A las 6:30 de la mañana del jueves 25 de julio una caravana rompió la tranquilidad de Montería, Córdoba. En los autos y camiones del convoy viajaba una decena de fiscales de la Unidad Nacional para la Extinción del Dominio y contra el Lavado de Activos -Uned-, varios detectives del DAS y 220 hombres del Ejército. El objetivo de tal desplazamiento era culminar la Operación Titán II, que ya llevaba más de dos años de investigaciones de la Uned y el Comité Interinstitucional de Lucha contra las Finanzas de la Subversión -Cilfs-. Al finalizar, dos días después, el resultado no pudo ser más impresionante. En el primer paso del proceso de extinción de dominio se ocuparon 51 bienes, entre fincas, lotes y casas, por 150.000 millones de pesos en Montería, Canalete y San Carlos. Una operación así no sería extraña si se tratara de bienes de narcotraficantes. Lo especial en este caso es que las fincas y las casas ocupadas por las autoridades pertenecían a la guerrilla. De acuerdo con las investigaciones los 51 bienes estaban a nombre de testaferros del EPL y habrían sido adquiridas con los dineros producto de extorsiones y secuestros.Titán II es la más reciente de las ocho grandes operaciones que se han realizado en los últimos dos años contra la asombrosa cifra de 163 predios de la guerrilla ocupados por la justicia, que han pasado a manos de la Dirección Nacional de Estupefacientes. Tan sólo en este año las autoridades han ocupado bienes en Floridablanca y Matanza, en Santander, adquiridos al parecer con dineros del frente 'Ramón Gilberto Barbosa' del ELN. Según los investigadores esos bienes estaban a nombre de familiares de Hugo Alberto Carvajal, alias 'Nene', y Nixon Navas, 'Nico', quienes se desempeñaron como jefes de ese frente guerrillero. También en Bucaramanga, Saravena, Tame y Arauquita fueron ocupadas propiedades de Luis Domingo Arévalo López, 'Chumingo', detenido en Cúcuta y señalado de ser el jefe de finanzas del frente 'Domingo Laín' del ELN. El valor de los bienes incautados en ese lapso a las Farc, el ELN y el EPL supera los 236.000 millones de pesos.Más allá de la astronómica cifra la importancia de esas operaciones consiste en que estas labores se han ido convirtiendo en una eficaz forma de combatir a la guerrilla. "Es claro que la guerrilla no guarda el dinero debajo de un colchón sino que lo invierten. Por eso atacar las finanzas y sus bienes es darle a su columna vertebral, dijo a SEMANA uno de los fiscales de la Uned. Es evidente que a ellos (la guerrilla) les duele mucho más perder una hacienda o una cuenta bancaria que un combatiente", añade un miembro del Comité Interinstitucional.Las inversiones de los guerrilleros son de todo tipo, casas, apartamentos, títulos valores, fincas, entre otros. Generalmente se trata de actividades o negocios que les produzcan dividendos. Prueba de esto se encontró en la Operación Resplandor, que finalizó con la ocupación de 20 bienes del frente 18 de las Farc por 32.000 millones de pesos. "Por medio de una empresa fachada llamada Inversiones Macondo un familiar del comandante Felipe Rincón tenía tres moteles en Montería, cada uno de los cuales dejaba ganancias por un millón de pesos diarios", dijo a SEMANA uno de los fiscales.Aunque ya se ven los resultados las operaciones son complejas y lentas. Cada una tarda en promedio un año de investigación. "Parte de esta demora consiste en la dificultad de demostrar un delito como el testaferrato. Después de eso hay que entrar a comprobar que el dinero proviene de la guerrilla", afirma uno de los funcionarios de la Unidad Nacional de Extinción.Parte de la demora en la cristalización de estos operativos radica en que se trata de un pequeño grupo interinstitucional que no cuenta con muchos recursos. Aunque se han detectado los bienes de la subversión al menos en ocho departamentos, entre ellos Caquetá, Meta, Cundinamarca, Antioquia, Risaralda y Chocó, es imposible desarrollar operativos en todos por la falta de personal y presupuesto. "Autoridades de Estados Unidos, Europa y Centroamérica nos mandan información sobre la forma como la guerrilla ha camuflado dinero en cuentas bancarias y en la compra de bienes raíces en esas regiones del mundo. Con las herramientas necesarias la persecución no tendría límites", afirma uno de los responsables. Todo esto puede cambiar ya que el gobierno del presidente Alvaro Uribe ha demostrado su interés por fortalecer y dotar de herramientas a los organismos y entidades que combaten las finanzas de la guerrilla. Si esto llega a consolidarse podría llegar a darle un vuelco decisivo a la guerra en Colombia.