En las últimas horas fue trasladado a la cárcel Picañela de Ibagué el cabo del Instituto Penitenciario y Carcelario (Inpec) Milton Libardo Jiménez Arboleda, quien es investigado por su presunta participación en la fuga del jefe de la banda criminal La Cordillera Sur, Juan Larinson Castro Estupiñán, alias Matamba, de la cárcel La Picota, en hechos registrados el pasado 18 de marzo.
Cumpliendo el protocolo de sanidad por la covid-19, el cabo Jiménez permanecerá aislado diez días en una zona especial en la cárcel de máxima seguridad. El guardia del Inpec se encontraba desde el 23 de marzo en los calabozos del búnker de la Fiscalía General, cumpliendo la medida de aseguramiento que le impuso una jueza de control de garantías de Bogotá.
El pasado lunes 9 de mayo se conoció una carta escrita de puño y letra del cabo Jiménez, en esta aseguraba que era un “chivo expiatorio” para desviar el caso, indicando que el narcotraficante no se había fugado, sino que fue desaparecido.
“Dicho interno (en referencia a Matamba) estaba a punto de declarar la verdad y salpicar a funcionarios del Estado”, señala uno de los apartes de la misiva firmada por Jiménez Arboleda. En la carta, igualmente, menciona que en el proceso que se le ha adelantado por la fuga del temido narcotraficante se le han vulnerado todos sus derechos fundamentales.
“Me encuentro secuestrado por la Fiscalía, el ente acusador, y se ha incumplido una orden emitida por un juez de la República, el cual ordenó que me llevaran a un establecimiento del Inpec. En la actualidad se me están violando derechos fundamentales como el derecho a la familia”, señaló el guardia del Inpec.
En este sentido, dijo que desde hace dos meses no ha tenido contacto con sus hijos, ni con su esposa, ni abogados.
En medio de esta situación, el cabo Jiménez detalló que en una oportunidad les señaló a los guardias, en el búnker de la Fiscalía General, que si no querían que se “dé a conocer la verdad que oculta el Estado o el Gobierno referente a la desaparición de alias Matamba”.
Larinson Castro, que es requerido por una Corte Distrital de Estados Unidos por delitos relacionados con el narcotráfico y porte de armas, habría tenido nexos con oficiales del Ejército para que se modificaran los operativos de búsqueda en su contra en el departamento de Nariño.
El cabo Jiménez se encuentra privado de su libertad desde el pasado 23 de marzo por orden de un juez de control de garantías. En el proceso judicial que se le adelantó, la Fiscalía General reveló que Jiménez habría dejado la puerta abierta de manera intencional del patio en el que se encontraba Matamba para que saliera sin ningún tipo de problema, esto en medio del cambio de guardia en la madrugada del 18 de marzo.
El narcotraficante habría caminado por el centro carcelario utilizando la ropa de uno de los guardias del Inpec, pasó sin problema algunos puestos de control y salió del centro carcelario ubicado en el sur de Bogotá, en un vehículo de la institución. Las autoridades revelaron, en su momento, que habría pagado una millonaria suma de dinero para sobornar a funcionarios y trabajadores del Inpec.
Debido a esto, la Fiscalía General le imputó al cabo Jiménez los delitos de favorecimiento de la fuga y abuso de autoridad, cargos de los cuales se declaró inocente.
La fuga del narcotraficante revivió el debate sobre los actos de corrupción en el Inpec y su urgente modificación interna.