Un fuerte golpe a los falsificadores de licor, le propinaron las autoridades colombianos, en coordinación con la Fiscalía General y el Invima.
La labor conjunta permitió la incautación de 80 toneladas de insumos fraudulentos utilizados para la falsificación de licores nacionales e importados.
Según el Invima, en nueve diligencias de registro y allanamiento se adelantó el decomiso de 83.000 botellas de licor adulterado, 15.671 unidades de insumos secos como tapas, etiquetas, capuchones, botellas, estampillas, pimpinas, sellos de seguridad entre otros, 10 unidades de maquinaria artesanal empleada para el empaque de los licores y 1.000 litros de líquidos como alcohol, varsol y saborizantes.
De acuerdo con las autoridades, en las incautaciones también encontraron estupefacientes y $10 millones en efectio.
En total, todo el material que se encuentra en manos de las autoridades se ha estimado en un valor de $4′150.000.000.
El Invima confirmó que en los allanamientos se realizaron 9 capturas, por los cargos de concierto para delinquir; corrupción de alimentos; productos médicos y material profiláctico; usurpación de derechos de propiedad industrial, y ejercicio ilícito monopolística de arbitrio rentístico.
De igual manera, se impusieron multas por un valor de $77′390.096.
Pilas
Pese a las acciones de las autoridades, el no uso de licor adulterado es lo más importante para desestimular la producción de estos artículos que afectan la salud humana y pueden causar hasta la muerte.
La red que fue golpeada con la incautación y las capturas, se dedicaba a elaborar, comercializar y distribuir en Bogotá y en diferentes lugares del territorio colombiano (Soacha, Garzón y Pitalito-Huila) whisky y aguardiente de marcas reconocidas en el mercado, los cuales eran elaborados sin el cumplimiento de las condiciones sanitarias requeridas a partir de alcoholes y otros licores de baja calidad, en las residencias y bodegas de los integrantes de la organización.
Alerta
La comercialización de estas bebidas adulteradas la realizaban en diferentes cigarrerías, discotecas de barrios, y utilizaban locales comerciales de venta de confitería y galletas, como fachada para poder ofrecer venta de licor a domicilio.