Una carta del fiscal general, Néstor Humberto Martínez, cayó como una bomba este fin de semana. Después de que se suspendieron las fumigaciones de cultivos ilícitos con glifosato hace más de un año, Martínez planteó en siete páginas la necesidad de volver a implementar las aspersiones aéreas.La misiva ha causado un alud de reacciones. Unos, como el procurador Alejandro Ordóñez, respaldan la idea. Otros, como el ministro de Justicia, Jorge Londoño, han manifestado que no están de acuerdo pues “la aspersión aérea no soluciona nada". Más allá del debate, Martínez se sostiene en su propuesta. Es así como este martes, desde Estados Unidos, el jefe del ente acusador defendió su idea señalando que el deber de la Fiscalía era advertir sobre una situación que le está “causando un grave daño al país”, refiriéndose al dramático aumento de los cultivos ilícitos en los últimos dos años.Podría leer: Fumigaciones: el primer grito de independencia del fiscal general“Las autoridades no podemos quedarnos de brazos cruzados frente a esa realidad y por eso hemos propuesto que se examine la inversión social, el desarrollo alternativo, los acuerdos con las comunidades y la opción de la fumigación aérea”, aseguró Martínez.Al mismo tiempo, celebró que el ministro de Justicia haya convocado para dentro de dos semanas al Consejo de Estupefacientes puesto que allí tendrán la oportunidad de hacer el análisis que corresponde, pues “toca actuar o la droga va a seguir creciendo en Colombia”.El fiscal también aclaró que cuando se refería a las fumigaciones no había hablado de glifosato, sino de una molécula que podría ser una opción que no hace daño humano.Le podría interesar: La misteriosa sustancia que reemplazaría el glifosato“La erradicación manual es un verdadero fracaso. Lo que están erradicando en Colombia es sustancialmente menor, no son más de 12.000 hectáreas y la información existente habla de más de 100.000 hectáreas en todo el país y por eso tenemos que intervenir”, insistió Martínez.Y agregó: “Le he participado al presidente mis profundas preocupaciones acerca de lo que puede significar el narcotráfico y lo que constituye una verdadera amenaza para la paz porque ese es el combustible para la guerra y el conflicto. Si ahora se lo apropian otras organizaciones criminales y no combatimos los narcocultivos, si nos quedamos de brazos cruzados, vamos a tener dificultades en el futuro”.El fiscal, además, justificó su petición de revisar el tema, argumentando que si la política antidrogas que adoptó el Consejo Nacional de Estupefacientes, con énfasis en la erradicación manual, fracasó, las autoridades deben buscar alternativas.“Lo que no podemos permitirnos es quedarnos de brazos cruzados. Yo entiendo que el desarrollo alternativo y la inversión social tienen que ser la política más importante. Pero si no va avanzando tenemos que buscar mecanismos de acción de la justicia para impedir que se extiendan los narcocultivos”, puntualizó Martínez. Podría leer: Santos descarta reanudar fumigación aérea contra cultivos ilícitos