En Colombia, no es la primera vez que una derrota en las urnas se asume como triunfo. Ni será la última. Con apenas 40 años, Francia Márquez, de Yolombó (Cauca), conquistó una victoria incontestable con 783.000 votos que la ubicaron de segunda en la carrera presidencial del Pacto Histórico. “Perder es ganar un poco”, la frase que Francisco Maturana convirtió en axioma, ha sido filosofía de los políticos colombianos, incluso desde mucho antes que la pronunciara el que fuera técnico de la selección nacional de fútbol.
Luis Carlos Galán, último entre tres candidatos en las presidenciales de 1982, dio parte de victoria con sus 800.000 votos, pues por primera vez en la historia un candidato ajeno al oficialismo liberal y conservador obtenía 10 por ciento de la votación. Y hasta Gustavo Petro calificó de histórica su primera candidatura presidencial en 2010, en la que quedó relegado al cuarto lugar con 1,3 millones de votos, que a la postre lo catapultaron, un año después, a conquistar la Alcaldía de Bogotá.
Francia Márquez perdió, pero ganó mucho con su foto por primera vez en un tarjetón. Mujer, cabeza de familia, afrodescendiente y líder ambiental, más que virtudes, son obstáculos para conquistar la Casa de Nariño en un país machista como Colombia. Aun así, sacó más votos que muchos precandidatos con mayor trayectoria y a quienes las encuestas les daban más posibilidades, como Sergio Fajardo (723.000 votos), Álex Char (706.500), Alejandro Gaviria (336.300), Enrique Peñalosa (231.500) y Camilo Romero (226.900).
La de Francia fue de las primeras aspiraciones presidenciales en destaparse, en 2020, cuando el país llevaba meses confinado por culpa de la pandemia. Muchos se burlaron, pero ella no se detuvo. Al año siguiente, su rostro empezó a ser habitual en los noticieros, cuando estalló la protesta social de 2021, y la caucana reivindicaba el clamor de la juventud que había decidido salir a las calles para provocar un cambio. Los analistas señalan que parte del caudal electoral obtenido por Francia proviene precisamente de ese segmento, con el argumento de la manera como la ambientalista adelantó campaña en redes sociales.
Francia dio puntadas de su carácter en la presente campaña, cuando ninguno de sus candidatos al Senado fue incluido dentro de los primeros 20 renglones de la lista cerrada del Pacto Histórico, y amagó con marginarse del proyecto. También generó impacto en un debate en el que les ‘jaló las orejas’ a todos los precandidatos al señalarlos de hacer parte de los gobiernos desde hace 30 años, y a Íngrid Betancourt, por ejemplo, la cuestionó con una frase que en su momento se hizo viral: “Uno no puede venir cada cuatro años a hacer política”.
La desconocida para medio país lleva una trayectoria de casi 20 años reivindicando luchas en el Cauca. Por ejemplo, hace 20 años, cuando Íngrid Betancourt fue secuestrada siendo candidata presidencial, Francia había participado, a sus 15 años, en una acción colectiva de niños, jóvenes y mujeres para atajar el megaproyecto de desviación del río Ovejas a la represa Salvajina (Suárez, Cauca), debido a su impacto ambiental. Desde entonces, su liderazgo ha sido muro de contención contra la minería ilegal y empezó a tener más reconocimiento en Europa que en el país.
En 2018 obtuvo el Premio Goldman, el nobel para el medioambiente, y en 2019 la BBC de Londres la incluyó en la lista de las 100 mujeres más influyentes del mundo. Por eso no deja de ser gratuito que la mayoría de votos que respaldaron a Francia(24 por ciento) los haya obtenido de los colombianos residentes en el exterior. En el país, Chocó y Antioquia fueron los departamentos donde obtuvo 23 por ciento de la votación del Pacto, aunque en el feudo uribista algunos hayan marcado su foto solo para votar contra Petro.
Nadie dudaba que el exalcalde de Bogotá arrasaría en la consulta. Francia, por su parte, se concentró en presentar sus propuestas por redes, en las que su imagen publicitaria, de perfil, con la camisa remangada y el puño levantado, hizo recordar la icónica We Can Do It!, campaña publicitaria de 1943 que invitaba a las mujeres trabajadoras a levantar la moral después de la Segunda Guerra Mundial.
Más allá del voto de opinión que cautivó, Francia estuvo arropada por la estructura del Polo Democrático, partido que le dio el aval, principalmente en el Valle del Cauca, donde el reelegido senador Alexánder López Maya la acompañó en sus sencillas manifestaciones.
En las visitas que adelantó por el resto del país, quienes apenas la conocieron quedaron sorprendidos por su sencillez y carisma. Francia Márquez, como lo fue Galán a comienzos de los años ochenta, se convirtió en el nuevo fenómeno político del país y su irrupción fue asumida como el aliento de la generación que no pierde la esperanza de derrotar a la clase política tradicional.Las urnas valorizaron su pase, como se diría en el fútbol, y Petro, que no se comprometió a ofrecerle la vicepresidencia antes de la consulta, está obligado a tenerla como fórmula para no perder votos en la primera vuelta. Por eso, para quien es considerada la nobel colombiana del medioambiente, perder fue ganar mucho.