El pasado viernes, 29 de septiembre, la minga indígena sorprendió al irrumpir de manera violenta en las instalaciones de la revista SEMANA, en Bogotá. Tras el incidente, que dejó cristales rotos y ataques contra el personal de seguridad, el fiscal general, Francisco Barbosa, se pronunció firmemente en contra de lo ocurrido, calificándolo como un ataque directo a la libertad de prensa.

El fiscal Barbosa expresó su preocupación por el ataque y subrayó su firme compromiso con la libertad de expresión y el periodismo en Colombia. “Rechazar, de la forma más vehemente, cualquier ataque a cualquier medio y a cualquier periodista en Colombia. En el momento en que se pierda la libertad de expresión y el periodismo, se pierde el Estado de derecho”, afirmó.

El fiscal general también repudió la intrusión violenta de los manifestantes al edificio de SEMANA y señaló que no se puede permitir que ningún medio de comunicación sea objeto de tales ataques.

“Rechazo que se haya hecho esa incursión de esos delincuentes a la sede de Semana. No puede ser admisible para ningún ciudadano en Colombia que ningún medio de comunicación sea objeto de ataques de ese nivel”, añadió en declaración a este y otros medio de comunicación.

Momento de la toma al edificio SEMANA por parte de la minga indígena. Cristales rotos y un guardia de seguridad agredido dejó la violenta intrusión. | Foto: Guillermo Torres Reina

Asimismo, Barbosa enfatizó en la importancia de la crítica y la tolerancia hacia las opiniones diversas en una sociedad democrática. Dijo: “Yo he sido objeto de críticas por parte de muchos medios, por muchos temas, pero lo que uno debe hacer es tomar nota, corregir, cuando haya que corregir, y continuar en el ejercicio.”

Barbosa informó que la investigación sobre el incidente ya está en marcha, con un fiscal y un equipo de investigadores trabajando en el caso. También indicó que se ha identificado a algunas personas involucradas y que se están tomando medidas para avanzar en la investigación y tomar decisiones oportunas.

“La investigación se inició, ya hay un fiscal y un equipo de investigadores. Hay unas personas identificadas y están avanzando esos actos investigativos para tomar decisiones pronto”, señaló.

Finalmente, el fiscal general enfatizó la importancia de defender la integridad de los medios de comunicación en Colombia, sin importar su orientación política. En sus palabras, “Hay que rechazar cualquier intento de ataque a cualquier medio de comunicación, independientemente del medio que sea y la tendencia que tenga, porque eso significaría desaparecer el Estado de derecho en Colombia”.

Así fue el violento ataque a SEMANA por parte de indígenas

Un violento ataque ocurrió en la sede de la revista SEMANA, el viernes 29 de septiembre, cuando un grupo de individuos, en su mayoría miembros de la comunidad misak, ingresó por la fuerza a las instalaciones desencadenando momentos de caos y agresión.

El ataque fue ejecutado con una rapidez premeditada, donde dos chivas (autobuses grandes) llenas de indígenas se estacionaron frente al edificio de Publicaciones SEMANA. Dos hombres descendieron de los vehículos y se apresuraron hacia la entrada, eludiendo los torniquetes de seguridad.

Los guardias de seguridad reaccionaron intentando cerrar las puertas, pero ya otros miembros del grupo estaban preparados, en una formación casi de combate cuerpo a cuerpo, para evitar que se bloqueara la entrada. Se produjo un intenso forcejeo entre el personal de seguridad y los agresores, quienes portaban objetos contundentes como palos y bastones de mando. Un cristal de la puerta fue violentamente vandalizado durante el enfrentamiento.

La minga indígena llegó en dos chivas, de las cuales se bajaron aproximadamente unas 50 personas para tomarse el edificio de SEMANA. | Foto: Guillermo Torres Reina

Era, aproximadamente, la 1:40 p. m. cuando se desató la agresión contra SEMANA, perpetrada por una multitud cargada de hostilidad y motivada por mensajes de estigmatización hacia la prensa, provenientes en muchos casos de extremos sectores políticos.

Durante el ataque, uno de los guardias de seguridad resultó herido a manos de más de 50 personas, incluyendo mujeres, hombres jóvenes, niños y una mujer que, aunque no era parte de la comunidad indígena, ejercía cierto liderazgo entre la turba. Esta mujer grababa la agresión con un teléfono celular de alta gama y alentaba a los portavoces Misak a proferir discursos de odio contra SEMANA y su directora, Vicky Dávila.

Una vez que todos los indígenas lograron entrar a la sede, burlando los torniquetes de seguridad, el personal de la revista bloqueó los ascensores para impedir que llegaran a la sala de redacción y confrontaran a los periodistas.

Entre las proclamas que se escucharon se destacó: “Abajo los medios de comunicación paramilitares de Colombia”, expresada por uno de los líderes que se alzó sobre los torniquetes para pronunciar su discurso. Mientras esto ocurría, la mujer enigmática continuaba grabando minuto a minuto los acontecimientos y celebraba las arengas en contra de la prensa, al tiempo que expresaba apoyo al presidente Gustavo Petro.

No es la primera vez que la comunidad misak protagoniza un acto de vandalismo de tal magnitud; previamente, derribaron estatuas de Sebastián de Belalcázar en Cali y Popayán, además de un intento previo de irrumpir en el Congreso.

Gracias a la acción coordinada de la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación, este acto vandálico y amedrentador no resultó en más heridos, pero dejó en evidencia la vulnerabilidad de la prensa en un contexto de agitación social, donde los discursos de odio incitan a atacar a quienes se atreven a cuestionar y no formar parte del comité de aplausos.

Este es uno de los hombres que utilizó un torniquete de las instalaciones de SEMANA para pronunciar un discurso de odio. En el grupo también había niños instrumentalizados por la minga. | Foto: GUILLERMO TORRES