Una historia familiar, casi salida de la ficción, que sacudió a la sociedad costeña terminó sin responsables en la justicia. La fiscal delegada Ana María Reyes concluyó después de 14 años que no hay evidencia para demostrar que la exrectora Sivia Gette y su hijastra, María Paulina Ceballos, participaron del asesinato de un prestante ganadero, Fernando Cepeda Vargas. Hace 31 años, Silvia Gette, bailarina argentina para públicos mayores, hizo un show en Cartagena que enloqueció de amor a Mario Ceballos Araújo, fundador y rector de la Universidad del Caribe.Producto de esa conexión, Gette dejó su oficio y se instaló en Barranquilla, donde fue contratada como coordinadora artística en la Universidad. Mario Ceballos murió en el año 2003, según Medicina Legal por cirrosis. Dejó una batalla campal que, incluso, ya había escalado a los estrados. El pleito era entre Gette y la única hija del exmagistrado, María Paulina Ceballos, casada con el ganadero Fernando César Cepeda Vargas.Puede leer: La rectora y los parasLas demandas y los escándalos ardían en sociedad barranquillera, cuando Fernando Cepeda fue asesinado a los pocos meses con un tiro en la cabeza en plena avenida circunvalar de la capital del Atlántico. La conclusión de la justicia, después de procesarlas a ambas, es que no se sabe quién lo asesinó. Esta dramática historia de la que hasta se hizo una película, concluyó con la decisión de la Fiscalía de prescribir el caso en favor de Silvia Gette y María Paulina Caballos por el delito de homicidio agravado. Después de hacer un barrido por todos los paramilitares vivos que militaban en el Frente José Pablo Díaz, el ente investigador concluyó que no existe confesión, documento o peritaje que permita responsabilizarlas por el crimen. La decisión cierra el capítulo del asesinato del ganadero y en cambio abre la puerta para que se investigue la credibilidad de los testigos que participaron del proceso los cuales quedaron “seriamente cuestionados”.Le recomendamos: Silvia Gette, la decana del malAunque todos son indagados por la unidad de falsos testigos de la Fiscalía, el ente investigador remite copia de las inconsistencias de sus declaraciones para que alimenten las pesquisas en contra de Emiro Orozco, Reinaldo Orozco, Sergio Luis Barrios Alemán, Juan Francisco Segura, Eliécer Ramón Orozco, José del Carmen Gelvez Albarracín, Rafael Antonio Velilla Delgado, Luis Alfredo Pérez y Rafael Eduardo Julio Peña.El caso contra Gette, que comenzó con varias declaraciones de los ‘paras‘ del Frente Héctor Julio Peinado de las AUC, para la Fiscalía está plagado de contradicciones e inconsistencias que impidieron que se pudiera tomar una decisión. “No se podrá dejar abierta la investigación a perpetuidad, a búsqueda de aquello que incrimine a una de las procesadas. Ello es violatorio de los más elementales principios que rigen el debido proceso”, indicó el ente investigador en una sentencia de 458 páginas. La Fiscalía, sin embargo, indicó que existen claros indicios de sobornos cometidos por Gette para manipular testimonios en su favor. En consecuencia -dice el ente investigador-, no se deberá obviar el tema relativo a los señalamientos de entradas de dineros que se pudieron entregar, ya que existen elementos de juicio suficientes que permiten inferir el presunto compromiso que tendría.Así las cosas, la Fiscalía pide que se investigue a Gette por el delito de soborno como consecuencia de la versión rendida por Sergio Barrios Alemán y Eliécer Remón Orozco, quienes la señalaron de pagar “ayudas voluntarias” a la investigadora de la Policía Judicial Martha Lucía Pinilla.Le recomendamos: Los 2.100 millones que le pagaron de más a Silvia GetteSegún la versión de los paramilitares, la investigadora habría sido quien entregó el dinero con el que Gette en un intento de cambiar la versión de varios paramilitares. Este caso se encuentra en fase de indagación. Con la preclusión en favor de Gette y Ceballos se cierra la primera parte de una historia de intriga y crimen en la Costa. Sin embargo, por el final que le da el ente investigador después de 14 años, la decisión lleva implícito un membrete de "esta historia continuará".