Al gobernador indígena Cristian Toconás ya le habían dicho, en una serie de panfletos, que tenía las horas contadas. Grupos armados le tienen controlado el tiempo para obligarlo a abandonar su territorio y su ejercicio de liderazgo en comunidades del norte del Cauca; pero este miércoles las manecillas del reloj estuvieron del lado de Toconás para salvarle la vida. Testigos aseguran que no alcanzaron a pasar veinte minutos desde que el gobernador se bajó del carro y entró a la Casa Indígena de Jamundí, cuando aparecieron dos hombres en un motocicleta. Vieron el vehículo blindado de vidrios polarizados parqueado afuera y lanzaron una granada de fragmentación. Los violentos asumieron que su objetivo aún estaba en el interior del automotor. 

Toconás y sus dos escoltas estaban en la casa. Se salvaron por cuestión de minutos. El vehículo quedó completamente incinerado, inservible. De acuerdo con el alcalde de Jamundí, Andrés Felipe Ramírez, el hecho ocurrió pasada las 8:30 de la mañana, cerca al parque principal de ese municipio del sur del Valle.  "Al lugar de los hechos se hizo presente un grupo de antiexplosivos y de investigadores, quienes en compañía de la Fiscalía, avanzarán en la obtención evidencias como cámaras de circuitos cerrados de televisión, así como testimonios de los dos escoltas", dijo el general Manuel Vásquez Prada, comandante de la Policía de Cali, que también sirve a Jamundí. 

Las amenazas contra Toconás se han agudizado en los últimos días. Las comunidades indígenas en el sur del Valle y norte del Cauca son constantemente agredidas por las disidencias de las Farc Dagoberto Ramos y Jaime Martínez, que operan entre los municipios Corinto, Caloto, Toribío, Miranda, Santander de Quilichao, Suárez, Buenos Aires y Timba, Cauca, así como zona rural de Jamundí, Valle.