Durante más de una semana, en la coordillera de los Andes, en cercanías del departamento del Tolima, área en la que además está activo el volcán nevado del Ruíz, se registró un hilo de fuego, como si hubiera una hoguera encendida en las entrañas de la montaña.
Los habitantes y viajeros que pasaban por el lugar advirtieron del hecho, al ver las emanaciones de humo que salían por una grieta. En un principio, se pensó que se trataba de una combustión volcánica, pese a que el Cerro Bravo tiene años de no hacer erupción.
Investigadores colombianos, desde diversos ángulos empezaron a poner la lupa en el lugar. Tras descartar que no se trataba de emisiones volcánicas iniciaron la revisión del caso.
Victoria Mejía Bernal, experta en magnetismo y materiales avanzados, con estudios de lavas y paleosuelos, junto con Eugenio Duque Escobar, experto en geología, geotecnia y movimientos de masa, expusieron su teoría en una publicación de la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional.
Coincidieron con los demás investigadores de las ciencias que estudian el suelo, que la combustión por materia orgánica no es de origen volcánico.
Cada revisión de los expertos ha ido dando nuevas luces sobre lo que está ocurriendo, y que causa extrañeza, ya que no es algo tan frecuente. Duque, por ejemplo, señala en la publicación que esos agrietamientos que se vieron llenos de fuego, “pueden obedecer a un levantamiento interno del suelo, por una acumulación de sedimentos, ya que la montaña de Cerro Bravo está conformada por domos de lava, es decir erupciones lentas de magma viscosa que se van mezclando con los años, ya sea en la superficie superficialmente o al interior del suelo formando una especie de capas con la tierra, además de la ceniza que cae y el material vegetal”.
Entre tanto, la investigadora Mejía argumenta que “el interior del suelo de Cerro Bravo se caracteriza no solo por ser un terreno escarpado, sino por contar con la presencia de turbas, materia enterrada compuesta de ese material orgánico de color pardo rico en carbono, el cual forma una masa esponjosa en la que aún permanecen componentes vegetales y que no se debe confundir con el compost o compostaje”.
Lo cierto es que la salida de gases y vapores sobre una de las laderas del volcán que permanece activo pero en reposo, aún sigue. El hecho se registra en la vía Bogotá – Manizales, en el sector La Virgen y los investigadores estiman que no pasará tan pronto.
Para explicar el fenómeno, Duque puso el ejemplo de una mina de carbón. “Cuando están expuestas a una concentración alta de metano y el gas no se libera por taponamientos o estructuras para proteger a los mineros, entonces cualquier chispa de una pica puede entrar en reacción y generar una explosión, y no sería conveniente taponar de nuevo”.
Y la investigadora Mejía recomienda “evaluar si el fenómeno puede darse en otros sectores del Cerro, teniendo en cuenta el principio geológico del uniformismo de James Hutton: el presente es la clave del pasado”.