El mundo, el país y Bogotá atraviesa por uno de los momentos más difíciles que ha presenciado la humanidad: la batalla contra la covid-19. Cientos de colombianos han sido testigos de como este enemigo silencioso le ha arrebatado la vida sus seres queridos, además de cambiar por completo la normalidad a la que estaba acostumbrada la sociedad. Al respecto, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, una de las mandatarias que más ha tenido que enfrentar la pandemia por cuenta de dirigir la ciudad más afectada del país con 209.250 casos de coronavirus, envió una emotiva carta a los ciudadanos: “¡Gracias Bogotá!“.

En repetidas ocasiones, López ha manifestado su agradecimiento a los bogotanos por su comportamiento frente al virus, ya que por su autocuidado y cumplimiento con las restricciones, la velocidad de contagio en la ciudad ha bajado y con ella la ocupación de las Unidades de Cuidado Intensivo.  Por ello, este lunes se conoció la misiva en la que la alcaldesa da la bienvenida a la nueva realidad. Esta es la misiva completa: ¡Qué tiempos nos tocó vivir! El 2020 quedará grabado en la historia como el año en el que tuvimos que enfrentar la mayor crisis de salud, económica y social de la humanidad en los últimos cien años. Pero la historia también dirá que Bogotá mostró su mejor cara, la más solidaria, la más educada, la más considerada y colectiva; la que salvó miles de vidas, y la que emprendió su recuperación hacia una nueva normalidad más verde, sostenible y humana. Sabíamos que julio y agosto serían los meses más difíciles, más dolorosos. Sabíamos que pasar por el pico de una pandemia mortal no es superar una curva sino vivir una tragedia. Esa tragedia por la que pasaron más de 200.000 personas que se contagiaron, unas 8.000 que se agravaron y tuvieron que ser hospitalizadas, más de 5.000 que tuvieron que entrar a cuidado intensivo, y 5.300 familias que perdieron a uno de sus seres queridos. Para todas esas familias, nuestro abrazo, apoyo y oraciones.   En cuatro meses pasamos de 935 UCI a 2.200. Instalamos el hospital de campaña de Corferias, por precaución, para tener un seguro en caso de que colapsara el sistema hospitalario, por fortuna eso nunca ocurrió. Logramos expandir a miles el número de camas en los hospitales públicos y privados, y asegurar que todo el que necesitó un médico, hospitalización o UCI la tuviera. Nadie en Bogotá se quedó sin atención. El 95% de las personas que desafortunadamente fallecieron estaban en un hospital, atendidas por un equipo médico que hizo todo lo humana y científicamente posible para salvarles la vida. El 4,9% de las personas que fallecieron estaban en casa, también debidamente cuidadas con atención domiciliaria. Gracias infinitas a nuestros héroes y heroínas del sector salud. Lo que hicimos en términos de cultura ciudadana y del cuidado es absolutamente ejemplar. Cambiamos hábitos de vida, aprendimos a lavarnos constantemente las manos, a usar bien el tapabocas, a recordar que también debe ser “tapañatas”. Aprendimos a mantener distancia física sin sacrificar distancia emocional, nos quedamos en casa cuando se requirió y salimos a trabajar en los nuevos turnos y horarios que se establecieron. Ese cuidado colectivo ha sido ejemplar no sólo por la magnitud del logro, evitamos que Bogotá tuviera 40.000  fallecidos, como le ocurrió a ciudades mucho más ricas y avanzadas que la nuestra, sino también por la magnitud de los sacrificios. Desde no poder abrazar a nuestros padres, no poder encontrarnos con nuestros amigos, perder ingresos económicos, no poder orar abrazados en el duelo, privar a nuestros niños, niñas y jóvenes del gozo de encontrarse en el colegio y en los parques. Cada uno de esos esfuerzos en su momento fue indispensable. No nos podemos equivocar, esta nueva realidad que empezamos a vivir requiere más, no menos cuidado colectivo; más, no menos responsabilidad. El coronavirus sigue circulando, sigue contagiando y sigue siendo mortal. La diferencia es que hoy tenemos más aprendizaje, nuevos hábitos de vida y de cuidado. Contamos con mayores capacidades urbanas, de bioseguridad y médicas para enfrentarlo, y evitar que se vuelva a disparar. Tenemos que seguirnos cuidando, seguirnos lavando las manos, seguir usando el tapabocas, seguir practicando el distanciamiento, no aglomerarnos, cumplir los horarios y los días señalados para cada una de las actividades. A la Alcaldía le pueden hacer trampa, pero al coronavirus no. Si alguien falta a su parte del pacto de cuidado colectivo, todos fracasamos; si todos cumplimos nuestra parte, todos los logramos. La nueva realidad de apertura cuidadosa de la vida laboral, educativa y social se basa en nuestro aprendizaje colectivo. No la elaboramos por capricho sino con riguroso análisis académico. Mi gratitud con todos los médicos, epidemiólogos, economistas y científicos sociales que nos ayudaron a diseñarla. Bogotá no puede operar todavía al 100% de las actividades y de personas en calle un mismo día. Nuestro cupo epidemiológico en esta etapa de la pandemia es de máximo 60% al día. A partir del domingo, volvemos a disfrutar de nuestros parques metropolitanos y ciclovía, símbolos de la ciudad diversa, igualitaria, generosa, sonriente y solidaria que es y será siempre Bogotá. ¡Gracias infinitas a todos ! ¡Qué orgullosos nos sentimos de nuestra Bogotá! Claudia López Alcaldesa de Bogotá