Cuando el ministro de Vivienda, Germán Vargas Lleras, tuvo que escoger el lugar más apropiado para el Acuerdo de Prosperidad sobre Vivienda el sábado pasado, no dudó en pensar en la costa y, más específicamente, en Valledupar. ¿Por qué?  Según voceros de esa cartera, varias ciudades del Caribe se han tomado en serio el programa de vivienda gratis y han adoptado el proyecto como propio. No en vano para un alcalde siempre es importante mostrar resultadospronto, y lo primero que podrían mostrar el próximo año son las casas para los más pobres. Es el caso del alcalde de Valledupar, Freddy Socarrás, quien ha logrado hacer una buena llave con el ministro Vargas y quien se encargó personalmente de vincular al sector privado al proyecto. Además del jefe de la cartera de Vivienda, Socarrás ha sido felicitado en Twitter por el ministro de las TICS, Diego Molano, y el director de la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza extrema (ANSPE), Samuel Azout, por sus decisiones en cuanto a la red unidos y los proyectos de dotación de computadores en los colegios.  Además de su cercanía con el gabinete presidencial, dos recientes encuestas refrendan el buen momento por el que está pasando este médico vallenato de 49 años.  Según Cifras y Conceptos, los líderes de opinión del país consideran que el alcalde de Valledupar es el mejor del país, pues recibió una calificación del 57 por ciento. Y hace unos días, en la encuesta del Centro Nacional de Consultoría para CM& está entre el top 5 de alcaldes y su gestión recibió una calificación positiva del 83 por ciento. Para un alcalde de una ciudad intermedia, estas son buenas noticias. Socarrás parece sacado de una canción de vallenato. Además de su apellido, el alcalde nació en Cañaguate y es el menor de una familia humilde con nueve hermanos.  "Mi mamá, con 86 años, todavía camina cinco kilómetros todas las mañanas. Ella me inculcó el empuje", dice. Es médico de profesión, trabajó en el Servicio Social e ingresó muy temprano a la política con el Partido Liberal y luego a Alas Equipo Colombia.  Fue diputado durante varios años, pero después, en varias elecciones a la Alcaldía y a la Cámara de Representantes, se quemó por 1.000 votos.  En la ciudad lo conocen como "el candidato de las causas perdidas" que por fin ganó en su último intento con una candidatura independiente, avalado por el movimiento 'Sí podemos'. Con su imponente estatura, su sonrisa y su convicción de "siempre estar en la calle", el mandatario busca la confianza de los vallenatos, quienes levantaron la voz en las últimas elecciones después de más de12 años de malas administraciones, manejos corruptos de las finanzas de la capital y el fantasma de la parapolítica. "Valledupar venía mal, los tres o cuatro últimos gobiernos no mostraron ningún avance", dice un periodista local. "El primer año es de expectativas, ahora le toca mostrar resultados", dice el periodista político de El Pilón, Renato Laíno, quien asegura que Socarrás es bien intencionado, tiene claro su rumbo y a la gente de su lado por ahora.  Y en efecto, lo que puede mostrar el alcalde en su primer año es un plan de desarrollo que promete en papel "transformar a Valledupar", un alto recaudo de impuestos, la caducidad a una concesión de tránsito onerosa, la posible solución de la grave situación fiscal de la ciudad a través de la ley 550 y las primeras piedras de las 1.600 viviendas totalmente gratis que esperan entregar el próximo año. A Socarrás le quedan tres años, y no serán nada fáciles. Debe cambiar la mentalidad y la cultura política de la ciudad, luchar por la transparencia y hacerle el quite a la clase política tradicional. Debe reconstruir una malla vial que en su mayoría está destruida, sanear las finanzas de la ciudad y lograr un clima de confianza con el Concejo de la ciudad para sacar adelante importantes proyectos. También tiene como meta disminuir el analfabetismo, contribuir a la reconciliación con las víctimas del paramilitarismo, pero sobre todo, dejar claro que el éxito en política sólo llega cuando se renuncia a las aspiraciones personales. Para sacar a Valledupar de la "época oscura", el alcalde tiene claro que lo que vale "no es la clientela, es la opinión y el respaldo popular". Tiene tres años más para no fallarle a la gente de esa ciudad.