Francisco Zuluaga Lindo, alias Gordolindo, fue extraditado a Estados Unidos en 2008, junto con un grupo de jefes paramilitares que terminaron saldando sus cuentas primero con la justicia extranjera que con la colombiana. Diferente a otros jefes de las autodefensas, Zuluaga siempre fue considerado un capo colado en el proceso de paz con las AUC y que, por volver a delinquir después de la desmovilización, fue excluido de la  jurisdicción de Justicia y Paz. Esto lo pone bajo la competencia de la justicia ordinaria, donde podrá ser sentenciado a penas hasta de 60 años de cárcel. Nueve años después de su partida a Estados Unidos, donde enfrentó cargos por narcotráfico, Gordolindo llegó este lunes a Colombia para enfrentar nuevos cargos por enriquecimiento ilícito, concierto para delinquir y homicidio agravado. Deberá ser puesto a disposición de la Fiscalía 17 especializada de la ciudad de Cali, que lo investiga. Como lo reveló SEMANA, una Corte Federal del sur de la Florida lo condenó a 21 años de prisión por los delitos de tráfico de drogas y lavado de activos, sin embargo, por cuenta de la colaboración con la justicia de ese país se redujo sustancialmente su tiempo en prisión y era inminente su deportación.En contexto: Confirman exclusión de ‘Gordolindo’ de Justicia y PazGordolindo hizo parte del cartel de Medellín y trabajó en el tráfico de drogas con los hermanos Ochoa Vázquez y Juvenal Madrigal en los ochenta. Se desmovilizó con el bloque Pacífico y Bolívar de las AUC. En el bloque Calima se le atribuía el manejo financiero relacionado con el narcotráfico. Dicen que Carlos Castaño le tenía mucha confianza y le encomendó las finanzas de esa estructura, que operaba en Valle, Cauca, Chocó y un sector de Huila. Más adelante quedó a cargo del bloque Pacífico."Fue deportado Francisco Javier Zuluaga después de purgar 10 años en ese país. La Policía con apoyo de Interpol y la agencia ICE procedieron a su captura en el aeropuerto El Dorado", anunció el director de la Dijín, el general Jorge Luis Vargas. 

¿Qué le ha dicho a la justicia colombiana?Como parte de los acuerdos de cooperación con Estados Unidos y de los compromisos que los jefes paramilitares pactaron con la verdad, la justicia y la repación de las víctimas en Colombia, Gordolindo dio varias declaraciones en versión libre mientras estuvo bajo la jurisdicción de Justicia y Paz. Sus entrevistas resultaron ser de gran impacto, e incluso, a él se le atribuyen parte de los cargos que la justicia estadounidense dictó contra el general Mauricio Santoyo. En sus declaraciones desde Florida, Zuluaga contó que desde temprana edad se dedicó al comercio, la ganadería equina y bovina, a eventos agropecuarios; también fue comisionista de bienes raíces, de semovientes y bienes muebles. En ejercicio de esta actividad es que asegura haber conocido a varios jefes paramilitares de Córdoba y Urabá, entre ellos a los hermanos Carlos y Vicente Castaño Gil. Asegura que en el año 1997 entró a formar parte de la organizacón armada, especialmente en el ala financiera. Su función principal fue la consecución y administración de recursos provenientes del narcotráfico, que entraban a financiar los gastos del aparato militar de las AUC, así como los gastos personales de sus comandantes. Sin embargo, para los investigadores en Colombia esta versión no es del todo creíble y lo ubican como un narco que se asoció con la estructura paramilitar para conseguir su propósito. En contexto: ¿Regreso del mal?: 50 grandes capos y exparamilitares quedaron libresGordolindo insistió que su procedencia vallecaucana le permitió acercarse a los carteles de narcotráfico con los que sostuvo negocios ilícitos de droga. Su estrategia consistía, dijo a la Fiscalía, en recibir cocaína que se producía en los laboratorios ubicados en las zonas de influencia de los paras, para luego negociar su envío. Gran parte de estos negocios los hizo vía marítima, a través de lanchas rápidas tipo go fast, barcos mercantes y pesqueros, así como por vía aérea. Zuluaga fue uno de los hombres que habló de los apoyos que recibió la organización armada por parte de algunos agentes del Estado, incluyendo allí a varios oficiales de la Policía que, estando activos, prestaron colaboración para llevar acabo sus actividades ilícitas. Entre sus salpicados estuvo el coronel Danilo González, quien llegó a convertirse en un capo al servicio de Pablo Escobar y fue asesinado. También sobre el teniente Jorge Orlando Rodríguez, quien trabajó para narcos del norte del Valle. Está prófugo de la justicia y solicitado en extradición.

Entre otros oficiales mencionados por Zuluaga estaba el general Mauricio Santoyo, quien actualmente responde ante la justicia estadounidense. Según las versiones de Gordolindo, Santoyo era parte de la nómina que los paras pagaban a través de la Oficina de Envigado; se le señala de recibir 2.000 millones de pesos de la organización. Aseguró que el exoficial les avisó a él y a Don Berna de los operativos de las autoridades colombianas y la DEA para capturarlos. Uno de estos operativos fue el realizado en el año 2004 cuando él, Don Berna y Juan Carlos ‘el Tuso‘ Sierra visitaron a Carlos Castaño. Aseguró que en ese momento recibió un mensaje vía messenger de Daniel Mejía, alias Danielito, que les alertó del operativo. Según Gordolindo, la persona que alertó es la misma que en las anteriores oportunidades. Según su relato, se fugaron para un cerro desde donde observaban los helicópteros y se reían del gasto inútil que hacía el Estado. En sus versiones menciona a empresarios y agroindustriales del Valle del Cauca, que supuestamente asistieron a reuniones con los paramilitares en el exclusivo Club Colombia, en la Plaza de Toros y en la Hacienda la Morada. A una de estas reuniones -dice- asistió Vicente Castaño junto con un centenar de personalidades. El capo colado en el proceso de paz habló ante la justicia de cómo iniciaron proyectos para la siembra de palma africana, y cómo desplazaron a cientos de campesinos. Señaló a Rodrigo Zapata (ex jefe paramilitar desmovilizado) como uno de los llamados a liderar este proyecto. Y para ello, asegura que entregó dineros para la compra de tierras en la zona Curvaradó y Jiguamiandó, en el Chocó. Precisamente fue uno de los hombres que reveló la verdadera identidad de Zapata en la organización, ya que se desmovilizó como un integrante más, cuando en realidad era uno de los hombres más cercanos a la casa Castaño. Gordolindo fue expulsado de Justicia y Paz, en donde podría haber recibido beneficios de penas alternativas hasta de ocho años de prisión. Su salida está relacionada con operaciones delictivas cometidas después de la desmovilización paramilitar. Ahora tendrá que enfrentar penas hasta de 60 años de cárcel por los delitos que tiene pendientes con la justicia. Aunque se especula que intentará buscar cupo en la Jurisdicción Especial para la Paz.