La polémica por la fiesta de fin de año en la que departieron guerrilleros y miembros del equipo de verificación de las Naciones Unidas no para, y ahora deja en un limbo el mecanismo de verificación en Conejo (La Guajira).A través de un comunicado, el Estado mayor del bloque Martín Caballero de las FARC-EP anunció que se retiran del componente del mecanismo de Monitoreo y Verificación en esta zona del país.Indican que esta decisión se mantendrá hasta tanto la ONU no envíe una delegación de alto nivel con capacidad de decisión que clarifique el despido de su personal "bajo el argumento de ser un hecho inapropiado y hostil el acto de compartir e integrarse con las comunidades, los guerrilleros y sus familiares".“Hacerle caso a un fragmento de video apócrifo descontextualizado donde se cataloga a las FARC-EP de terroristas es altamente ofensivo para todos los asistentes a ese acto”, indicó este grupo guerrillero a través de un comunicado.Además, aclararon que aunque respetan la autonomía de la ONU consideran apresurada e inconveniente su decisión que, según ellos, no pueden tomarse de manera unilateral, por tratarse de un mecanismo tripartito.Le recomendamos: El Gobierno se queja ante la ONU por baile de verificadores con las FARCPero ¿qué significa y qué consecuencias tiene este nuevo capítulo dentro del polémico episodio de fin de año en Conejo? Según Sergio Guarín, coordinador del Área de Posconflicto de la Fundación Ideas para la Paz, el mecanismo es tripartito (Gobierno, FARC y ONU) y funciona si sus componentes están activos.  “Si no está participando una de las partes, las labores del mecanismo no pueden ser válidas”, indicó. Por ello, lo que procede en adelante –dice Guarín- es que después de la decisión que tomó el Bloque Martin Caballero se acuda a “instancias de solución de controversias” con el fin de encontrar una fórmula que permita que este mecanismo continúe.El Mecanismo de Monitoreo y Verificación es el que está a cargo de supervisar el cumplimiento de los acuerdos, sobre todo las reglas que rigen el cese definitivo del fuego y de hostilidades. Tienen funciones de observación, análisis de información y mediación en caso de incumplimiento.En consecuencia, aunque en ausencia del mecanismo el cronograma de la desmovilización sigue intacto, esta zona se queda sin el monitoreo, lo que pone en situación de riesgo inminente el punto de preagrupamiento ya que ante cualquier incidente que suceda no contarían con una forma control y confirmación de los hechos. Puede leer: Separan del servicio a funcionarios de la ONU por fiesta con las FARCEn la mañana de este jueves, la ONU confirmó a través de un comunicado la separación del servicio de tres observadores y el supervisor del equipo por cuenta de las imágenes en donde se les ve bailando con miembros de las FARC. Colombia, a través de su embajadora ante la ONU, se había quejado formalmente por el incidente y había solicitado tomar correctivos.La misión, que desde el comienzo calificó de inapropiado el comportamiento de los funcionarios y dijo que no reflejaba su profesionalismo, reiteró su imparcialidad y los compromisos con las partes con la verificación del cese del fuego y de hostilidades, y la dejación de armas.Entretanto, la polémica continúa en las redes sociales. A través de su cuenta de Twitter, el abogado de las FARC Enrique Santiago comentó: “Observadores bailando con guerrilleras debe ser más grave q CascosAzules con prostitución y drogas o Uribe en Ralito?”“Desde este territorio tan alegre y festivo nos duele que algunos medios estén juzgando a los miembros de la ONU por unirse a la alegría y el festejo, no sólo por la llegada del año nuevo, sino por el fin de una larga guerra”, dijeron los miembros de la comunidad en un comunicado. “Preferimos ver bailando a todos: soldados, policías, observadores y opositores y que llenen nuestros territorios de entusiasmo y de fraternidad, en lugar de enfrentarse a muerte; así es como se acaban las guerras, no con intrigas desde Bogotá”, añadieron.No es la primera vez que Conejo es escenario de grandes controversias dentro del proceso de paz. Fue en este corregimiento donde imágenes mostraron a miembros de las FARC armados hablando en un acto público con la población civil, hecho por el cual se desató el escándalo nacional.Los obstáculos del pregrupamientoLas FARC se concentran en sitios aledaños a las 26 zonas donde, en un plazo máximo de seis meses, deberán dejar las armas y regresar a la vida civil.En un principio estaba previsto que los miembros de las FARC estuvieran concentrados antes del 31 de diciembre, pero ese plazo se postergó por los problemas logísticos y de infraestructura que han retrasado el proceso, a los que ahora se suma el incidente de Conejo.El presidente Juan Manuel Santos reconoció las dificultades este jueves sin referirse específicamente al incidente de La Guajira que ha puesto a la ONU en el ojo del huracán.“Sí ha habido retrasos, sí hemos tenido problemas, esta es una operación logística muy, muy compleja, pero todos esos problemas se están resolviendo”, dijo Santos durante una visita al campamento ubicado en el municipio de Mesetas, Meta.Explicó que junto con el Secretariado de las FARC, el Gobierno ha tomado decisiones para acelerar la movilización de los excombatientes hacia las zonas veredales lo antes posible. “La voluntad de todos es acelerar al máximo para poder cumplir los cronogramas de dejación de armas”, subrayó.