“No es un adiós, es un hasta siempre”. Con esa frase, un grupo de firmantes de la paz del acuerdo de La Habana encabezó su carta de despedida al ETCR de Miravalle, el espacio territorial de capacitación y reincorporación en el que la disputa entre las disidencias del Estado Mayor Central y la Segunda Marquetalia está desplazando a quienes sí se comprometieron a dejar las armas.
Quienes firmaron esa misiva son excombatientes que pertenecen a Remando por la Paz, el equipo que participó en un torneo internacional de rafting representando a Colombia y cuyos miembros ahora pasaron de ser exguerrilleros a víctimas de la inseguridad del país: tuvieron que desplazarse de su territorio de cuenta del conflicto.
“Nuestra salida de la vereda Miravalle, ubicada en la Zona de Reserva Campesina del río Pato y valle de Balsillas, es un hecho real e inminente. Nos vemos obligados a salir del territorio, del espacio de reincorporación, de nuestro hogar, nuestro querido ‘filo’, lugar matriz, cuna de inspiración natural de nuestros proyectos”, detallaron en el comunicado.
Ese espacio terminó inmerso en una disputa entre los dos bandos de las disidencias de las Farc, una escalada del conflicto que ha llegado a un nivel tal que el EMC le dio un ultimátum de 40 días a los firmantes de la paz para irse del territorio al que el Estado los llevó en medio de su proceso de reincorporación y del que son desplazados por las dificultades que ha significado esa promesa de hacer la paz.
“La razón de esta decisión es la imposibilidad de permanencia y convivencia con la guerra, con la confrontación armada, después de 7 años de regreso en nuestros territorios. Hemos quedado en medio de una absurda disputa entre las guerrillas del Estado Mayor Central y la Segunda Marquetalia hasta el punto del ahogo, sofocando las posibilidades de continuar nuestras operaciones turísticas y deportivas de nuestra vereda”, detallaron los integrantes de ese grupo deportivo.
La carta también fue firmada por el grupo Caguán Expeditions, una asociación de firmantes de la paz que se dedica a hacer actividades de turismo en la región. Sin embargo, estos dicen que necesitan buscar nuevos horizontes ante el escenario de conflicto que se vive en la región.
“Lamentamos y nos cuesta entender este salto al pasado, esta estrepitosa incapacidad e indolencia de los actores por detener la guerra y no involucrar ni someter a las comunidades, a las líderes y los procesos comunitarios de desarrollo y gobernanza que con grandes esfuerzos navegamos contra corrientes”, cuestionaron los firmantes de la paz en su carta de despedida al territorio que ha sido su hogar durante estos últimos años.
Los exguerrilleros que residen en el ETCR ubicado en San Vicente del Caguán le pidieron al presidente Gustavo Petro que garantice la vida y la seguridad en los territorios, especialmente en un contexto en el que hay un compromiso del Estado y de los ex-Farc para hacer realidad la paz.
“Hacemos un llamado al Estado en cabeza del Gobierno nacional para que garantice la vida y la seguridad en los territorios. A los actores armados es urgente asumir la voluntad y compromiso de paz para detener la absurda guerra y salvaguardar a las comunidades que por tantos años la han sufrido. A las entidades territoriales, organismos internacionales y sociedad civil en general, hoy más que nunca requerimos de su acompañamiento, apoyo y solidaridad”, reclamaron en su carta.
Las disidencias del Estado Mayor Central, encabezadas por Iván Mordisco, están intimidando a los ex-Farc pidiéndoles que se unan a sus filas o que se vayan de sus territorios. La disputa entre ese grupo y las disidencias de la Segunda Marquetalia, la de Iván Márquez, agravaron la situación de seguridad en la región.