El reporte que entrega el Comando General de las Fuerzas Militares advierte que soldados de un batallón de despliegue rápido, que se encontraba en el municipio de Hacarí, en el departamento de Norte de Santander, fue atacado por un francotirador, lo que motivó un combate con integrantes, al parecer, del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Como resultado de este ataque armado con francotirador, un soldado de ese batallón resultó muerto en el sitio, mientras el resto de sus compañeros trataban de auxiliarlo y, al mismo tiempo. defenderse de la ráfaga de disparos que provenía de los mismos asesinos que —de manera certera— asesinaron al uniformado.
“Unidades del Batallón de Despliegue Rápido n.º 7, que se encuentran en el municipio de Hacarí, Norte de Santander, fueron atacadas inicialmente por un francotirador, lo que dio inicio a un combate contra integrantes del grupo armado organizado ELN. Esta situación requirió apoyo de fuego aéreo”, señalaron las Fuerzas Militares.
Un hecho que contradice completamente el derecho internacional humanitario, prácticamente sentenció de muerte al soldado Óscar Flórez Pantoja, pues mientras sus compañeros trataban de auxiliarlo y se solicitaba apoyo aéreo para sacarlo de la zona, los asesinos del ELN evitaron que la aeronave aterrizara y así garantizaron que el soldado falleciera en el sitio.
“Durante el enfrentamiento resultó herido nuestro soldado profesional Óscar Flórez Pantoja, quien fue atendido inmediatamente por los enfermeros de combate. Lamentablemente, debido a la gravedad de las heridas, falleció en el lugar. A pesar de los esfuerzos por realizar una evacuación aeromédica, los combates en la zona impidieron el aterrizaje de cualquier aeronave”, explicaron las Fuerzas Militares.
A esta hora continúan los combates en la zona. El grupo de despliegue rápido, con los soldados víctimas del ataque con francotirador, trata de sostener la ráfaga de disparos de estos delincuentes que estuvieron por más de un año engañando al país, en un falso proceso de paz. El soldado víctima de las balas de esta guerrilla se convierte en el más claro ejemplo de la violencia sostenida de este grupo criminal.
“El Ejército Nacional rechaza enfáticamente este acto criminal que no solo viola los derechos humanos, sino que también transgrede el derecho internacional humanitario. Extendemos nuestras más sinceras condolencias a la familia de nuestro héroe, quien ofrendó su vida cumpliendo con su misión de garantizar la seguridad de todos los colombianos”, señalaron, a través de un comunicado, las Fuerzas Militares.
Según el Ejército, un equipo interdisciplinario acompaña a la familia y seres queridos del soldado que terminó asesinado por el grupo de criminales que, en mesas de diálogo, se ufanaban de ser voceros de paz, pero que —tras el paso del tiempo— revelaron su verdadera cara, la que siempre presentaron con armas y sangre.