Francia Márquez le ganó un pulso que parecía imposible a Gustavo Petro. Por sus propios méritos, por su tenacidad y por los votos obtenidos en la consulta interpartidista (783.160 votos) Petro tuvo que confirmarla como su compañera de fórmula vicepresidencial.
Petro, de manera pública, antes de la consulta puso en duda la posibilidad de que la dirigente afro fuera su llave para correr por la Presidencia.
Los argumentos del candidato para poner a Márquez en lista de espera era su necesidad de entregar esa posición a otros sectores que podrían llegar con votos y fortalecer sus opciones en las urnas.
En julio pasado, en una concentración en Santander de Quilichao (Valle), Petro se comprometió a que el segundo en votos en la consulta sería su fórmula presidencial.
“Quien gane será el o la candidata presidencial y el segundo en votación será el o la candidata vicepresidencial, la fórmula”, dijo el líder de la Colombia Humana en esa oportunidad.
Pero en la medida en que veía que le hacían falta más votos para avanzar, Petro cambió de opinión. Comenzó a explorar la posibilidad de entregar esa posición a otros sectores que le pusieran más votos.
El candidato llegó a hablar de Márquez apenas como “una opción” de fórmula vicepresidencial, sin ningún compromiso seguro.
En el cara a cara de SEMANA y El Tiempo, con los precandidatos del Pacto Histórico, Márquez de manera frentera dijo mirando el rostro de Petro: “A mí desde pequeña me enseñaron a honrar la palabra”.
Petro claramente se sentía acorralado, y mientras trataba de atraer aliados externos, debía lidiar con la inconformidad de los afro.
En ese mismo encuentro, como ocurrió en muchos otros momentos, Francia planteó reparos a muchas decisiones de Petro, como su determinación de invitar al expresidente César Gaviria a la coalición.
Mientras Petro aseguraba que Gaviria era el representante de un partido que había luchado por las libertades y que su llegada a la alianza era muy importante, su ahora vicepresidenta dijo que el exmandatario representa “la corrupción”.
“Un pacto con César Gaviria es una nueva repartija del Estado”, le reiteró Francia a Petro, en el debate.
La dirigente del Pacífico se caracterizó por ser la única de todos los precandidatos que participaron en la consulta del Pacto Histórico con capacidad para contradecir a Petro en público. Con respeto, pero con carácter.
Muchas veces dijo que quería ganarle la consulta a Petro y hasta se mostraba segura de ello.
También le reclamó a Petro cuando sus compañeros de lucha en el Pacífico quedaron por fuera de la lista de candidatos al Senado de la República, violando un compromiso previo.
Siempre que tenía algo para decirle a Petro, para cuestionar sus decisiones, lo hizo. Pero también siempre defendió el Pacto.
Hasta ese momento se creía que Petro podría ofrecer la fórmula vicepresidencial al liberalismo para a traer sus votos.
Desde la coalición sectores como el de Alexánder López defendieron a capa y espada la llegada de Francia a esa posición.
Algunos críticos llegaron a hablar de “engaño” de Petro a los sectores que representaba la dirigente afro.
En el cara a cara de SEMANA y El Tiempo, el precandidato cristiano Alfredo Saade pretendió defender la postura de Petro, diciendo que la Vicepresidencia debería ser para alguien con muchos votos.
Y la respuesta a este reto llegó de las urnas. En la consulta interpartidista Francia Márquez obtuvo 783.160 votos, hecho que la consolidó como un fenómeno político. Obtuvo más votos que Sergio Fajardo.
A partir de ese momento las cosas a Petro se le complicaron, porque era absolutamente imposible desconocer el significado político de la votación por Márquez.
Petro no tuvo otra alternativa que hacerla su compañera de fórmula. Y pesaron más la presión de su propio partido y de la opinión, que su voluntad.
La dirigente negra, por la fuerza de sus hechos, por su carácter, pasó a ser una figura que aporta al proyecto político de izquierda. Una líder definitoria. Una mujer rebelde a la que tanto Petro y el proyecto político tendrán que tener en cuenta en sus opiniones.
Francia Márquez viene de los sectores más marginados de la población. A los 16 años quedó embarazada y tuvo que enfrentar su vida sola.
Estudió con todas las dificultades propias de ser una mujer negra, madre soltera, campesina y con escasez económica, pero se hizo abogada y hoy es una de las lideresas con más prospectiva en la política colombiana.