El exvicepresidente Germán Vargas Lleras se despachó contra el proceso de reforma a la salud que avanza en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes y denunció cómo el Gobierno está buscando apoyos.

En su tradicional columna dominical en el diario El Tiempo, dijo: “El Gobierno se está jugando a fondo con la aprobación de la reforma de la salud. Su verdadera prueba de fuego. A las amenazas con destituir a los viceministros que representan a los partidos bisagra, se suman ahora los ofrecimientos de cupos en el DPS, delegaturas en la Supersalud, cargos en Fiduprevisora y en otras entidades. Pura mermelada”.

En la Comisión VII de la Cámara de Representantes se radicó el proyecto de reforma a la salud del Gobierno. | Foto: GUILLERMO TORRES

Y agregó que llama la atención que sea precisamente el Gobierno del cambio el que prometió luchar contra estas prácticas clientelistas, “el que ahora las use sin siquiera ruborizarse”.

Aunque calificó de “denigrante” el espectáculo de esta semana y advirtió que la democracia sale “muy magullada”, compartió la posición del presidente Gustavo Petro de exigir a los miembros de la coalición que cumplan con sus compromisos o abandonen los cargos que ocupan en el Gobierno.

El ministro del Interior Alfonso Prada acompañó a la ministra de Salud Carolina Corcho en el debate de la reforma a la salud. El Gobierno se la está jugando a fondo. | Foto: Esteban Vega - SEMANA

“Les llegó la hora de decidir. ¿O qué pensaban, que podían solicitar y recibir cargos y contratos a cero costo político? ¿Y, además, quedar bien con sus electores? En algún momento habría de llegar la hora de la verdad y, claro, ya les tenían medido el aceite”, señaló Vargas Lleras.

Puso como ejemplo y primera demostración de esta línea de conducta, el hundimiento de la ponencia que archivaba el proyecto de reforma a la salud, al caer 17 votos contra cuatro, en los que solo los congresistas de Cambio Radical y el Centro Democrático votaron a favor.

“Todos los partidos de la coalición le abrieron paso a tramitar el proyecto del Gobierno, que vino ahora con nuevas cargas de profundidad como las resucitadas facultades extraordinarias al presidente para que una vez aprobada la ley puedan hacer con ella lo que les venga en gana”, explicó el exvicepresidente.

Según Vargas Lleras, el proyecto rompe la integralidad de la atención de las personas, pues segmenta atención primaria en CAPS (centros de atención primaria) y mediana y alta complejidad en las denominadas “gestoras” y la eliminación de las EPS persiste. Imagen de referencia - Getty Images. | Foto: Getty Images

Concluyó que, revisada la nueva enmienda del Gobierno con los ajustes negociados, todas las líneas mencionadas por los partidos se cayeron. “Y no me refiero a las 100 propuestas presentadas por La U y los conservadores, sino a las 3 que constituyen el corazón de la reforma. En plata blanca, se aceptaron la eliminación de las EPS, la estatización total del sistema de salud y la creación del engendro de mil cabezas de la nueva Adres, sustituta del antiguo Seguro Social y sus tentáculos regionales”, sentenció Vargas Lleras.

Más allá de la negociación política, para él, la enmienda resultó peor que el proyecto original: rompe la integralidad de la atención de las personas, pues segmenta atención primaria en CAPS (centros de atención primaria) y mediana y alta complejidad en las denominadas “gestoras” y la eliminación de las EPS persiste. “Se cambian de aseguradoras a administradoras o colaboradoras, lo que significa liquidar estas entidades y crear otras con funciones y talento humano diferentes. En consecuencia, nadie asumirá en propiedad el riesgo financiero y este terminaría recayendo sobre las familias colombianas, incluso las más pobres”, manifestó.

Además, dijo que nadie asumirá tampoco en propiedad la gestión de riesgo en salud, ni la articulación de la red, desde promoción hasta paliación. Tampoco hay definición de modelos de contratación y pago con definición de metas, entre otros. Y anticipó: “Se vuelve al pago por evento, lo que puede llevar a la quiebra del sistema de salud en pocos meses, como ocurrió con el Seguro Social”.

Agregó que se establecen dos años de transición para la transformación o liquidación de las EPS y explicó que con el giro directo y el descuento que se le hará a la UPC por concepto de las atenciones de los centros de atención primaria que entren en funcionamiento, la pregunta obligada es: ¿cómo se sostendrán las redes actuales? “Si, además, se obliga a las EPS a continuar hasta tanto entreguen los afiliados “a las entidades previstas en la ley”. Sufrirán no solo las EPS, sino los prestadores privados, los médicos y el personal de salud”, dijo.

De acuerdo con el análisis del exvidepresidente, al redirigir los recursos a atención primaria se desvían de la atención de alta y mediana complejidad, lo que generará un riesgo inmediato para el acceso y la continuidad de los servicios de salud de la población con enfermedades crónicas y de alto costo.

“Con este proyecto se pondrá la salud al servicio de la política, siguiendo el manual de los movimientos socialistas y comunistas del mundo para jamás abandonar el poder. De aprobarse esta reforma, los mercaderes de las llamadas líneas azules, verdes y rojas con asiento en el Congreso no tendrán cómo reparar el daño causado al país”, concluyó.