El comandante del Ejército, general Nicacio Martínez, lleva más de un mes en medio de un huracán. El alto oficial empezó a navegar en aguas tormentosas en mayo cuando se reveló que había ordenado a sus hombres duplicar todos los resultados para este año. Esa, que parecía una instrucción lógica, terminó desatando un escándalo mayúsculo. Y no era para menos. Para comprometer a sus hombres con esa misión los hizo llenar un formato en donde cada uno debía anotar los resultados de 2018 en sus áreas y proyectar exactamente el doble para 2019. Dentro de los parámetros para hacer esos cálculos se debían tener en cuenta tres variables que eran las capturas, las desmovilizaciones y las bajas en combate. Le recomendamos: Las ovejas negras en el Ejército Justamente este último punto fue el que desencadenó una gran polémica pues se asoció esto como la semilla para volver a los llamados falsos positivos, una macabra práctica que se presentó hace más de una década cuando 2.500 civiles inocentes fueron presentados como bajas en combates con el Ejército. “Una frase resume lo que les estaban pidiendo al calcular con exactitud cuántas bajas del enemigo va a producir durante el año: falsos positivos. La única forma en que yo le puedo garantizar a mis comandantes que voy a tener 50, 100 o 200 muertos en combate es acudiendo a las prácticas que se impusieron hace 12 años durante la época de mi general Mario Montoya”, explicó a SEMANA un general activo.
El escándalo internacional que se desató a finales de mayo pasado cuando se conoció de estas instrucciones, por medio de un artículo de The New York Times, obligó a Martínez a salir públicamente para decir que retiraba esas instrucciones. “En ningún momento se indicaba una prelación de las muertes en desarrollo de operaciones militares sobre cualquier otro resultado operacional, contrario a ello, en la nota que contenía dicho documento se señalaba el privilegio de las presentaciones voluntarias sobre las capturas y estas sobre las muertes en desarrollo de operaciones militares”, afirmó a SEMANA el comandante del Ejército hace dos semanas por medio de un cuestionario. "¿Cómo cree que se iban a cumplir esas metas?Simple. Se llaman falsos positivos en todo el sentido de la palabra", dijo el coronel. Sin embargo, los formatos que llenaron sus hombres muestran otra cosa. En uno de los apartes ese documento es claro en decir que: “Las afectaciones son la suma aritmética de presentaciones voluntarias, capturas y muertes en operaciones militares”. ‘Afectaciones’ es la palabra que se utilizó en esos documentos para presentar los resultados. En video: Las denuncias en contra del segundo comandante del Ejército “Atendiendo a la descontextualización tanto del contenido del documento como de su propósito que fue presentado en el artículo publicado por el diario internacional ‘The New York Times’ tomé la decisión de que el documento en el que los comandantes establecían una proyección de esos resultados operacionales fuera retirado. Mantener vigente un documento que fue tergiversado pasa a segundo plano, cuando está por encima mantener la credibilidad y respaldo de todo un país”, afirmó el comandante del Ejército a SEMANA hace 15 días. Para el alto oficial los formatos que llenaron sus hombres, y que pedían doblar los resultados, no fueron un error de criterio y mucho menos una instrucción. Según el general la alerta que ese documento despertó se debió a que su contenido fue descontextualizado y tergiversado. No obstante terminó retirándolo. “Para parar el escándalo mi general dijo que retiraba esa orden, pero internamente la orden por los resultados quedó y continúa”, explicó un militar de alto rango. Hasta ahora lo único que la opinión pública conocía era uno de estos formatos en blanco. Sin embargo, SEMANA consiguió varios de estos documentos, la mayoría llenados y firmados de puño y letra de generales y coroneles, en donde se comprometen a cumplir con los resultados: doblar literalmente todas las capturas, desmovilizaciones y bajas en combate. Doble o nada “Con toda atención me permito enviar al señor Mayor General Comandante del Ejército Nacional, propuesta de los objetivos trazados para implementar la dinámica operacional en el transcurso del año 2019…”. Este es el encabezado de uno de estos formatos que lleva el rótulo de ‘restringido’, el cual estaba dirigido al general Nicacio Martínez. Quien lo firma es el brigadier general Mauricio Moreno, comandante de la Segunda División.
SEGUNDA DIVISIÓN: Este fue el formato diligenciado y firmado por el brigadier general Mauricio Moreno, comandante de esa división. Dentro de los resultados que se había comprometido a entregar fue pasar de ‘162 afectaciones’ contra el ELN en 2018 a ‘324 afectaciones’ para este 2019. Justamente el doble. ‘Afectaciones’ es la suma aritmética de presentaciones voluntarias, capturas y muertes en combate, dice una nota del documento A continuación aparecen varias columnas, la última de las cuales tiene los resultados que este oficial se comprometía a dar durante este año en la zona que comanda en el nororiente del país y que abarca Santander, Norte de Santander, Arauca, Casanare, noreste antioqueño, sur de Bolívar y sur del Cesar. Para realizar dicha proyección el documento tiene una columna titulada ‘afectaciones 2018’ y otra al lado que dice ‘afectaciones 2019’. La primera línea dice GAO ELN, en referencia a esa guerrilla. Moreno relaciona que el año pasado hubo ‘162 afectaciones’ a ese grupo y se comprometía a entregar para el próximo diciembre ‘324 afectaciones’ contra los elenos. “Según esa proyección prácticamente debíamos capturar, desmovilizar y dar de baja en un año a prácticamente la mitad del ELN que delinque en el área de la Segunda División, que según los datos del Ministerio de Defensa está por los 800 hombres en esa zona. Eso es absurdo. La única forma es inflando las cifras de capturas y desmovilizados y dando de baja a gente para hacerla pasar por ELN”, dijo a SEMANA un coronel de una de las brigadas de esa división. Varios de los generales y coroneles que firmaron los formatos no estaban de acuerdo con las órdenes de duplicar resultados. Con la banda criminal conocida como Clan del Golfo, el general Moreno dejó anotado que para final del año daría ‘196 afectaciones’ , 98 más que las reportadas en 2018. En el documento se efectúan proyecciones similares con otros actores armados como los Pelusos, los llamados Gaor –grupos armados organizados residuales– que son las disidencias de las Farc, y grupos de delincuencias organizada (GDO). En todos los casos los resultados prometidos son exactamente el doble de los del año anterior, con excepción de uno en donde se pronostica que habrá ‘81 afectaciones de propias tropas’, un militar más que en 2018. “¿Cómo cree que se iba a hacer eso? Simple. Se llaman falsos positivos en todo el sentido de la palabra”, dijo el coronel. Este oficial fue uno de los que firmó los polémicos formatos que hasta ahora se hacen públicos, los cuales también llenaron otros coroneles y generales, comandantes de brigadas, divisiones y fuerzas de tarea de todo el país. “O usted ponía el doble de afectaciones y ponía su firma como ‘garantía’ o simplemente lo trasladaban o incluso lo botaban por no estar alineado con las políticas de mando de mi general Martínez”, dijo uno de los generales que estuvo en esa reunión en el fuerte de Tolemaida el 18 y 19 de enero en donde se llenaron esos formatos. Otro de esos documentos en poder de SEMANA está firmado por el comandante de la Fuerza de Tarea Vulcano, el general Diego Villegas. Este oficial se hizo conocido públicamente porque hombres bajo su mando asesinaron al exmiliciano de las Farc Dimar Torres a finales de abril pasado y lo pretendían hacer pasar como integrante del ELN cuando fueron descubiertos por la comunidad en el Catatumbo. El oficial apareció posteriormente en un acto público pidiendo perdón por ese crimen. Tres meses antes, Villegas, como muchos de sus compañeros llenó el polémico formato con su propia letra. Allí se comprometió a llegar a ‘100 afectaciones’ del ELN, el doble de las que tuvo esa fuerza de tarea en 2018. También a alcanzar las ‘140 afectaciones’ de integrantes de los GDO que actúan en su zona de operaciones, el doble del año anterior (ver documento).
FUERZA DE TAREA VULCANO Está comandada por el brigadier general Diego Villegas. De su puño y letra llenó el formato en el que se comprometía con el comandante del Ejército a entregar durante este año 100 ‘afectaciones’ de integrantes del ELN, 60 de la banda de los Pelusos, y 140 de grupos organizados. Estas cifras son exactamente el doble de las reportadas en 2018. El brigadier general Oscar Rey, comandante de la Brigada 5, con sede en Bucaramanga, también llenó otros de estos documentos. Allí escribió que pasaría de 54 a 108 afectaciones del Clan del Golfo y de 46 a 92 en el caso del ELN. El coronel Omar Zapata, comandante de la Primera Brigada con sede en Tunja, igualmente llenó uno de estos formatos en el que se había comprometido a llegar a las ‘500 afectaciones’ de integrantes de grupos de delincuencia organizada (GDO), superando notablemente los 274 del año pasado (ver documentos). “¿Cree que cumpliendo con la ley y respetando los protocolos usted puede cumplir esas metas?”, se pregunta otro de los uniformados que los firmó.
QUINTA BRIGADA El brigadier general Oscar Rey, comandante de esa unidad, con sede en Bucaramanga, también llenó otras de estos documentos. Entre otros resultados escribió que pasaría de 54 a 108 afectaciones del Clan del Golfo y de 46 a 92 en el caso de ELN. Los formatos también contienen espacios en donde los comandantes militares definían los “objetivos militares a neutralizar”. En la mayoría de los casos allí escribieron los nombres o alias de jefes guerrilleros o de grupos criminales que delinquen en sus áreas.
PRIMERA BRIGADA El coronel Omar Zapata, comandante de esta unidad militar con sede en Tunja, igualmente llenó uno de estos documentos en el que se había comprometido a llegar a las ‘500 afectaciones’ de integrantes de GDO, superando notablemente los 274 del año pasado. Estos polémicos documentos fueron suscritos en enero, pero solo el escándalo desatado en mayo los sacó a la luz pública. Las consecuencias para quienes se atrevieron desde la propia institución militar a alertar sobre su existencia y el peligro que representan no se hicieron esperar. Como lo reveló SEMANA, hace dos semanas se inició una cacería dentro y fuera del Ejército que ha incluido graves amenazas de muerte, seguimientos e interrogatorios para dar con quienes no están de acuerdo con esas políticas y están contando esto y graves casos de corrupción. Es necesario reconocer que la inmensa mayoría del Ejército actúa dentro de las normas y la ley. “La consigna es que los generales son intocables. Y por eso el general Quirós está a cargo de esa cacería y es bien conocido que están engañando al Gobierno y a la opinión pública al negar lo que ocurre. Con ese señor general contrainteligencia se ha dedicado a perseguir y tapar lo que hacen 5 o 7 generales corruptos y dejó de cumplir con su función”, afirma un uniformado de esa especialidad. Y en efecto graves casos recientes demuestran insólitas fallas en la contrainteligencia. El más escandaloso tuvo que ver con alias Gárgola, jefe la banda criminal la Constru de Putumayo, uno de los capos más buscados del país, con orden de captura y solicitud de extradición. Durante dos meses el narco se escondió y vivió a sus anchas en las casas fiscales del Cantón Norte del Ejército, protegido por un coronel activo hasta cuando fue capturado por la Fiscalía. (ver artículo siguiente). “Son unos pocos los que están manchando el uniforme, un puñado de no más de cinco o seis mandos. Pero aunque nos cueste la vida o la carrera esto se tenía que saber”, sentencia uno de estos uniformados.
BRIGADA 30 El coronel Rodolfo Morales, comandante de esta brigada con sede en Cúcuta, se comprometió con este formato a que los hombres bajo su mando pasarían de 28 a 56 ‘afectaciones’ de integrantes del ELN. También a doblar los resultados contra el Clan del Golfo, Pelusos y la banda de los Rastrojos. También a que este año bajaría las ‘afectaciones’ de sus propias tropas de 29 a 18.