El inminente cumplimiento de la condena de Luis Alfredo Garavito tiene corriendo a la justicia. El violador y asesino de niños más peligroso del país fue condenado a 40 años de cárcel, de los cuales lleva 20 encerrado. Sin embargo, las rebajas por colaboración con la justicia y descuentos por estudio y trabajo hacen que el cumplimiento de su sentencia llegue pronto. Por eso, una carta enviada por el despacho de la vicefiscal María Paulina Riveros propone buscar todos los procesos pendientes que haya en contra de Garavito, así como verificar el estado en el que se encuentran. La Bestia, como es su remoquete desde que se descubrieron los crímenes contra más de 172 niños en Colombia y Ecuador, fue capturado en 1999 en Villavicencio justo cuando se disponía a asesinar a otro menor.

cDesde entonces, se vienen acumulando crímenes en su expediente. Según el último reporte de la Fiscalía de hace dos años, Garavito aceptó su responsabilidad en 140 violaciones y asesinatos de menores. De estos, 139 tenían fallo condenatorio. Una de esas decisiones fue la que llevó a que la Corte Suprema de Justicia negara la extradición de La Bestia hacía Ecuador. El vecino país lo solicitaba para respondiera por el asesinato de cuatro niños en 1998, sin embargo, por estos hechos ya había sido condenado en Colombia.  El 10 de julio, Garavito se hospedó en un hostal de Santo Domingo de los Colorados con el nombre de Bonifacio Morera Lizcano. Justamente a 100 metros del lugar enterró a una de sus víctimas. El primer menor fue observado por Garavito cuando estaba sentado en un andén, en una vía entre Chone y Puerto Viejo. El joven se dirigió hacia un barranco pasando el alambrado, el cual estaba cubierto con alta vegetación, cuando el depredador procedió a atacarlo. Lo despojó de la ropa, lo ató de pies y manos. Se dedicó por un tiempo a acariciarlo y lo asesinó con un cuchillo. El 12 de julio, ocurrió el segundo caso en la localidad de Santo Domingo de los Colorados, cuando Garavito atacó a un menor de 12 años que antes le había lustrado los zapatos. Una semana más tarde, la víctima fue otro lustrabotas de 14 años en la localidad de Chone. Esta seguidilla terminó con el crimen a un joven cuando salía del colegio. Ante un fiscal, Garavito admitió que este último crimen lo cometió bajo los efectos del alcohol.  Los cuatro casos quedaron incluídos en una sentencia de un juzgado de Pereira, que lo condenó a pagar 22 años de prisión. Esta decisión llevó a que la Corte Suprema de Justicia colombiana rindiera concepto negativo en garantía a su derecho de no ser juzgado dos veces por el mismo delito.