Tres años después se reactiva la mesa de diálogos entre el Gobierno colombiano y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Así lo dieron a conocer este martes 4 de octubre el presidente de la República, Gustavo Petro, y la delegación del grupo insurgente.
El proceso se suspendió en 2019 luego del atentado a la Escuela General Santander, en Bogotá, en el que asesinaron a 22 cadetes de la Policía.
Ahora, los guerrilleros del ELN entrarán en una fase de consultas internas donde el Comando Central hará los ajustes necesarios para definir la agenda, negociadores y posturas para intercambiar opiniones con el Gobierno.
Hasta el momento se conoce que las reuniones se llevarán a cabo en diferentes lugares. Se contemplan algunas sedes como Venezuela, Cuba y Noruega.
El gobernador de Magdalena, Carlos Caicedo, fue uno de los primeros en pronunciarse ante el anuncio del Gobierno y la guerrilla del ELN. “Saludamos reinstalación mesa de conversaciones y restablecimiento de diálogo entre insurgencia del ELN y Gobierno de @petrogustavo a partir de los acuerdos y avances de dicho proceso. Mantenemos nuestro ofrecimiento de Quinta de San Pedro Alejandrino como sede de dialogo regional”.
Mientras se ultiman los detalles para iniciar con el proceso, la Federación Nacional de Departamentos reiteró que los gobernadores del país respetan y acompañan la iniciativa del nuevo gobierno, considerando que representa una “salida frente a los conflictos armados que permanecen de manera aislada en Colombia”.
“Una salida negociada nos ratifica como sociedad civilizada y evita más derramamiento de sangre, en un país donde aún no terminamos de contar los muertos por la guerra interna. Aspiramos a que este sea el último proceso de paz en Colombia porque, con él, recogemos el rezago de la violencia política que un día acechó las libertades, los derechos humanos, la democracia y la vida misma”, señaló la federación, en cabeza del gobernador de Sucre, Héctor Olimpo Espinosa.
No obstante, resaltaron que este tipo de diálogos debe adelantarse con un compromiso definitivo y el absoluto apego a la Constitución. En ese sentido, propusieron los siguientes condicionantes:
- Cese inmediato del secuestro y acciones violentas por parte del ELN contra la población civil, las autoridades militares y los policías de Colombia. Que este grupo decrete una tregua definitiva hasta la firma de un acuerdo.
- No negociar bajo la presión de voladuras de torres de energía, oleoductos, paros armados, tomas de poblaciones, ni ningún tipo de hostigamientos por parte del ELN.
- Ruptura inmediata y efectiva de alianzas con las mafias del narcotráfico y bandas multicrimen que se han tomado varios territorios del país.
- Una agenda de negociación ágil y eficaz, con tiempos y cronogramas realistas definidos desde el inicio, para no desgastar al país. Aquí es importante que esté muy bien identificada la línea de mando del ELN, pues cuando no hay claridad sobre ello, se vuelve muy complicado avanzar.
- Que la negociación no se encierre en la Casa de Nariño y la sede de la misma, sino que desde el primer momento se incluya a voceros de las regiones, pues son las que sufren el impacto y las tragedias que genera el ELN.
- No repetir los errores que se pudieron haber cometido en otras negociaciones de paz.
- Garantizar que sea una apuesta sincera, sin trastiendas, con entrega total de armas en el momento en que se pacte, y que los guerrilleros en trance de paz se comprometan sinceramente a reparar, decirles toda la verdad a las víctimas y pedirles perdón.
- Sometimiento a los mecanismos y procedimientos jurídicos que ya existen para este tipo de negociaciones, de tal forma que los integrantes del ELN respondan ante la justicia y reparen efectivamente a sus víctimas. Que no se decrete la impunidad por la vía de un eventual acuerdo.
“Los gobernadores estamos de acuerdo en que se extiendan oportunidades políticas y económicas a quienes depongan las armas y regresen a la vida civil, pero también demandamos reparación para las regiones. Somos más de 10 departamentos de Colombia donde el ELN hostigó, atacó y causó daño durante más de 50 años.