La Línea 123, el número único de seguridad y emergencias de Bogotá, está hoy en la mira de la Procuraduría por culpa de algunos de sus funcionarios que habrían omitido atender la llamada de una persona que se comunicó para pedir atención ante pensamientos suicidas.
Por esos hechos, la Procuraduría “indaga a funcionarios por establecer de la Secretaria Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia de la Alcaldía Mayor de Bogotá, por presuntas irregularidades en la atención de la línea 123”.
El caso se habría presentado cuando un ciudadano presuntamente llamó a pedir ayuda por tener pensamientos suicidas y dificultades para manejar situaciones personales; pero según la denuncia, aparentemente los funcionarios públicos le colgaron y no le brindaron la atención necesaria.
“También, el ente de control verifica el funcionamiento del programa para los ciudadanos, si existe una ayuda integral para la comunidad y, además, esclarecer si existen fallas”, informó el ente de control.
Para establecer si existieron dichas irregularidades, el Ministerio Público ordenó recoger todas las pruebas necesarias para esclarecer los hechos que son materia de investigación y determinar si los funcionarios involucrados cayeron en una falta disciplinaria.
Lo cierto es que desde la Línea 123 han venido reportando que año tras años las llamadas broma siguen aumentando; de hecho, en el año 2022 desde la Secretaría de Seguridad reportaron que por lo menos el 65 % de comunicaciones que atendieron resultaron ser broma, pero lo grave de este hecho es que ante un caso de intento de suicidio, los funcionarios al parecer decidieron colgar y no prestar la atención necesaria al ciudadano.
Ane las llamadas broma, el entonces secretario de Seguridad de Bogotá, Aníbal Fernández de Soto, le hizo “un llamado a todos los habitantes de Bogotá a hacer buen uso de la línea de emergencias 123. Todo aquel que llame a hacer bromas es reportado al inspector de Policía y podría recibir un comparendo por mal uso”.
Según cifras del año pasado, cada hora la Línea de Emergencia ha recibido cada hora más de 1000 llamadas, es decir, al día pueden estar recibiendo más de 24 mil comunicaciones para atender novedades en Bogotá, y en el caso del ciudadano que hoy está en mira de las autoridades, hicieron caso omiso a su labor.