Si hay un político que ha sabido capitalizar la indignación del país con la reforma tributaria, es el exvicepresidente Germán Vargas Lleras. Desde sus columnas de opinión, se convirtió en uno de los más ácidos contradictores de la propuesta, y advirtió las consecuencias para el bolsillo de la clase media. Eso bastó para poner al Gobierno contra las cuerdas.
A diferencia de Gustavo Petro, quien ha basado su oposición con argumentos más políticos que técnicos, Vargas Lleras ha hecho reparos y propuestas con análisis de fondo y cifras concretas. Desde Cambio Radical lideró comités privados, le trazó líneas rojas al Ministerio de Hacienda y pidió tenerlas en cuenta. Como no encontró eco, el exvicepresidente congregó a su partido y anunció la oposición. Para despejar cualquier duda de división y fuego amigo, cenó con el presidente del Senado, Arturo Char, en Miami, y conjuntamente anunciaron su rechazo al proyecto.
Vargas Lleras terminó de aliado del expresidente César Gaviria, distanciado hoy con Iván Duque tras su apoyo en 2018. Gaviria logró quitarle a la reforma el respaldo de otros 14 senadores y 35 representantes del Partido Liberal.
¿Qué hay detrás de la estrategia de Vargas? No hay duda de que su movida contra la reforma tributaria le da un gran oxígeno político. Al menos así lo han visto empresarios que empezaron a llamarlo y a insistirle para que postule su nombre a las presidenciales de 2022. “No estoy de aspirante de nada”, le dijo Vargas Lleras a SEMANA. “No tengo aspiraciones, no soy candidato, no hago esto para construir una plataforma, no tengo agenda electoral propia”, agregó.
No es la primera vez que se viene contra el Gobierno: en 2018 demandó ante la Corte Constitucional la Ley de Financiamiento por vicios de forma, y la justicia le dio la razón. Vargas Lleras no tiene prisa, y no compite contra nadie porque no está en campaña. Todo el que le pregunta sale desmotivado por su negativa a retornar a la vida pública, pero él lo hace por prudencia.
El exvicepresidente es un político nato, y, si estuviera pensando regresar a la escena pública, no volvería a repetir los errores de 2018, cuando no supo leer el ambiente electoral y salió a hacer campaña un año antes de las elecciones.
Las encuestas tampoco están de su lado. En el gran estudio electoral de SEMANA, apenas obtuvo 3 por ciento de intención de voto a la presidencia. El camino no está despejado para un aterrizaje a una campaña presidencial de Vargas Lleras, aunque las opciones no están del todo descartadas.
En la centroderecha no termina de cuajar una candidatura. Álvaro Uribe, con quien mantiene una relación cordial, no decide por quién inclinarse. A varios líderes de Cambio Radical les agradaría ver al exvicepresidente encabezando la lista al Senado, una oportunidad perfecta para que un peso pesado llegue al Congreso en 2022, teniendo en cuenta que no estarán Uribe, Petro, Antanas Mockus ni Jorge Enrique Robledo.
Aunque Vargas Lleras lleva más de dos años sin recorrer el país, busca consolidar unas listas nacionales y regionales fuertes que conviertan a Cambio Radical en el partido político con mayor número de curules en el Congreso y el más influyente en la política nacional; se prevé que el uribismo sufrirá un desgaste por cuenta de la reforma tributaria, el descenso en la popularidad de Uribe, y la crisis que capotea Duque.
Vargas Lleras insiste en que los senadores Luis Eduardo Díaz Granados y Arturo Char se lancen de nuevo al Congreso y aporten más de 239.000 votos. Si el exvicepresidente aspira, podría sumar otros 300.000, una cifra importante que arrastraría varias curules a su favor.
La fotografía de Vargas Lleras al lado de Char transmite unión, pero no es desconocido que el bloque costeño es cercano a Uribe y a Duque; y la imagen en contra de la tributaria no cayó bien en los pasillos del palacio presidencial, pues el ministro de Salud, Fernando Ruiz, es relacionado como el hombre de Vargas Lleras en el gabinete.
Asimismo, la ministra de las TIC, Karen Abudinen, y los viceministros Alexánder Moscoso, de Salud, y Ana María Aljure, de Ciencia y Tecnología, son de la casa Char.
Por eso no está descartado, según le contó una fuente a SEMANA, que el Gobierno termine encontrando algunos apoyos en la casa Char para la reforma tributaria, lo que podría dar pie a una ruptura en Cambio Radical. En 2019, con la aprobación del Plan de Desarrollo, se generó una división entre los charistas y Vargas Lleras, que motivó al excandidato presidencial a escribir una columna en su contra.
Por ahora, el exvicepresidente seguirá alejado de la prensa y opinando exclusivamente en sus columnas dominicales. Mientras el escenario político no juegue a su favor, Vargas Lleras seguirá ejerciendo el poder desde su tribuna y a través de sus aliados en Cambio Radical.