Miedo y zozobra, esto es lo que se vive en la vereda Boca de Manso, en zona rural del municipio de Tierralta, Córdoba. Los pobladores han sido reacios, en su mayoría, a comentar lo ocurrido en la tarde del pasado 11 de septiembre, cuando cerca de diez hombres fuertemente armados ingresaron a la zona para amenazar a la población civil, e incluso, intentar abusar sexualmente de una menor de edad.
Una comisión de la Procuraduría General, liderada por el delegado para los Derechos Humanos, comenzó la recolección de elementos materiales probatorios para establecer qué fue lo que pasó. Sin embargo, no ha sido una tarea fácil puesto que en la población temen represalias por parte de los militares adscritos al Batallón de Infantería n.° 33, que operan en la zona.
En las pocas declaraciones que se han podido recolectar existe un factor común: no es un caso aislado. En meses anteriores ya se habían presentado abusos de poder por parte de integrantes del Ejército Nacional. La falta de mando ha sido evidente para los investigadores, quienes han sido intimidados por uniformados.
En este orden de ideas, los pobladores han señalado que un grupo de militares se habría aliado con los grupos armados que delinquen en la región para ejecutar acciones ilegales, principalmente la explotación de cultivos ilícitos. Todo esto se traduce en una falta de protección del Estado.
Uno de los pobladores que fue amenazado directamente por los hombres fuertemente armados reseñó que además de los militares habían integrantes de la banda del Clan del Golfo que han sembrado el terror. Frente a la pregunta de cómo estaba tan seguro, respondió claramente que eran fácilmente identificables.
Reconoció que en efecto se presentaron como disidentes de las Farc y amenazaron con ajusticiar a los pobladores y que si no atendían las órdenes los iban a arrojar al río, sin importar que en la zona hubiera bebés y niños.
Igual que la Procuraduría, una comisión de la Fiscalía General también recolecta elementos materiales probatorios en la investigación penal que adelanta. En la zona también hace presencia un juez delegado por la Justicia Penal Militar que abrió una indagación por el delito de abuso de autoridad especial.
El comandante del Ejército, general Luis Fernando Ospina, confirmó el pasado jueves, desde Montería, que fueron retirados del servicio diez de los uniformados involucrados en este hostigamiento. El hecho es tan grave que en las denuncias, incluso, señalan que se dio la violación de una mujer indígena, un caso que está en investigación.
“Son diez los militares comprometidos, quienes se alejaron de la política institucional, los postulados del Ejército Nacional, las leyes, la doctrina, las normas y el marco constitucional, según lo que se ha podido identificar”, aseguró el general Ospina desde la capital del departamento de Córdoba.
Hostigamientos, abuso sexual y robos en Tierralta
La tranquilidad de la vereda Bocas del Manso Camino, ubicada en el municipio de Tierralta, al sur de Córdoba, se vio sacudida por un escalofriante episodio de violencia que ha conmocionado a toda Colombia. El pasado 11 de septiembre, un grupo de uniformados generó una ola de terror en la comunidad.
Según relatos de testigos, alrededor del mediodía, aproximadamente diez individuos llegaron a la vereda, haciendo creer a los habitantes que eran disidentes de las Farc. Sin embargo, los uniformados llevaban prendas militares que revelaban su verdadera identidad. En un acto de violencia indiscriminada, comenzaron a amedrentar a los residentes, incluyendo a mujeres con niños en brazos, menores de edad y adultos mayores.
La situación alcanzó su punto culminante cuando las víctimas lograron documentar los horribles eventos en un impactante video de 4 minutos y 14 segundos. En la grabación, se puede ver a los uniformados profiriendo insultos verbales, amenazando con disparar e incluso apuntando sus armas directamente a la cabeza de algunos de los presentes.
Además de las amenazas y la intimidación, la comunidad denuncia abusos sexuales y robos por parte de los militares. Una mujer indígena embera katío fue presuntamente abusada sexualmente, mientras que los uniformados habrían robado objetos como ropa, bolsos, productos de higiene personal, dinero en efectivo, joyas y también llevaron a cabo saqueos en las tiendas de alimentos.
Testigos afirman que los militares forzaron a los habitantes a abandonar sus hogares, incluyendo a niños, mujeres y adultos mayores, a quienes también les exigieron que se acostaran en el suelo durante aproximadamente tres horas. Además, se conoció que los uniformados obligaron al profesor de la escuela local a recopilar información de todos los presentes en la comunidad, llevándose consigo la lista con los datos de los residentes.
Cuando finalmente se retiraron del lugar, se dirigieron hacia una dirección que ya era conocida por la comunidad debido a la presencia previa del Ejército Nacional en la zona, durante los últimos cinco días.
Las autoridades han iniciado una investigación para esclarecer estos perturbadores hechos y garantizar que se haga justicia. La comunidad de Bocas del Manso Camino espera respuestas y medidas adecuadas para proteger sus derechos y seguridad en el futuro.