En la vereda Firita Peña Arriba del municipio de Ráquira (Boyacá), la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) materializó una medida preventiva que suspende de manera inmediata las carreras clandestinas y los denominados “piques” de carros y motos en el área de reserva forestal protectora de fuentes hídricas ubicada en el páramo de Rabanal.
La Corporación, en atención a las denuncias de la ciudadanía, realizó visitas técnicas en las que identificó afectaciones a la fauna y a la flora de este ecosistema estratégico debido al paso de automotores, así como contaminación por la inadecuada disposición de residuos por parte de las personas que participan en los rallies.
De acuerdo con la entidad, también se evidenció una posible afectación a la calidad del agua de la quebrada La Honda que abastece a dos acueductos rurales, pues el líquido que por escorrentía termina en ese afluente, llega turbio y cargado de sedimentos como consecuencia del tránsito constante de carros 4x4 y motocicletas.
Jahanna Castro, directora de la Regional Chiquinquirá, aseguró que en noviembre de 2021 la entidad recibió la denuncia sobre uno de los camperos que participaba en estas actividades y que cayó sobre el cauce de la quebrada La Honda, lo cual contaminó el afluente con ACPM, por lo que una vez conocido el hecho se adelantaron las visitas técnicas e iniciaron las investigaciones correspondientes.
“Ahora estamos imponiendo una media preventiva consistente en la suspensión inmediata de toda clase de actividades como, por ejemplo, las carreras clandestinas en el páramo de Rabanal”, destacó.
La funcionaria informó que la entidad adelanta un trabajo interinstitucional para tomar las acciones pertinentes frente a esta problemática, de acuerdo con las facultades que les otorga la ley.
Por su parte, Isauro Cortés Casas, habitante de la vereda Firita Peña Arriba, aseguró que cerca de 4.000 beneficiarios de los acueductos rurales de ese sector boyacense se ven perjudicados.
“El agua se vuelve muy turbia y la represa se llena de sedimentos, (lo cual) provoca que se nos tapen los paneles de filtración en las dos plantas de tratamiento, tanto en Ráquira como en Guachetá. También que se genere un riesgo para la salud de los usuarios de ambos acueductos”, afirmó.
Igualmente, alertó por el impacto negativo al medioambiente que causa la movilización de 20 a 40 camionetas y camperos en promedio por este lugar.
“Las comunidades alrededor del páramo de Rabanal estamos cuidando este ecosistema como un tesoro, ya que es nuestro generador de agua, como para que vengan unos pocos con intereses particulares a dañarlo”, dijo.
“Como comunidad nos sentimos muy incómodos con las personas o empresas que están haciendo estas convocatorias por las redes sociales y venden paquetes para hacer la travesía entre Tocancipá y Villa de Leyva, pasando por el páramo”, dijo el ciudadano.
Este defensor de la naturaleza afirmó que, junto con su comunidad, de la mano de la CAR, la Policía Nacional y las alcaldías de Ráquira y Guachetá, buscan alternativas de solución en vista de que muchos predios por donde pasan los rallies son privados.
Páramo de Santurbán
El Concejo de Bucaramanga le dio el visto bueno a la Alcaldía para que adquiera 1.000 hectáreas en el páramo de Santurbán. El propósito sería proteger el ecosistema.
De manera unánime, los corporados respaldaron, en las últimas horas, el proyecto que impulsa desde el año 2020 el alcalde Juan Carlos Cárdenas en contra de las exploraciones mineras que los privados buscan asentar en la zona que abastece de agua a varios municipios de Santander y Norte de Santander.
A pesar de que la Constitución prioriza el beneficio de los páramos sobre los intereses particulares, la Alcaldía asumió (desde el año pasado) la compra de algunos predios para custodiar y “cuidar el líquido que consumen en distintas zonas del departamento”, así lo ha dicho el mandatario de los bumangueses en distintas ocasiones.
En ese sentido, la primera adquisición tuvo lugar en noviembre de 2021, cuando se aprobó la financiación de 400 hectáreas que están ubicadas en el terreno donde nace el río Suratá, una de las principales fuentes de suministro de acueducto del área metropolitana.
La segunda ocurrió en febrero de 2022 por un valor superior a los cuatro mil millones de pesos. Esto le sumó a la administración 500 hectáreas nuevas para la conservación de Santurbán.
Entre tanto, recientemente el mandatario de Bucaramanga anticipó que al finalizar 2023 comprarían más de 15 mil metros cuadrados “para impedir su explotación, protegerlo y defenderlo. Esta es una de las mejores noticias del año”, añadió Juan Carlos Cárdenas.