El presidente de la República, Iván Duque, entregó el megaproyecto de la Cordillera Central que permitirá conectar en un gran trayecto Bogotá con Buenaventura, con un conjunto de 60 obras construidas a lo largo de 30 kilómetros de doble calzada, entre los departamentos de Quindío y Tolima, algo une el suroccidente del país con el centro colombiano.

En su discurso, el mandatario colombiano agradeció a Dios y a la Virgen de Chiquinquirá: “Las personas que participaron en el proyecto son un ejemplo de dinamismo para Colombia, algunos trabajadores dijeron que pese al covid-19 y el aislamiento no iban a abandonar el proyecto, esta obras fue de las primeras que se reactivó con protocolos”.

Así mismo, el Gobierno nacional señaló que ese proyecto lo recibió desfinanciado y prácticamente abandonado, con un avance que llegaba apenas al 54 %. “Además, contaba con serios problemas de calidad que amenazaban con su estabilidad”, precisó.

En ese sentido, se reveló que la inversión total del circuito de obras ascendió a $2,9 billones, de los cuales, el Gobierno nacional destinó $620.000 millones, con los que se adjudicaron tres nuevos contratos y se creó una gerencia especializada dentro del Instituto Nacional de Vías (InvÍas) para el control y seguimiento exclusivo y permanente a la ejecución contractual y para la toma de decisiones en sitio. Se elaboró, detalló el ejecutivo, un cronograma detallado del proyecto y un sistema de control de actividades e inversiones.

“El resultado de esta reorganización y del trabajo de más de 7 mil personas en las obras –con el liderazgo del Ministerio de Transporte– fue la construcción y finalización de 31 puentes, 25 túneles (incluido el de La Línea) y 3 intercambiadores viales. Los 30 kilómetros de doble calzada van desde Calarcá, en el Quindío, hasta Cajamarca, en el Tolima”, explicó el Gobierno nacional.

Y anotó el jefe de Estado: “Hoy Colombia hace historia. Es con hechos como le devolvemos al país la confianza en que las obras sí pueden planearse, ejecutarse y entregarse, con recursos bien invertidos, cuando hay un gobierno comprometido como este.

Agregó en su discurso de inauguración: “Es con hechos como hoy todo un país se enorgullece de que esta infraestructura, que ya es un hito, haya sido construida con ingeniería y mano de obra colombianas. Llegamos con el compromiso de concluir, concluir y concluir, y es con este Cruce de Cordillera Central como estamos conectando a Colombia, creando emprendimiento, legalidad y generando equidad”.

Las autoridades de transporte, indicaron que el Cruce de la Cordillera Central incluye el túnel más extenso de América Latina, el túnel de La Línea (con 8,65 km de longitud, entregado el 4 de septiembre de 2020) y el viaducto Yarumo Blanco (con 643 metros), una particular estructura en forma de herradura que cuenta con barreras de seguridad únicas en el país, especialmente construidas para proteger a los usuarios en caso de una eventual colisión.

A su turno, la ministra de Transporte, Ángela María Orozco Gómez, indicó que ese megaproyecto significa un cambio histórico para la movilidad del país “con él impactamos positivamente las condiciones de vida de los transportadores, que requerían una vía expedita y más segura para mejorar el flujo de las exportaciones desde y hacia el puerto de Buenaventura, con importantes ahorros en tiempos de viaje y menores congestiones, lo que representa mayor productividad”, afirmó la funcionaria.

Y confluyó diciendo: “También se convierte en una gran herramienta para promover el desarrollo turístico del Tolima, del Quindío y sus alrededores, particularmente, donde los viajeros podrán apreciar los parques temáticos y las fincas cafeteras y darle un espaldarazo a todo ese sector de la economía que ofrece servicios e insumos a quienes transitan por este corredor estratégico”.