Luis Carlos Vélez: ¿Qué piensa de la nueva fase de normalización económica que anunció el Gobierno?Luis Fernando Mejía: Creo que son medidas oportunas y absolutamente necesarias. Nosotros habíamos calculado que cada mes de cuarentena cuesta entre 48 y 61 billones de pesos a la economía colombiana. Es un costo económico sustancial que seguramente también va a afectar en materia de desempleo. Todo lo que se pueda ir haciendo para ir reactivando la economía colombiana, compaginando con protocolos de salud y salubridad, es absolutamente esencial.L.C.V.: ¿Se quedó corto el Gobierno en esta segunda etapa? ¿Pudo haber hecho más?L.F.M.: Es un difícil balance porque acelerar la expansión más allá de lo que uno pudiera pensar que sería necesario desde el punto de vista económico podría tener consecuencias negativas en materia de salud. Pero hasta ahora, me parece que en lo que se ha hecho se ha priorizado de una manera adecuada, con los sectores especialmente más generadores de empleo y con mayores encadenamientos productivos, que son la construcción, la industria y el comercio. Yo quisiera que fuera más rápido, pero idealmente vamos bien.
L.C.V.: Esto nos lleva casi que hasta junio, y llevamos en esta situación desde marzo. ¿En términos económicos, luego de junio podemos seguir en cuarentena?L.F.M.: Va a ser muy difícil. Las cifras que tenemos en desempleo son preocupantes. Nosotros calculamos que la cifra de desempleo este año podría llegar a ser del 20 por ciento. Estamos hablando de 2.500.000 colombianos que quedarían en desempleo. Las cifras de marzo son muy malas porque apenas con diez días de cuarentena, ya se quedaron 1.600.000 personas sin empleo en el país. Y Colombia tiene una tasa de informalidad del 60 por ciento, así que mucha gente vive de lo que puede hacer en el día a día para sostener a sus familias. Es muy difícil continuar con una cuarentena de largo aliento porque además va a ser insostenible. La gente tendrá que decidir entre quedarse en su casa para no contagiarse o salir a trabajar para no pasar hambre.L.C.V.: Teniendo en cuenta que Bogotá representa el 27 por ciento de la economía del país, ¿qué piensa de la posición de Claudia López?L.F.M.: Yo creo que está preocupada, por supuesto, por la evolución de la pandemia, porque Bogotá es el epicentro principal y tiene la concentración más alta de número de casos. Pero es importante trabajar de manera articulada con el Gobierno nacional. Entiendo su preocupación, por ejemplo, por la congestión de los transportes masivos como TransMilenio; eso hay que monitorearlo. Pero si se logra trabajar de manera articulada, con criterios claros sobre la evolución de contagios, de utilización de unidades de cuidados intensivos y de número de muertes, se puede ir mejorando gradualmente. Va a ser fundamental porque Bogotá representa el 27 por ciento del PIB y solo en marzo se perdieron 400.000 empleos en la ciudad, así que es fundamental trabajar de manera articulada para poder ir reactivando económicamente la capital.
L.C.V.: Esta semana la doctora Claudia López dijo que este era un enfrentamiento entre la centroizquierda, que ella lidera en la ciudad, contra la centroderecha, que presiona para volver a la normalidad. ¿Este es un choque político ideológico?L.F.M.: No. Así como creo que no hay dicotomía entre salud y economía, tampoco creo que este sea un tema de posturas ideológicas, de izquierda o derecha. Hay que concientizarnos como sociedad de que vamos a tener una nueva normalidad, de que no vamos a recuperar nuestra vida como la teníamos antes en materia de asistencia a eventos masivos. Todos los protocolos de distanciamiento van a continuar, pero eso implica que todos –las autoridades, el Congreso, jueces y cortes– tenemos que trabajar para reactivar nuestra vida y ajustarnos a los nuevos comportamientos.L.C.V.: ¿Por qué cree usted que los estimados económicos y de salud se han pifiado en Colombia?L.F.M.: Difícil saberlo hasta ahora porque estamos en la primera fase. Las medidas fueron oportunas y efectivas. Colombia fue uno de los países más rápidos de la región en empezar a enfrentar la pandemia, y lo que estamos viendo es que en efecto esa intervención rápida y temprana pudo haber disminuido el ritmo de contagios. Todavía hay mucha incertidumbre sobre el grado de afectación de este virus en climas tropicales; pero en cualquier caso, este espacio de tiempo ha sido muy importante para que el país se vaya preparando, viendo su cupo hospitalario y garantizando que en la medida en que le bajemos el ritmo al virus podremos recuperar la economía.“La tasa de pobreza en 2018 cerró en 27 por ciento. Y este año subiría al 34 o 35 por ciento de la población. Retrocederíamos prácticamente diez años”.L.C.V.: En un país como Colombia, la pobreza está relacionada con cifras de mortalidad por desnutrición, malaria o enfermedad diarreica aguda. ¿La cuarentena genera pobreza; puede generar muerte también?L.F.M.: Sí. La tragedia y catástrofe económica causada por las medidas que fueron necesarias, y que hay que ir liberando gradualmente, va a ser importante. Nosotros estimamos un aumento en la tasa de desempleo, como ya le conté; pero hablando de pobreza, la tasa de 2018 cerró en 27 por ciento. Y este año podría subir al 34 o 35 por ciento de la población. Es decir, retrocederíamos prácticamente diez años en materia de pobreza. Así que esto pone de presente la urgencia de tomar medidas y reactivar la economía con prudencia.L.C.V.: Pero eso de una década en pobreza es terrible…L.F.M.: El panorama es muy difícil. Es que en marzo las cifras del Dane indican que 1.600.000 personas perdieron su empleo. Pero el desempleo apenas subió en 290.000 personas. No cuadra la cifra, y la explicación es que aumentaron prácticamente en 1.800.000 los inactivos, es decir, personas que salen del mercado laboral porque están confinadas. No hay forma de buscar empleo si uno permanece en la casa. Si uno lo juzgara así la cifra de desempleo, no habría sido del 12,6 por ciento, sino del 18 por ciento. Esto muestra la magnitud del choque que estamos viviendo, y si se cumple el pronóstico central del Gobierno, que se alineó con el nuestro –que es del -5,5 por ciento para el rendimiento de la economía–, sería la contracción más alta de la actividad económica en Colombia en más de 100 años. Esa es la magnitud de lo que estamos viviendo.
L.C.V.: ¡Peor!... ¿Cuánto tiempo nos vamos a demorar en recuperarnos?L.F.M.: Todavía hay mucha incertidumbre sobre eso. Va a depender de la oportunidad de las medidas, que creo han sido muy útiles. Hay que proteger el empleo y fue acertado subsidiar parte de la nómina; hay que limitar la quiebra de las empresas. Entre más se pueda hacer por los nuestros, más rápido va a ser la recuperación. Podríamos estar en un escenario en el que ya incluso a finales de este año empieza la recuperación. Si las medidas no son oportunas, podríamos demorarnos mucho más tiempo en recuperar ese terreno perdido.L.C.V.: ¿La recuperación va a ser en forma de U, de V o de W?L.F.M.: Es difícil decirlo ahora. Depende de las medidas, que hasta ahora son acertadas pero hay que profundizar, y también depende de la evolución de la cuarentena. Si hay necesidad de hacer otra cuarentena, por ejemplo, por un rebrote, eso va a tener una fluctuación adicional de la actividad económica. Ojalá sea el escenario de la V, que es caída rápida de la economía y recuperación igual de rápida. Ese es el más optimista.L.C.V.: Nos deja muy preocupados…L.F.M.: Lo que estamos sufriendo es catastrófico, y lo están sufriendo la región y el mundo. Pero de todas maneras Colombia siempre ha mostrado una economía tremendamente resiliente; una economía que en 114 años de historia solo ha tenido tres contracciones económicas. Esta sería la cuarta y tal vez la más grande, pero eso muestra que nuestras instituciones económicas funcionan y si se toman las medidas acertadas podríamos estar hablando de una muy rápida recuperación.
L.C.V.: ¿Cuáles son sus recomendaciones para los empresarios grandes, medianos o pequeños?L.F.M.: Esta es una situación muy difícil, aunque es transitoria. Esto no tiene pinta de ser una crisis como la de la Gran Depresión porque es una crisis autoinducida. Es una crisis en la que los Gobiernos están decidiendo poner a la economía en cuidados intensivos. Si las medidas son acertadas, la crisis va a ser de corto aliento. Ojalá puedan acudir a las ayudas del Gobierno para poder sobrevivir, mantener el empleo y tener mejores escenarios y perspectivas.L.C.V.: ¿Nos damos la bendición?L.F.M.: Yo creo que sí. Hay que pensar que aquí estamos todos navegando en el mismo barco y todos debemos remar para el mismo lado. Debemos construir objetivos y tener propuestas claras que nos permitan salir de donde nos ha metido este virus. Y confiar en la capacidad del Gobierno nacional y de los Gobiernos locales, y en la resiliencia del pueblo colombiano para poder salir rápidamente de esta coyuntura.