VLADDO.: ¿Cuántos venezolanos hay, finalmente, en Colombia? Felipe Muñoz.: En este momento hay 1.408.000 migrantes venezolanos permanentes en Colombia. Además de esos, estamos llegando a 400.000 en tránsito, que entran y siguen para Ecuador, Perú y el sur del continente. El año pasado fueron 700.000. Otras categorías son los pendulares, que entran y salen a diario, que son unos 45.000. De estos, unos 42.000 se devuelven; otros 1.000 siguen hacia otros países y unos 1.000 o 1.500 permanecen aquí. VLADDO.: ¿Cuántos son los retornados? F.M.: Hay alrededor de 400.000 colombianos que se habían ido a Venezuela y están regresando; tenemos que reforzar la capacidad para atenderlos. Es un gran desafío. VLADDO.: En algún momento se tendrá que empezar a ver un efecto positivo de toda esta llegada de venezolanos al país, ¿no? Puesto que también llega gente con talento, con ganas de invertir, empresarios, etcétera… F.M.: Claro que sí y la experiencia ha demostrado a nivel internacional que eso funciona así, pero es un asunto de mediano plazo. Por eso, parte de la estrategia ahora es tratar de estar muy atentos con la inclusión económica. Sin embargo, en el corto plazo, en los próximos dos o tres años, hay un impacto en términos económicos; después puede haber impacto positivo a medida que esta gente se vaya integrando al proceso productivo del país. El problema es que este proceso migratorio no se detiene y por eso las medidas que tomamos no alcanzan a ser suficientes, dada la velocidad a la que están llegando esas personas. Le puede interesar: Iglesias, unidas frente a la diáspora venezolana VLADDO.: ¿Y qué van a hacer para facilitarles la vida a los migrantes que vienen a invertir, a hacer empresa, a los que les exigen un montón de papeles para abrir una cuenta bancaria o comprar un celular; o tienen que hacer un montón de trámites para ‘existir’ en este país y poderse establecer? F.M.: Eso tiene sus explicaciones y un plan de solución. Colombia no estaba acostumbrada a tener migrantes y nos ha tocado repensar y cambiar toda la legislación. Por ejemplo, tocó hacer una adecuación del sistema de educación para identificar a un niño venezolano y poderlo matricular, puesto que esa opción no existía. Y así pasa en otros ámbitos. Ya tenemos identificados esos cuellos de botella y estamos buscando las soluciones para que todas esas personas se integren en la sociedad. "Hay que derrumbar tantos mitos sobre la inmigración de venezolanos. Superar el primer impacto para integrarlos a la sociedad" VLADDO.: ¿Cómo hacer para controlar que entre todos estos migrantes no se cuelen personas que vienen a realizar actividades ‘non sanctas’, gente que no viene con buenas intenciones? F.M.: Migración Colombia tiene unos mecanismos para compartir bases de datos de seguridad y controlar los documentos que se usan en la frontera y quien comete una falta o un delito tiene que responder y debe recibir la sanción correspondiente; pero el tema no es tan fácil de controlar, porque es una frontera muy grande, una frontera porosa y los volúmenes en los que está ingresando la gente son muy altos. VLADDO.: ¿Cómo está la percepción del colombiano sobre los migrantes venezolanos? F.M.: En todas las encuestas del mundo, en todos los países, la percepción inicial es que la presencia de los inmigrantes afecta las fuentes de trabajo e incrementa la delincuencia. Sin embargo eso hay que mirarlo caso por caso, con mucho cuidado, para tratar de derrumbar tantos mitos que hay sobre el tema. No podemos negar que la migración de venezolanos está teniendo un gran efecto en nuestro país sobre todo en el tema económico, pero tenemos que superar este primer impacto para poderlos integrar a nuestra sociedad. Lea también: ¿Quién es Emanuel Andrade, el venezolano al que le prohibieron la entrada a Colombia? VLADDO.: ¿Se han incrementado mucho las cifras de delincuencia por cuenta de la migración? F.M.: Nos tomamos muy en serio el hecho de que en ciertas ciudades en particular hay un aumento de venezolanos capturados y eso hay que analizarlo para ver cuáles son las circunstancias y hacer un diagnóstico de la situación. Sin embargo, también ha habido un aumento de víctimas venezolanas, lo cual tiene cierta lógica si se tiene en cuenta que esa población se ha incrementado considerablemente. VLADDO.: ¿Qué impacto tiene la natalidad de venezolanos en Colombia? F.M.: Es un debate importante en este momento. Estamos haciendo un esfuerzo para mejorar la educación de las migrantes, puesto que ellas tienen unos menores niveles de acceso a los temas de salud sexual y derechos reproductivos y eso está generando unas circunstancias complejas. En los últimos dos o tres años han nacido unos 25.000 niños de madres venezolanas y ese es un tema sobre el cual hay que hablar para buscar más recursos y prestarles una mejor atención. Hay sitios, como Maicao, donde la natalidad es muy alta; donde 7 de cada 10 niños que nacen hoy son venezolanos. Por otra parte, hay un gran problema con esos niños que han nacido en este tiempo. Estamos buscando con la Registraduría, la Defensoría, la Procuraduría y el Gobierno nacional, unos mecanismos para poderles dar a esos niños la debida protección. Lea también: Delincuencia: el efecto colateral de la migración venezolana VLADDO.: ¿Todos esos niños que nacen en Colombia son automáticamente colombianos? F.M.: No, no en todos los casos. En Colombia hay varias formas de obtener la nacionalidad. En primer lugar, está el ‘ius sanguinis’, el derecho de la sangre: si usted nace aquí o en Cafarnaum y es hijo de padre o madre colombiana tiene derecho a la nacionalidad. Por otra parte, está el ‘ius soli’ o derecho del suelo, que se aplica primordialmente en otros países y acá se usa excepcionalmente. Si usted nació acá como hijo de extranjero adquiere la nacionalidad, siempre y cuando sus padres estén aquí en una circunstancia regular, es decir con una visa de residencia o de trabajo. Esas son las normas hoy; buenas o malas, pero son las normas actuales. Y también hay una posibilidad de adquirir la nacionalidad por adopción o por naturalización, siempre y cuando usted cumpla con ciertos requisitos. Por razones obvias, las mamás de esos niños no tienen los documentos en regla y los menores no están en ninguna de las anteriores categorías. Por eso, les pedimos a los cónsules venezolanos que les dieran los papeles a los niños para legalizar su situación. Sin embargo, los cónsules se negaron sistemáticamente a expedir dichos documentos y cuando, después de mucha insistencia, se iba a realizar el procedimiento, hacían tantas exigencias que el trámite no se podía llevar a cabo. Esos niños están ahora en riesgo de apatridia, es decir de ser niños sin patria, por absoluta responsabilidad de Maduro y su gente. Ellos tendrán que responder en los tribunales internacionales, porque no darles nacionalidad a los niños es un delito de lesa humanidad. De todas maneras, desde hace tres meses, y por instrucciones del presidente, se creó un grupo de trabajo con entidades del Gobierno, más la Defensoría, la Procuraduría y la Registraduría, para encontrar un mecanismo jurídico que permita darles algún tipo de protección legal a estos menores. VLADDO.: ¿Qué les diría a los venezolanos que estén pensando en migrar hacia nuestro país? F.M.: Colombia ha tenido una política muy generosa, tenemos problemas para atenderlos a todos de manera adecuada, pero vamos a seguir haciendo esfuerzos. Sin embargo, ustedes también tienen que cumplir con unas normas cuando estén en nuestro país para que la comunidad los siga acogiendo de manera generosa. VLADDO.: A pocos meses de las elecciones locales y regionales, ¿cuál es el reto más importante en el tema de migración? F.M.: En primer lugar, es clave que las nuevas autoridades entiendan que este es un tema que se debe incluir en los planes locales de desarrollo. Además, es fundamental que no se use la migración como tema de campaña, con el único pretexto de conseguir votos. UNO POR UNO – Un viajeQuiero ir a Rusia. –Un personaje extranjeroMichael Sanders. –Un jefeUn líder que inspire –Una misiónHacer de esta crisis de Venezuela una buena oportunidad de aprendizaje para Colombia. –Un cargoDirector de la Biblioteca Nacional. –Un secretoMe muerdo las uñas.