Si nada extraordinario ocurre, este lunes 26 de febrero, a partir de las 9:00 a. m., comenzarán los alegatos de conclusión en el juicio que se adelanta contra Jhonier Rodolfo Leal Hernández por su presunta participación y conocimiento en los hechos que rodearon el crimen de su propio hermano, el estilista Mauricio Leal, y su madre, Marleny Hernández, cuyos cuerpos sin vida fueron hallados en la noche del 21 de noviembre de 2021 en su vivienda en el municipio de La Calera, Cundinamarca.
La diligencia judicial se realizará en medio de quejas por dilaciones por parte de la defensa del acusado, aseveraciones por la vulneración del debido proceso y garantías de defensa, así como una atípica retractación de Jhonier Leal quien, en enero de 2022, tras declararse inocente aceptó su participación en el doble homicidio y hasta llegó a firmar un preacuerdo con la Fiscalía General, en el que se fijaba una pena de 27 años de cárcel y un acto de excusas públicas.
El pasado 2 de febrero, en la audiencia que marcó la finalización del juicio, Jhonier Leal tomó la palabra y aseguró que fue un “juicio atípico” en el que “no tengo garantías”, dando a entender que está seguro de que se emitirá un sentido de fallo condenatorio en su contra. “Este es un juicio sin defensa y anticonstitucional y se han vulnerado mis derechos”.
La jueza 55 de conocimiento de Bogotá anunció en esa oportunidad que no permitirá más dilaciones y reprogramaciones, por lo que citó con suficiente anticipación a todos los sujetos procesales para que se programaran, delegaran sustitutos si tenían otros compromisos y demás. Igualmente, aseguró que “deben estar preparados” para los alegatos y que, tal vez, en esa misma diligencia se emita el sentido del fallo.
Para la diligencia están citados los delegados de la Fiscalía General, la Procuraduría y las víctimas -en este caso las hermanas de Marleny Hernández y el hermanastro de Jhonier Leal-, así como el abogado del acusado para que presenten sus alegatos.
En repetidas oportunidades, la Fiscalía General ha reclamado por la notable injerencia de maniobras dilatorios de los abogados de Jhonier Leal, así como la manipulación y alteración de pruebas, afectando así el desarrollo de las audiencias de juicio.
En la actualidad, Jhonier Leal se encuentra privado de la libertad en la cárcel La Picota de Bogotá. De ser hallado culpable por los delitos de homicidio agravado y manipulación de elementos materiales probatorios, se enfrenta a una sentencia mínima de 40 años de prisión.
En el juicio, que se extendió por casi dos años, declararon los primeros agentes de la Sijín de la Policía y el CTI de la Policía que llegaron a la “escena del crimen”, los peritos que recolectaron toda la evidencia documental, amigos de las víctimas, empleados de la peluquería de Mauricio Leal y personas cercanas.
La investigadora del CTI, Olga Lucía Rincón Suárez, quien fue una de las primeras personas que ingresó a la vivienda después que se reportara la aparición de los cuerpos sin vida del estilista y de su madre, detalló la actitud que tuvo Jhonier Leal durante todo el trámite de levantamiento de cadáver e inspección. Tras las preguntas de la Fiscalía, la investigadora manifestó que todavía le llama la atención la actitud pasiva que tuvo el ahora acusado, así como el hecho de que siempre estuvo atento a los movimientos de los peritos forenses.
“En el momento en el que se estaba realizando la inspección, algunas veces se veía al señor Jhonier frente a nosotros, y él tenía una chaqueta blanca y siempre tenía las manos dentro de los bolsillos. Nunca nos preguntó nada sobre los cuerpos, no lloró, nunca mostró ningún sentimiento”, recreó la investigadora tras las preguntas hechas por el fiscal Mario Burgos.
En este sentido, aseguró que nunca había visto algo igual: “Yo llevo 20 años en esta labor, y he visto los sentimientos de las personas, de los familiares, pero él nunca demostró ninguna alteración ni nada que fuera anormal. Todo fue muy normal para él. Siempre vio lo que estábamos haciendo con las manos dentro de su chaqueta”.
Durante toda la diligencia —recordó la investigadora— Jhonier no sacó las manos de sus bolsillos. Todo esto quedó registrado en el bosquejo fotográfico que se hizo en el momento en el que se recolectaban todas las evidencias dentro de la vivienda.