El procurador Alejandro Ordóñez desató una verdadera tormenta política al abrir una investigación preliminar contra el ministro de Vivienda Germán Vargas Lleras por supuestos nexos con paramilitares en su época de congresista. La noticia no es de poca monta. Se trata del ministro estrella del gabinete del presidente Juan Manuel Santos y de uno de los tres personajes -con el vicepresidente Angelino Garzón y el expresidente Álvaro Uribe- con más alto reconocimiento en el país, según la más reciente encuesta de Gallup.El miércoles al caer la noche el procurador tomó la decisión. La noticia se filtró y el jueves se sintió el sacudón en las emisoras. El ministro Vargas lo primero que hizo esa mañana fue ir a la Fiscalía a poner una denuncia contra el hermano del expresidente Álvaro Uribe a quien acusó de ser el autor de lo que llamó "un complot" en su contra. Según Vargas Lleras, Santiago Uribe Vélez con un "coronel Ramírez" y "al parecer financiados por un grupo de esmeralderos" habrían recogido falsos testimonios para enredarlo con el capo paramilitar de la región de Casanare Martín Llanos.La reacción de Uribe fue inmediata. "Me da rabia esa cosa de este gobierno de tratar de desmontar sus culpas en mí y en mi familia", afirmó en La W el expresidente. Y a renglón seguido lanzó una andanada contra el ministro: "Es un hombre de doble moral que en vez responder por sus actos viene a acusar a mi hermano. Me duele la sangre". Y remató diciendo: "Él amenazaba a los funcionarios de mi gobierno por cargos públicos y aparece ahora como el adalid contra el clientelismo. Este señor Vargas Lleras es un engaño al país".Más allá del cruce de acusaciones en los programas radiales matutinos, la realidad jurídica es otra. En primer lugar, hay que establecer si Santiago Uribe está detrás de todo esto. Y en segundo, si es un hecho que está, establecer si alguna de sus denuncias es verdad. Y eso es de lo que se encargará de investigar la Procuraduría. Desde tiempo atrás en los medios periodísticos han circulado algunas versiones sobre supuestas actividades de parapolítica en el Casanare que podrían haber favorecido a Vargas Lleras. Sin embargo, esas versiones, por falta de pruebas, escasamente habían llegado a ser publicadas y mucho menos habían sido objeto de investigación. De ahí, la trascendencia de la medida del procurador Ordóñez.Los señalamientos que se le han hecho a Vargas Lleras son dos. El primero lo hizo Rafael García, el llamado 'ventilador del DAS', en entrevista con SEMANA en 2006. Luego de explicar que como jefe de informática del DAS había borrado registros del narcotraficante Néstor Ramón Caro Chaparro, agregó que este le había dado dinero a Germán Vargas para su campaña al Senado en 2002. "Yo sé que él (Néstor Caro) hizo aportes bastante considerables a la campaña del señor Germán Vargas Lleras. Le aconsejo que revise los listados de los candidatos de la lista de Germán Vargas en las elecciones de 2002 y averigüe el pasado de cada una de esas personas. Allí hay personas que posiblemente tienen vínculos con grupos paramilitares en el sur del país", dijo entonces.A esa acusación se suma que algunos periodistas y políticos del Casanare han sostenido en privado que Néstor Caro, considerado por Estados Unidos como uno de los cuatro grandes capos colombianos y por cuya captura ofrecían 5 millones de dólares, le prestó en algún momento su avioneta a Germán Vargas durante su campaña de 2002. Caro fue capturado el año pasado en Brasil y fue extraditado a Estados Unidos. El segundo señalamiento que le hacen a Vargas es su relación con Julio Enrique Acosta, que fue elegido gobernador de Arauca por Cambio Radical (2004-2007) y hoy está detenido por dos delitos: tanto por homicidio como por parapolítico. Lo primero es por el asesinato de un registrador y de un periodista y lo segundo, porque el jefe paramilitar alias El Mellizo afirmó que Acosta "tenía mando sobre el bloque Vencedores de Arauca de las Autodefensas", que financió su campaña. En todo caso aunque esta última acusación, a diferencia de la de Caro, no recae directamente sobre Germán Vargas, lo salpica por su cercanía con el personaje. A partir de esos señalamientos, el procurador Ordóñez ha pedido la práctica de una docena de pruebas. Entre otras, hará revisión de las votaciones de Germán Vargas discriminadas por pueblos para ver si hubo votaciones atípicas y escuchará en declaración al exgobernador Julio Acosta, al jefe paramilitar alias Martín Llanos y a Rafael García, el ventilador del Das. El ministro Germán Vargas le dijo a SEMANA que por su parte lo único que va a hacer es "contestar y aclarar. Lo importante es que esa investigación avance". En cuanto a Néstor Caro dice: "Yo no conozco a ese señor. Sé que está extraditado y sería muy útil que diera su versión en este caso". Y explica que su votación en Casanare no fue atípica: "Representó apenas el 3 por ciento del total de mis votos. Y solo conseguí el 10 por ciento del total de los votos que se depositaron en Casanare. Y eso tiene una explicación: mi segundo renglón era Gustavo Sosa, un hombre cuyo hermano había sido asesinado por los paramilitares".El caso, en el terreno jurídico, apenas comienza. Y el ministro Vargas Lleras no la tiene fácil. Cabe recordar que en una investigación exprés y con elementos, para muchos, tan poco contundentes como los que hay contra el ministro, el procurador Alejandro Ordóñez destituyó a la senadora Piedad Córdoba por "colaborar con las Farc". Por no hablar del caso del alcalde de Medellín, Alonso Salazar, a quien también le cortó de un tajo su carrera política por denunciar nexos de un candidato con paramilitares. Ordóñez, con su espíritu católico, ha demostrado que tiende a buscar más la culpa que el perdón.En el campo político no es menos complicado el panorama. Llama poderosamente la atención por qué el Procurador decide abrir la investigación preliminar ahora. En teoría no tiene mucho sentido que apenas lo haga varios años después de que habían salido a la luz pública esas mismas 'denuncias' contra Germán Vargas.La interpretación más benevolente sobre el proceder del Procurador sería que no por viejo se debe dejar de investigar un posible delito. Y en la Procuraduría informan que el jefe del Ministerio Público decidió abrir de oficio una investigación contra el ministro a raíz de una denuncia anónima que circula en internet bajo el título de "La mafia de Germán Vargas Lleras". Al buscarla aparece dirigida al periodista de Radio Santa Fe, Jairo Pulgarín, el 18 de junio pasado.Una interpretación crítica sería que el procurador estaría jugándose con esta investigación una carta política para su propia reelección como procurador, según la cual, al poner en aprietos a Vargas, tendría una carta para obligarlo a utilizar su influencia en el Congreso en favor de la reelección de Ordóñez. La deducción es que por agradecimiento, el procurador podría tratar el caso Vargas Lleras de mejor manera. Esta interpretación, que suena bastante poco ética, es más suave que otra que ha salido a relucir entre los detractores de Ordóñez o los partidarios de Vargas. Según esta nueva versión, el procurador está buscando ser candidato a la presidencia en 2018 y empapelar o desacreditar a Vargas le podría quitar un rival del camino. Estas hipótesis tienen algo de absurdo y algo de injusto teniendo en cuenta que Alejandro Ordóñez también ha demostrado que no le tiembla la mano ante ninguna investigación, independientemente de qué callos pisa. Tal vez por eso es que cuando necesita los votos del Congreso para ser reelegido, en la misma en que le abre investigación a Germán Vargas, se la abre también a la totalidad de los parlamentarios que votaron la conciliación de la reforma a la Justicia.Lo cierto es que al ministro Germán Vargas Lleras, que en los pronósticos figura como favorito a la presidencia en 2018, se le atravesó de repente un palo en la rueda. Queda por verse si es solamente uno más de los muchos que ha superado o algo que puede ser el más duro de su carrera política.