“Hemos tomado la decisión de reunirnos con todos los partidos políticos que lo deseen, con el ánimo no sólo de informar, sino de oír sus opiniones en discusiones abiertas y transparentes, con el ánimo fundamentalmente de oír, recibir recomendaciones y críticas. Todo lo recibimos de una muy buena manera, con criterio democrático, de respeto por las ideas ajenas. Cuando nos critican asumimos esto con gran seriedad”, aseguró el jefe del equipo de Gobierno en los diálogos de La Habana, Humberto de la Calle Lombana.De la Calle hizo el anuncio este miércoles en Manizales. Ante el gobernador de Caldas, el alcalde de Manizales y un grupo de empresarios y representantes de agremiaciones, explicó los detalles de lo que significan los acuerdos alcanzados con las FARC en tres puntos de la agenda de conversaciones: Reforma Rural Integral, Participación Política y Solución al problema de las drogas ilícitas.De la Calle, que en la mañana se reunió con académicos y estudiantes de la Universidad de Caldas que le hicieron un reconocimiento por su trayectoria profesional, anunció que en los próximos días se socializarácon los diferentes partidos y movimientos políticos que lo deseen, los avances del proceso.El propósito del jefe del equipo negociador del proceso de paz va en línea con la instrucción del presidente Juan Manuel Santos de hacer una intensa pedagogía para que el proceso se conozca con absoluta transparencia.Precisamente, en su viaje por Europa Santos detalló ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo los tres puntos hasta ahora acordados con la guerrilla: “El primer punto es el de desarrollo rural. Hemos acordado una serie de medidas para dar al campo colombiano, a los campesinos colombianos, al desarrollo rural una importancia especial, porque ahí es donde está concentrado el atraso la pobreza y el conflicto”, contó.“Logramos ponernos de acuerdo sobre el segundo punto. Lo hemos llamado participación política. Básicamente lo que hemos acordado es un fortalecimiento y una profundización de nuestra democracia, darles más representación a zonas del país que han estado en conflicto, zonas que no han tenido la suficiente representación en nuestro Congreso, darle más garantías a la oposición política; en hacer que nuestra democracia funcione mejor, lo cual es un ejercicio permanente para cualquier democracia”, agregó el mandatario.“Nos pusimos de acuerdo en un punto trascendental, un punto que yo personalmente insistí mucho desde el comienzo en que se incluyera en la agenda y tiene que ver con el narcotráfico.Acordamos con la guerrilla de las FARC trabajar en forma conjunta una vez lleguemos al final del conflicto para sustituir todos los cultivos ilícitos por cultivos lícitos. Trabajar en forma conjunta con las FARC para erradicar el narcotráfico de la faz de Colombia, de nuestro territorio, esto tiene una inmensa trascendencia no sólo para Colombia, que ha sufrido durante más de 30, 35 años este flagelo del narcotráfico y a su vez ha sido el combustible de toda nuestra violencia durante estos 30 o 35 años, sino que va a ser algo trascendental para toda la región porque el éxito que hemos tenido, el relativo éxito que hemos tenido al disminuir el narcotráfico en Colombia, en combatir los grandes carteles del narcotraficantes, ha sido la desgracia de muchos de nuestros vecinos, nuestro éxito por aquello que llaman efecto la bomba de agua que uno pone el pie en un sitio y aparece en el otro, pues ha tenido un efecto devastador en la región”, dijo.Sin embargo, Santos fue enfático: “Faltan dos puntos, los más difíciles”. El jefe del Estado relató: “Falta el punto de la Justicia Transicional, las víctimas. Yo me propuse desde el comienzo poner las víctimas en el centro de la solución de este conflicto, eso no se ha hecho en ningún otro proceso de paz.“¿Por qué lo hice? Porque tenemos tal cantidad de víctimas, que si no satisfacemos sus derechos esa víctima no puede ser duradera, sostenible; porque además la cifra lo exige.“Ese nuevo esquema jurídico se denomina Justicia Transicional y por eso los derechos de las víctimas, sus derechos a la verdad, a la justicia, a la reparación y a la no repetición serán respetados en cualquier solución final de este conflicto y es por eso también que tomamos el paso audaz –sin precedentes- de invitar a las propias víctimas a que fueran a confrontar a las partes que hoy están negociando en La Habana.“¿Por qué lo hice? ¿Por qué lo hicimos? Porque si vamos a respetar los derechos de las víctimas, quién mejor que las propias víctimas para decirnos cómo ellas piensan que debemos respetar sus derechos porque además, aquí hay algo muy interesante, somos el primer país que está solucionando un conflicto armado bajo el paraguas del Tratado de Roma.“Estamos en cierta forma sentando un precedente, por eso cualquier acción que tomemos está siendo vigilada y observada con mucha atención por la comunidad internacional. Entonces satisfacer esos derechos de las víctimas y cómo hacerlo se ha convertido en el meollo de la solución a este conflicto.“Algunos piensan que estamos negociando los derechos de las víctimas, no. Los derechos de las víctimas no son negociables, simplemente estamos escuchando a las víctimas para ver cómo podemos satisfacer sus derechos en la solución del conflicto.“Y el quinto punto que falta por negociar es el punto que se llama, el DDR, la Desmovilización, el Desarme y la Reintegración de los alzados en armas a la vida civil. Si logramos acuerdos en estos dos puntos terminará esa guerra en Colombia”.