En el mismo lugar donde se escribió una de las páginas más dolorosas del conflicto en el país, las FARC reconocieron por primera vez su cuota de responsabilidad por la masacre de Bojaya. La ceremonia, que convocó a cerca de 1.000 personas y se extendió por más de tres horas, no fue solamente para recordar. 'Pastor Alape', acompañado de otros siete miembros de las FARC, tomó la vocería en un acto por el que muchas víctimas llevaban esperando 13 años. “Nunca hubo intención de lastimar a la población civil y menos a los ancianos y niños inocentes que murieron en este lamentable hecho”, dijo el jefe guerrillero. Por muchas razones el encuentro fue íntimo. Las mismas víctimas pidieron que fuera un acto totalmente reservado. No era la primera vez que esa guerrilla expresaba su responsabilidad por los hechos, ya lo había manifestado 'Pablo Catatumbo' desde La Habana, pero esta vez se trataba del primer acto en el que las víctimas y los victimarios se sentaban cara a cara.   El encuentro inició con un relato que detallaba todas las situaciones por las que pasaron los pobladores desde mayo del 2002. Acto seguido, una obra del grupo de teatro del pueblo y otra del grupo de ALABAOS, una puesta en escénica basada en la danza contemporánea que les permite recordar lo que pasó en Bojayá. ‘Pastor Alape’ fue el que habló. Pero la voz la tuvieron las víctimas. El documento, que leyó uno de los representantes recogió el sentir de la comunidad: "fueron de pueblo a pueblo. Estaba el querer consolidado de casi todos. Cada quien iba aportando una idea, una idea y así se fue construyendo todo ese documento", dijo uno de los asistentes. Todos escucharon atentos cada una de las palabras que pronunció el jefe guerrillero. Incluso, para la memoria de muchos quedó las tres veces que suspendió el discurso porque la voz entrecortada y las lágrimas no lo dejaban continuar. “La gente mostró satisfacción. La gente se quedó callada. Ellos fueron muy prudentes incluso ese señor que habló, suspendió porque lloraba cuando estaba pidiendo la disculpa", agregó. El sentir del pueblo era uno: que los hechos por los que pasaron los habitantes de Bojayá no vuelvan a suceder. “El mensaje es que no se haga mas repetición de los hechos. La gente estaba dispuesta a que se dieran las disculpas, pero que no se siga repitiendo cosas de esas. Para la tranquilidad de todos”. Este domingo quedó para la historia. Aunque a los delegados de esa guerrilla no se les escuchó pronunciar la palabra perdón, sí le reconocieron a los familiares de las víctimas su responsabilidad por el ataque en el que murieron 117 personas, entre ellos 47 niños. Es decir, un hecho en el que le quitaron la vida al 10 % de un pueblo humilde y olvidado. ¿La causa? Un cilindro bomba lanzado por miembros de las FARC que cayó en una iglesia en donde los inocentes habían buscado refugio por los recios combates con los paramilitares. 'Benkos Biojó', 'Isaías Trujillo', 'Pablo Atrato', 'Matías Aldecoa, 'Erica', 'Sammy' y 'Boris Guevara' fueron algunos de los miembros de las FARC que acompañaron el solemne acto de contrición. Además de Sergio Jaramillo, alto comisionado para la paz, que también estuvo en la ceremonia. El pasado estuvo frente al espejo para las FARC. Aunque en el punto de víctimas -que se discute en la Habana por estos días- no hay un acuerdo todavía, en un histórico hecho, la guerrilla encaró el pasado y puso la primera piedra para reconstruir los hechos que permitirán entender las razones de más de 50 años de conflicto. Para muchos el encuentro sienta un precedente, pero aún falta mucho por aclarar. Las víctimas aún esperan noticias de los desaparecidos de ese 2 de mayo y por los que aún no tienen respuesta. Aunque las FARC, no son las únicas que tienen mucho que contar por la masacre de Bojayá.