Por el delito de homicidio agravado deberá responder en un nuevo juicio el capitán del Instituto Penitenciario y Carcelario (Inpec) Milton Libardo Jiménez Arboleda, recordado por ser el único procesado hasta la fecha por la fuga del narcotraficante y excomandante de la banda criminal de La Cordillera Sur, que delinquía en el departamento de Nariño y tenía fuertes nexos con el Clan del Golfo.
Jiménez fue acusado por haber participado, presuntamente como coautor, en el asesinato de Humberto Peña González, un dragoneante de la cárcel de Caloto, Cauca, cuyo crimen ocurrió en mayo de 2010. Según el ente investigador, el capitán habría sido la persona que pagó por este asesinato como retaliación por las denuncias que había hecho en su contra el dragoneante.
Jiménez habría adelantado todas las acciones para coordinar a los sicarios, además de dar instrucciones precisas sobre la forma como debía atentarse en contra de la integridad del dragoneante. “(...) Milton Libardo Jiménez Arboleda, quien se comprometió a aportar parte del dinero para ejecutar el ilícito que días antes se había acordado ejecutar”. En este plan fue contratado Miguel Ángel Gabrera Galvache, un sicario que fue contactado por Alexánder Ortiz, un servidor público del Inpec.
“El material de prueba obtenido por un fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos da cuenta de que Jiménez Arboleda habría conseguido y aportado parte del dinero que le fue entregado a los sicarios para ejecutar el crimen”, señalaron los investigadores.
La víctima de este caso de homicidio, que era compañero del guardián procesado por la fuga de Matamba, se movilizaba en su motocicleta por una vía del municipio de Caloto en el Cauca y fue interceptado por hombres armados que le dispararon de manera indiscriminada, lo asesinaron antes de llegar a su casa.
“Al parecer, participó en la planeación y financiación de la acción legal porque el dragoneante, compañero suyo, lo reportó ante los superiores y pidió su traslado inmediato por posibles actos de indisciplina y de incumplimiento de sus deberes”, señaló la directora especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos, Deicy Jaramillo Rivera.
Milton Libardo Jiménez se encuentra actualmente privado de la libertad en la cárcel Picaleña, de Ibagué, por su presunta participación en la fuga de Matamba en hechos registrados en la madrugada del 18 de marzo. Enfrenta un juicio por los delitos de favorecimiento de la fuga y abuso de autoridad, cargos de los cuales se declaró inocente.
El temido narcotraficante pagó una millonada para que le dejaran la puerta del patio de extraditables de la cárcel La Picota entreabierta. Utilizando el uniforme de un dragoneante del Inpec caminó por todos los patios y con carnet en mano traspasó los puestos de seguridad y se subió a una camioneta de la misma institución para salir del centro carcelario.
Las pruebas revelan que, aprovechando el cambio de guardia, el comandante de la banda criminal Cordillera Sur salió de la celda 58 de la estructura UME 4 Torre D, nivel 8 de La Picota. El plan –según reveló el ente investigador– empezó a la medianoche cuando asumió, de manera injustificada, el puesto de control de la Guardia externa y de la reja 1-2, pese a que esta le correspondía al dragoneante Jeison Bernal Novoa.
La evidencia física revela que fue el mismo Jiménez quien dejó sin seguro la puerta. El manual señalaba que, como inspector, el ahora procesado tenía la función de supervisar los puestos de control.
Para facilitar el tránsito del narcotraficante, Jiménez habría intentado realizar movimientos internos. “Luego de que Milton Libardo Jiménez Arboleda permitió la salida de alias Matamba por la reja 1-2 y Guardia externa, entre las 00:56 y las 01:03 horas del 18 de marzo, a las 1:10 a. m., llamó por radio al auxiliar bachiller Juan Camilo Ortiz Ruiz, quien a las 23:55 horas del 17 de marzo había recibido puesto en la garita 4 contigua o cerca de la estructura 3, por donde saldría Matamba, y quien desde su puesto tenía toda la visual de los movimientos”.
Con esto, habría buscado que el auxiliar se moviera del lugar que tenía a su cuidado y perdiera todo el control visual con el puesto. De esta manera, se facilitaría el paso del jefe de la banda criminal de La Cordillera Sur, que delinquía en Nariño, quien estaba a la espera de que se resolviera su solicitud de extradición a Estados Unidos por delitos relacionados.
Ese era el último puesto de control por el que tenía que caminar Matamba antes de montarse a un vehículo dentro del penal. En el escrito de acusación se advierte que el ahora procesado instrumentalizó al joven bachiller, aprovechándose de su edad, rango básico y ausencia de inducción.
“Esta situación es aprovechada para que alias Matamba saliera al interior de un vehículo polarizado y al parecer conducido por un servidor público del penal sin ser requisado, debido a la falta de preparación para esta labor del auxiliar bachiller, más aún frente a la posición jerárquica o superior de quien conducía el rodante, descargando la responsabilidad en este joven”, precisa uno de los apartes del escrito de acusación.