El 9 de abril de 1948 dividió la historia de Colombia en lo que luego se conoció como ‘El Bogotazo‘. Los desmanes que se presentaron ese lluvioso día por la muerte del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, mostraron que una sublevación no estaba tan lejos, pero también esa pequeña rebelión sirvió de inspiración para quien años después sería la imagen de la revolución en Latinoamérica y otras partes del mundo, el comandante Fidel Castro.La visita de Fidel Castro a Bogotá es un hecho solo conocido por académicos y estudiosos de la historia del país o de quienes han analizado la vida y el pensamiento de Gaitán o del propio líder cubano. Ese 9 de abril en Bogotá se celebraba la IX Conferencia Panamericana que le daría origen a la organización de Estados Americanos (OEA).Aprovechando la atención de cierta parte del mundo, varios universitarios de países vecinos y Cuba organizaron un congreso estudiantil para reclamar por el imperialismo, la devolución del Canal de Panamá y de las islas Malvinas, la independencia de Puerto Rico y la dictadura en República Dominicana. Uno de los organizadores era Fidel Castro quien había llegado a Bogotá el 3 de abril y ya se había reunido con estudiantes.Castro, que para la época tenía 22 años, fue protagonista de primera línea en el bogotazo. El joven militante estudiantil no solo se reunió con Gaitán el 7 de abril cuando el líder liberal le entregó el discurso, la Oración por la paz. Dos días después se sumó a la turba que reclamaba y quería tumbar el gobierno conservador.En el libro ‘El bogotazo memorias del olvido’, el escritor Arturo Alape revela algunos detalles de lo que ocurrió ese día. En una entrevista a Castro, este cuenta en primera persona lo que vivió ese día. Según su relato, antes de las 2:15 p. m., vio cómo la gente corría por todo lado gritando “mataron a Gaitán”.En su relato lleno de anécdotas, narra cómo la anarquía y desorganización se tomaron las protestas. Cuando caminaba por la Séptima pocas cuadras antes de llegar a la oficina de líder liberal asesinado, vio a un hombre que intentaba destruir, sin éxito, una máquina de escribir. “Cogí la máquina y la tiré hacia arriba y la dejé caer. Yo viendo aquel hombre desesperado no se me ocurrió otra cosa”, recordó.Castro fue protagonista de primera línea de lo que ocurrió ese día. Según el relato, por donde caminaba en el centro de Bogotá se veían personas destruyendo todo, incluso las oficinas del edificio del Congreso. En un momento se vio cerca una estación de policía a la cual entró con un grupo que intentaba apoderarse de las armas. Él y otros le hicieron el quite y entraron por otro lado, pero ya se habían llevado los fusiles, contó en su momento.En la estantería solo quedaban armas para lanzar gases lacrimógenos. A pesar de que estaba vestido con un impecable traje, él tomó una de esas armas y salió para sumarse a los grupos armados. En la salida, un hombre le quitó el arma y le entregó un fusil.En otra parte del relato, que fue recogido por Alape en 1983, dice que en una calle se hizo al lado de unos soldados que inicialmente pensó que estaban sublevados y dirigían a la gente, pero luego se dio cuenta que lo que realmente hacían era desviarlos para que no llegaran a la casa presidencial en donde se estaba el primer mandatario Mariano Ospina.Lo que vivió Fidel Castro en ‘El bogotazo’ fue una clase avanzada de formación para su guerra de guerrillas. Para Fidel, la desorganización de la gente el 9 de abril de 1948, era evidente, y así lo plasmó en todo su relato. “Estoy viendo un gran desorden una gran indisciplina, que no hay organización”.Fidel Castro, uno de los hombres más influyentes de la historia del mundo, también lo fue, sin quererlo, de uno de los episodios más dramáticos de la historia de Colombia, que al final le ayudó a entender cómo tendría que canalizar el descontento social. Ese conocimiento fue fue reciclado años más tarde cuando Cuba exportó la revolución cubana a Latinoamérica de la mano del Che Guevara y otros que estudiaron el pensamiento del lider cubano.