de los fundadores de Lux, Antonio José Gaviria Callejas.

Pero fue al año siguiente, un día de 1954, cuando después de reunirse con el belga Jean Martin Leloux –quien le dio a oler un frasco con esencia de manzana utilizado para hacer postres–, tuvo la idea de fabricar una gaseosa con ese sabor.

Contra el escepticismo de muchos, se arriesgó, y a mediados de julio de ese año lanzó la gaseosa con sabor a manzana que resultó ser todo un éxito y le dio a la marca Lux 70% del mercado caleño.

Gaseosas Lux producía entonces bebidas con sabores de piña, naranja, kola, ginger y vinol. Había sido fundada el 24 de agosto de 1925 en Medellín y era hasta entonces una industria familiar pequeña, que estaba a leguas de pisar los talones de su principal competidor: Gaseosas Posada Tobón, constituida el 11 de octubre de 1904 en Medellín por Gabriel Posada y Valerio Tobón.

Pese a la diferencia de tamaños, la mayor participación de mercado ganada por Gaseosas Lux desató una ‘guerra’ con Postobón que, según algunos historiadores de la época, incluyó hasta la destrucción recíproca de envases y productos para evitar su comercialización.

Las acciones de Postobón se transaban en la Bolsa de Medellín, y fue entonces cuando Ardila empezó a comprar títulos de dicha compañía, acompañado de Carlos Upegui, quien había sido Superintendente de Sociedades y lo apoyó en su empeño de hacerse al control de su competencia. El resultado de la habilidad empresarial y su estrategia bursátil se tradujo en el hecho de que, en 1976, Ardila Lülle se presentó en la Asamblea de Accionistas de Postobón con 93% de las acciones de la industria de gaseosas en su poder, incluidas unas que había comprado a Jaime Michelsen Uribe a través del naciente Grupo Grancolombiano.

Ese día, en medio de la confusión que reinaba, los asistentes quedaron sorprendidos ante el hecho contundente del cambio de dueño. El presidente de la compañía, Carlos Posada Uribe, fue ratificado, pero la junta directiva, de seis miembros, fue cambiada por personas cercanas a Ardila.

Esta compra cambió la historia de las bebidas no alcohólicas en Colombia.