Con extremo sigilo, el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional, ELN, terminaron de ajustar las reglas que regirán el cese al fuego que entra en vigencia a partir del domingo. Miembros de la fuerza pública, el ELN, la ONU y la Iglesia Católica serán los encargados de atender cualquier impasse y de velar porque las reglas de la tregua -que se extiende hasta el 9 de enero- se cumplan. "Sus integrantes no portarán armas y gozarán de garantías de seguridad de acuerdo a lo establecido en el Protocolo de Seguridad y protección (...) se establecerán canales de comunicación permanentes. El mecanimo recibirá la información y analizará de manera imparcial los hechos que se presuman como incumplimientos, amenazas o violaciones a los compromisos", informaron las partes este viernes.Las funciones que tendrá la misión se cumplirá en tres instancias: nacional, regional y local. La primera, estará al frente del componente internacional que ayudará a facilitar el entendimiento entre las partes y servirá de portavoz respecto al cumplimiento. Las instancias regionales, por su parte, estarán conformadas por la ONU con el acompañamiento de la iglesia católica que emitirán recomendaciones.En su mínima expresión, las instnacias locales, que también contarán con el acompañamiento de la ONU y la iglesia, se encargarán de observar, recolectar, registrar y analizar la información en varios sectores que ellos acordaron. "El ELN mantendrá comunicación con sus estructuras, a través de sus propios caneles, para informar con los delegados de la ONU todas las actividades relacionadas con la tregua", dice el comunicado. Por su parte, los enlaces del Gobierno - Fuerza Pública, mantendrán comunicación permanente con las unidades ubicadas en cada jurisdicción. Como parte de toda esta logística que las partes en Quito quieren desplegar para darle una llamor validez al cese elevaron una solicitud al Consejo de Seguridad de la ONU para que "autorice la Misión de Verificación" que se encargará de hacer las actividades de veeduría y verificación."Reiteramos a las dos partes las felicitaciones del Secretario General de la ONU y el beneplácito del Consejo de Seguridad por la impotante decisión de declarar este cese al fuego con el propósito de aliviar la situación humanitarias en las áreas más expuestas a la violencia", respondió el organismo internacional que también aseguró que está pendiente el visto bueno para asumir la responsabilidad de veerificar la tregua. Pero las partes no la tienen fácil. Días antes de que entre en vigencia la tregua bilateral que se extiende hasta el otro año, Ecopetrol denunció un nuevo ataque al oleoducto Caño Limón-Coveñas, que hace ocho días también había sido blanco de otro atentado en Norte de Santander.El ataque ocasionó la caída de crudo al río Cubugón, lo que obligó a ubicar "diques para controlar las trazas remanentes aguas abajo del sitio de la rotura", mientras que el del martes causó un vertido de petróleo en las aguas del río Catatumbo y dos quebradas más.Ante estos hechos, el jefe negociador del Gobierno, Juan Camilo Restrepo, señaló que con estos hechos ponen también "en peligro las fuentes de agua de las que se surten muchos municipios de la región, lo cual es una bofetada al Derecho Internacional Humanitario (DIH) que el ELN dice respetar".Nunca antes el ELN había pactado un cese bilateral del fuego con el Estado colombiano. Por eso, este anuncio le da un impulso grande a una negociación de paz empantanada y minada de desconfianza entre las partes que se terminó de enlodar con los recientes ataques perpetrados por miembros de esa guerrilla. "Es un paso importantísimo, un paso que espero sea el primer paso dentro de un proceso que lleve también al ELN a dejar las armas, como sucedió con las Farc", dijo el presidente Juan Manuel Santos en la inauguración de la exposición fotográfica La esperanza vence al miedo, del danés Mads Nissen, en Bogotá. Y es que la apuesta es una rosa de espinas. ¿La razón?, si bien el acuerdo oxigena los diálogos de Quito, también encarna muchos riesgos y tiene zonas grises difíciles de manejar por cuatro razones.Primero, este es un cese temporal y por lo tanto su prórroga dependerá de cómo funcione en estos meses. Segundo, no habrá ni ubicación ni concentración de la guerrilla, pues aún no se ha negociado la agenda, y mucho menos hay un convenio sobre dejación de armas. Tercero, el acuerdo incluye el cese de una lista corta de hostilidades como el secuestro extorsivo, pero otras se consideran alivios humanitarios que harían las partes como muestra de buena fe. Cuarto, todo ello complica la labor de verificación del cese, la parte más importante porque le da legitimidad y permite construir confianza. Falta ver este domingo con que ritmo arranca y se mentiene el primer cese al fuego con el que los elenos se comprometen en 30 años.